Capítulo 24.

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Adeline POV.

Las cosas había que hablarlas. Ese era un punto que estaba realmente claro y aunque yo no tenía los cojones para hacerlo, tarde o temprano tendría que admitir en voz alta que Maddie y Rose, tenían razón.

¡Dios! Es que tan solo con cerrar mis ojos podía imaginarlas lanzando comentarios sarcásticos característicos de ellas y burlándose de mi con un "Lo sabíamos" "Te lo dijimos" "Isadeline es real" "Los shipee desde el primer día que supe de su existencia" y muchas cosas más, pero a estas alturas, ya mis sentimientos estaban bastante claros.

La autocompasión hizo mella en mí y me hizo entender que yo no sería ni la primera, ni la última en enamorarse de su mejor amigo y mucho menos la última chica en no ser correspondida en sus sentimientos.

Una vez ya me había enamorado y había mantenido mis sentimientos ocultos, esa no era una opción esta vez. Ya había aprendido que hacer eso era apuntarme directamente con un arma en la cabeza y esperar que la otra persona la disparase cuando quisiera sin tener la mínima idea de a donde apuntaba aquella arma.

Pero claro, mi valentía me acompañaba siempre hasta ese punto porque no sabía con exactitud que dolería más, si ese disparo que recibiría cuando el sin saberlo se follara a otra chica en mis narices o escucharlo decir que había cagado nuestra amistad con sentimientos que él no podría corresponder, y tenía MUY claro que esa sería su reacción, digo... ¿De qué otra manera reaccionarias si la chica que de niña se hacía pis en tu cama, ahora resultaba estar enamorada de ti?

¿Qué loco, no? Un día estabas decidiendo que color de bragas usar y al otro estabas enredada en todo esto de los problemas del amor.

El sonido de la puerta de la entrada me saco de mis pensamientos... ¿Tan rápido habían llegado Soph y Ralph?

Ella y los chicos habían ido a comer, me había invitado a ir con ella, pero no quise ir, y hace un rato me había enviado un mensaje diciendo que ella volvería con Ralph

— ¡Soph! —Grite.

Seguía con los vaqueros ajustados y la franela que había usado para la universidad, pero ellos me habían observado con peor apariencia por lo que no me importo y sin cambiar mi ropa, decidí salir.

— ¿Quiénes no pudieron esperar y volvieron rápido para una noche de pasión? —Pregunte con voz vacilante en la oscuridad de la sala.

No estaban.

Comencé a preocuparme, había escuchado la puerta de la entrada sonar, no estaba loca.

Pero cuando cruce la sala y llegue a la cocina, confirme que no estaba loca y me lamente de no estarlo.

—Tiempo sin verte, pequeña Adie.

Sabía que nada bueno me esperaba a partir de este momento.

—Tom—Titubee— ¿Qué haces aquí?

—Digamos que te has ganado el premio por estar rodeada de traidores—Respondió fijando intensamente su intimidante mirada en mí.

Trague en seco.

—Me temo que tendrás que irte o llamare a la policía. No te quiero acá. No quiero nada que tenga que ver contigo ni quiero hablar contigo.

—Bueno, no debes preocuparte por eso, primero porque yo no vine a hablar contigo y segundo porque ya me iré, pero lo hare contigo.

Y no me dio tiempo de replicar cuando sentí como unas manos ásperas me tomaron de los brazos bruscamente.

Cada segundo que corría sentía como la situación se me salía de control.

Las promesas de Isaac Collins.Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin