Capitulo 17

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Adeline POV.

—Adeline, danos un momento por favor— dice Ralph mientras hala a Soph del brazo y se dirigen a su habitación. Realmente parecían unos adolescentes de quince años con las hormonas disparadas.

Lo peor de que tu mejor amiga tenga novio, es la parte en la que sales con ellos a divertirte un rato y llega el momento en el que te dejan sola mientras ellos se van a hacer sabrá dios que cochinada.

Y sí, me estaba pasando.

Me tiro en el sofá blanco que se encuentra en el medio de la sala del apartamento de los chicos, pero luego de revisar mi teléfono por varios minutos y de no encontrar nada divertido para ver en la televisión, decidí acabar con mi aburrimiento dando un recorrido turístico por el apartamento.

La cocina ya la conozco, es súper amplia y moderna.

La sala me fascina, es completamente genial, sobre todo de noche ya que con la luz led azul oscura resplandece en toda la pared.

Sigo por el pasillo que da a las habitaciones y noto que hay cuatro puertas.

Reconozco la puerta que da a la habitación de Ralph, también la de la habitación de Isaac y la del cuarto de baño, pero la curiosidad me hace girar el pomo de la puerta que no sé qué esconde detrás.

—¡OH MIERDA!

¿LA CURIOSIDAD MATO AL GATO?

Pues yo, Adeline Brown, hoy había sido un gato y la curiosidad me había matado de la peor manera.


Isaac POV

Danna se balanceaba sobre mi mientras disfrutaba de la sensación de tener mi polla en su interior, a pesar de ella estar a horcajadas sobre mí era yo quien marcaba el ritmo. La fuerza de mis embestidas hacían que sus tetas revolotearan frente a mi cara y no tarde en capturar uno de sus rosados pezones en mi boca y succionarlo.

—¿Te gusta nena?

—¡JODER! SI, ASÍ. ME ENCANTA—Gimotea la pelirroja mientras menea su cadera contra mi pelvis en busca de mas fricción.

Sentí como se tensaba sobre mi y supe que estaba cerca de tener su liberación, por lo que dirigí mi dedo índice a su empapada hendidura y lo deslice en busca de su botoncito hinchado, al encontrarlo comencé a frotarlo al mismo tiempo que incremente la velocidad de mis embestidas.

Los gimoteos de la pelirroja me hacen saber que ya le falta poco

—¡SACKY!

—Si nena, así, vente.

Aumento el ritmo de mi dedo y sentir como se tensa alrededor de mi polla me hace alcanzar casi mi cúspide de placer, así que cierro los ojos, me dejo llevar y tras un par de estocadas más, escucho un jadeo femenino.

—¡OH MIERDA!

SI, MIERDA.

Así no es como se escuchan los gritos de Danna.

Abro los ojos rápidamente y joder. ¿En que momento es que me traga la tierra?

Adeline se encuentra estupefacta en su sitio, con ojos como platos y la boca abierta.

—¡LO SIENTO!—Es todo lo que dice antes de salir corriendo de la habitación.

Danna se encuentra aun exhausta pasando los espasmos de su orgasmo y parece no darle importancia a lo que acaba de pasar.

Las promesas de Isaac Collins.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora