Capítulo 29

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Adeline POV.


Sentir sus labios danzando al mismo ritmo de los míos debería ser considerada como la octava maravilla del mundo.

A pesar de todos los sucesos que han pasado en las últimas 48 horas, estar aquí, con el, de esta manera, me hace sentir en casa.

Paz, estabilidad y tranquilidad, aunque nuestras respiraciones indiquen todo lo contrario.

Nuestras respiraciones están aceleradas, sus manos trazan delicadas y a la vez determinadas caricias en mis piernas las cuales están a su alrededor. Con una de sus manos me presionan contra el y estando a horcajadas sobre el, suelto un jadeo cuando su erección choca en el punto exacto en mi entrepierna.

Maldición, que bien se siente.

—No.

Sus palabras me traen de vuelta a la realidad y rompen la burbuja de sensaciones en la que estaba envuelta.

—¿No que? —Inquiero aun sintiendo un cosquilleo en cada parte de mi cuerpo.

—Maldición. —Con sus manos me sujetó fuerte, me posicionó a su lado, se levantó de la cama y luego el sonido de la puerta siendo cerrada de un portazo llegó a mis oídos, dejándome aturdida pensando que coño fue lo que pasó.

***

Luego de dar un par de vueltas en la cama, me incorporé y comencé a desperezarme.

Tomé mi teléfono de la mesa de noche que se encontraba al lado de la cama, y bajó el teléfono, noté que había una hoja blanca.

¿Realmente Isaac me había dejado una carta?

Con una sonrisa en mi rostro, me apresuré a leerla.

" Adeline.

Hay diferentes tipos de drogas, con diferentes efectos.

Unas te relajan, unas te alteran, otras te desatan una jodida ansiedad, calor, ganas de bailar, reir, dormir, te quitan el pensamiento y otras te incitan a hacerlo...

Tu eres mi droga favorita.

Me causas todo eso y mas, con solo una dosis de besos.

¿Que las drogas envician? Hace rato que ya soy adicto a ti.

Me haces ser feliz y ser mejor.... ser mejor por y para ti.

Te prometo que haremos que esto funcione, anótalo en la lista de Las promesas de Isaac Collins.

Tu mejor amigo y ahora el chico que esta perdidamente enamorado de ti..

Isaac."

—Sabía que sonreirás de esa manera.

Elevé mi mirada al lugar de donde provenía la voz y mis cinco sentidos se pusieron alerta al verlo.

—¿Desde cuando eres así de romántico? —Enarqué una ceja sin desvanecer la sonrisa que adornaba mi rostro.

—Desde que descubrí que serlo te hacia feliz.

Me levanté de la cama y me acerque hasta el.

Mierda, mi aliento debe de apestar.

Bueno, ya estoy aquí.

Las promesas de Isaac Collins.Where stories live. Discover now