Capítulo 27

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Melanie

Encuentro un escondiste bajo el brazo de Cameron aun temblando del miedo. Mi mente se empeña en recordar cada escena, tan crudas, esos hombres iban a abusar de mí, si Cameron no llegaba o alguien más. El enojo esta, no importa el que, pero ahora lo que necesito son sus brazos protectores, que alguien me asegure de que nadie va a lastimarme.

El temblor no dulcifica que me duele a mas no poder el pecho, la cara la siento pesada, no puedo mover los brazos sin quejarme e ignoro si me patearon el estómago que me duele horrible o quizá solo sea el nudo del pavor.

Intento no llorar en vano, no me obedecen.

Quiero parar porque cada vez que sollozo los brazos de Cameron se ponen más tensos alrededor de mi cuerpo, y agradezco, que pese a su temperamento se esmere en ser suave y no apretarme. No habla, tampoco se mueve mucho y respira agitado.

Emana una energía tan negativa que puedo apostar, si alguien se le cruza en frente, tendrán serios problemas.

Todavía estamos en este maldito lugar.

Supongo que algunos resuelven esto por lo bajo y otros luchan para que nadie se acerque a donde estoy, en especial la prensa, no me fio de que no haya alguien entre ellos que no quiera hacerme daño.

Cada reportero quiere sacar información de quienes son las personas dentro no les importa el mal momento, las placas son esenciales para detectar quienes eran, solo necesito irme de qui y olvidarme del mundo.

Agradezco el nuevo movimiento, significa que nos vamos.

Sello los labios para calmar el llanto al momento de que enciende el vehículo y éste se empieza a alejar de ese horrendo callejón donde hasta ahora pasé el susto más grande de mi vida.

***

No vamos a casa en un primer momento, sino a una clínica privada donde me someten a estudios pese a que lo menos que quería es que alguien me viera así, no alguien más, sim embargo, así se hizo, para que tiempo después regresemos a casa por fin, bien entrada la noche.

La puerta es abierta y mi cuerpo es tomado entre los brazos fuertes y tensos de Cameron. Uno de los chicos de seguridad abre la puerta principal de la casa, al adentrarnos veo muchos aparatos electrónicos en la sala de estar he de suponer que por medio de estos fue que Cameron dio con mi paradero.

Una muy angustiada Cristine sale por las puertas que conducen a la cocina y rápidamente se lleva las manos al pecho intenta acercarse, pero un movimiento de la mano de Cameron le impide continuar, por lo que parece comprender que él no está en condiciones de hablar y mucho menos yo.

La que todo el tiempo oculta la cara.

El nunca me vio duro el proceso, estaba, pero no sus ojos, siempre en un punto fijo.

El cuerpo de Cameron se gira, empieza el camino hacia las escaleras la cual la sube de manera natural sin ser lento, pero tampoco rápido, en pocos minutos estamos en nuestra habitación.

Se las apaña para ser lo más cuidadoso cuando me deposita en el borde de la cama, todo siendo meticuloso.

Lo veo ir al baño mientras se arremanga la camisa desapareciendo de mi campo de vista, a continuación, escucho el agua de la llave sonar seguido de sus pasos moviéndose en la estancia, vuelve por los medicamentos que me indicaron y se va otra vez.

Con dedos temblosos voy sacándome el abrigo, quiero bañarme, fracaso en el instante que vuelve, parece regañarme con el tacto por tan solo mover los dedos y se centra el en la tarea de desnudarme.

Mantengo toda la dignidad que puedo, no me va a hablar, yo tampoco. Aquí nadie es mejor que el otro.

Reprimo todo gruñido de dolor, apretando los dientes, según el medico todo está bien, sin embargo, debo volver a consulta en unos días para ver si no se forma ningún coagulo, los senos son muy delicados.

Casada a mi corta edad © [Danielson 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora