Capitulo 44

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Adeline POV


Cerré la puerta con pestillo y respiré profundamente mientras tomaba la valentía necesaria para leer la carta que pesaba tonelada en mis manos.

Desde el instante en el que las puertas del ascensor se abrieron y vi los ojos cristalizados de la tía Adela en el otro lado del pasillo, supe que su visita era sinónimo de desequilibrio y lágrimas.

Ella no quiso quedarse más del tiempo necesario y yo no quise retenerla. Lo único que yo quería retener era la esperanza de que sea lo que sea que me traería esa carta, lo superaría. Quería aferrarme a eso.

Recordé con exactitud cada momento de mi vida y todas esas enseñanzas que los últimos siete meses habían dejado en mí.

Aterrizar a Boston hace siete meses, fue una de esas decisiones que tomas al azar. Como esas veces en el que estás jugando a contratiempo y los segundos pasan, no quieres perder, pero no sabes que jugada hacer y no te queda de otra que elegir apresuradamente una de esas opciones que tienes, pero para tu sorpresa, esa jugada que haces, te lleva a la victoria.

Así tal cual me sentía hace siete meses. Siendo la protagonista de un caos arrollador que amenazaba por volverme una sombra. Viviendo cada día, durante un mes y medio siendo esclava de las lágrimas que recorrían mis mejillas cada vez que recordaba a mamá.

Hoy por hoy, estoy segura de que fue ella, exclusivamente ella, quien me dio la fuerza necesaria para armar mi equipaje y embarcarme en aquel avión que sin saberlo, me puso en la dirección correcta de mi vida, donde después de tanto, alcanzaría la victoria.

Solo me bastaba con cerrar mis ojos y podía recordar a la perfección el momento en el que choqué con Raphael y derramó toda su gaseosa en mi camisa.

El instante en el que choqué con Isaac y sentí sus brazos rodearme después de añorarlo durante 1825 días...

El día en que conocí a Josh y como sus comentarios subidos de tono me agradaron de inmediato. Lo pesado que resultó ser Frank... El carisma abismal de Horam.

Aunque bueno, lamentablemente también recuerdo a la perfección a la zorra de Sabrine y sus manos sobre Isaac.

Recordar a Sabrine, es recordar a quien resultó ser su primo, pero recordar a Dominic es también  recordar a Maddie y Rose, y ellas sí que valieron la pena. 

Pero recordarlos a todos ellos y los instantes que he pasado con cada uno, es recordar que esa es mi victoria.

Mi victoria ha sido tener a todas personas a mí alrededor y saber que seguirán ahí, a mi lado con el pasar del tiempo... Saber que había encontrado otra familia.

Gracias por eso mamá—Agradecí en un susurro de voz.

Bajé mi mirada y detallé el papel que tenía entre mis manos.

Isaac había estado escribiendo cada quince días una carta para Allie, para entregársela el día en que ella saliera en libertad. Yo lo había acompañado el día en el que escribió la primera carta y vaya que diferencia...

Ambas cartas estaban escritas en un papel impecablemente blanco, solo manchado con la tinta que plasmaba las palabras en el. Pero una carta era sinónimo de esperanza y otra de... Sabrá Dios de que.

Sabiendo que ya no podía seguir con rodeos y aplazando el momento, abrí la carta con decisión e inhalé profundamente cuando las primeras palabras llegaron a mí.





Adeline.

Hija, me hubiese gustado iniciar por mi niñez, pero prefiero adelantarte unos quince años de historia y hacerte un resumen.

Las promesas de Isaac Collins.Where stories live. Discover now