Capítulo 34

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Melanie

Debo pasar el día en el hospital, la presión no cede, mi nivel de tristeza es imparable, el sufrimiento solo me mantiene llorando, a este paso se me secaran las lágrimas.

Nunca he sido una persona de sentir odio por nadie, no obstante, eso fue hasta que esa psicópata apareció, es la culpable de todo, en meses he llorado más que cuando perdí a mi madre.

No me dejan ver a Morgan pese a que salió de la cirugía, era inevitable, ya no puede ser gimnasta, aunque volverá a caminar con terapias, no podrá hacer saltos ni nada que ponga en peligro sus tendones.

Cada segundo en el que alguien de mis seres queridos sufre, es un motivo más para una venganza dulce y lenta contra la maniática esa.

Laura era la que siempre estaba conmigo, tampoco la dejan acercarse a mi.

El lunes llega, con el los procedimientos que se deben llevar a cabo por el embarazo, Cameron no durmió, tampoco se me despega, ha sido mi protector y está a la defensiva conmigo.

No le hemos dicho a nadie que estoy en gestación, tampoco se lo confirme a Laura, pero sí le pedí absoluta discreción, ni siquiera a Jake que le comentara nada, no me nace decir que tendré un bebe, quiero que se quede únicamente para nosotros.

Me realizo lo que debo y ambos nos emocionamos con el ultrasonido, con las ecografías, y Cameron bromea con que es un cangurito dada la posición en la que esta, tiene ya todo, está formado y me vuelvo loca haciendo preguntas de porque no lo siento moverse si tiene todas sus partes.

La doctora me contesta que solo pesa onzas y rumbo a los tres meses, si que lo voy a comenzar a sentir, en medio de todo esto, tengo felicidad.

Voy a convertirme en madre muy joven, nacerá en Febrero del año próximo y ya tendré dieciocho años, Cameron veintiocho.

Paso a ver papa, sin hacer comentarios porque le están evaluando, regreso al departamento de Cameron en la ciudad, entro por una ducha, frente al espejo, desnuda, me miro en todos los ángulos, todavía no tengo nada de estomago, pero si he ganado aunque sea una talla de sostén. Con una cámara, capturo los dos primeros meses, sin un palmo de ropa.

Siempre he querido ser mama, no me lo esperaba siendo tan joven, sin embargo, he de admitir que me hacer tanta ilusión, creare un álbum de maternidad, revelación de sexo, ropitas, decorar...estoy en la fase de que no quiero pensar en nada que no sea el bebe.

Con un bóxer y playera de Cameron, vuelvo a la sala donde me recuesto en el marco, viéndolo analizar las primeras fotos del bebe.

—¿Enamorado? —le sorprendo.

Plasma esa hermosa sonrisa, los ojos verdes le brillan llenos de ilusión, supongo que he de verme igual.

—Muchísimo —pasa un dedo en la imagen —. Me pregunto cómo es que...no sé explicarlo, pero...

Se queda sin palabras, acercándome, me rodea una vez a su lado, llevándome contra su pecho.

—Que tienes un órgano nuevo, indispensable —completo por el —. Me pasa lo mismo.

Besa mi sien, guardando la imagen en la billetera, destapa los platos en la mesa.

—Exacto, y por eso, tienes que comer. Hay que cuidar y alimentar al cangurito.

Rio a carcajadas, no puedo con su apodo.

—Si le sigues llamando, así, terminare haciéndolo también.

Hay naranjas, me encantan, es a lo primero que le atino, me las quita poniéndolas super limpias y revisa mil veces a ver si no tiene algún defecto.

—Siento que será niño —comenta, dándome de comer.

Casada a mi corta edad © [Danielson 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora