Capitulo 45

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Isaac POV

—Creo que voy a matarte—Gruñó Adeline del otro lado de la cocina.

Mantuve mi vista fija en el desastre que acababa de ocasionar y supe que me había ganado una sentencia a muerte.

—¡No! Definitivamente, ¡Voy a matarte! —Corrió ella en mi dirección.

Salí del trance en el que estaba y volteé justo a tiempo para que el puño que se iba a estampar contra mi espalda, me diera de lleno en el pecho. Un solo golpe no fue suficiente para ella, por lo que tomé sus muñecas y las inmovilicé en la parte baja de su espalda. Ladeé una sonrisa de satisfacción.

—Fue un accidente amor—dije en voz baja mirándola fijamente, aun con la sonrisa inundando mi rostro.

Definitivamente los años podían pasar, pero el amor que nos teníamos el uno al otro, no. El se mantenía ahí, fuerte y solido siendo nuestro amortiguador contra cada pelea, cada diferencia y desacuerdo. Ese amortiguador nos llevaba de regreso siempre a donde debíamos estar. Besando los labios del otro.

—Sabes que no puedes hacer una acción como esa —Dio un rápido vistazo hacía el lugar en el que descansaba el pastel hecho trizas en el piso y volvió a mirarme— Y usar ese tono...

Mi sonrisa se ensanchó.

—Cierto que el tono baja bragas es tu debilidad.

Sus mejillas se tiñeron de vergüenza mientras exhalaba un largo suspiro.

—Nunca vas a superar eso, ¿Cierto?

—Cierto— Respondí, recordando el día en el que ella sin querer, me confesó acerca de cómo yo usaba un tono "baja bragas" con el que lograba que ella me perdonase en segundos.

—Lo único cierto aquí es que ya los chicos deben estar por llegar y ahora, ya no tenemos pastel de chocolate para Billy.

Billy nació un poco prematuro, cuando Andressa apenas y estaba pisando el octavo mes de embarazo, sin embargo, fue un bebé grande y sano para su tiempo de gestación. Durante estos últimos cinco años, él ha sido completamente el orgullo de sus padres.

Realmente ese niño precioso de cabello rubio y mejillas regordetas, era el orgullo de todos los que teníamos la dicha de tenerlo a nuestro alrededor.

—Pero yo, como el padrino maravilloso que soy, voy a solucionar eso ya.

—Eso espero—Asintió ella.

Sonreí al recordar el día en el que comiendo brownies, Ralph, Maddie, Paulette y yo, casi sufrimos un ataque cardíaco cuando al dar un mordisco cada uno a su respectivo postre, nuestros dientes en sincronía chocaron con un trozo de cartulina que tenía escrito con rotulador negro:

"Sé que estadas muy fediz de ser mi padino"

Sí, escritos por Frank.

Le di un casto beso en los labios a Adie y solté sus muñecas.

Corrí hacía mi teléfono y mientras buscaba el número de un delivery para encargar otro pastel de chocolate, mi teléfono anunció la llegada de un nuevo mensaje.

Raphael: Hoy es el puto día.

Inhalé. Mierda. Que rápido pasaba el tiempo.

Le respondí de inmediato.

Yo: Cagado hasta la mierda... ¿Tú?

Raphael: El doble de cagado que el día de mi graduación.

Las promesas de Isaac Collins.Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon