Capítulo 31

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Melanie

Esto ya es acoso, una psicópata que no nos deja en paz, ¿En qué momento lo que estaba tan bonito ahora es un caos? Una semana y nada funciona como antes.

Está loca, mata, destroza, nos amenaza y nadie le pone un alto a semejante desequilibrada mental. ¿Cómo es posible que un simple mensaje te haga temblar? Debo admitir que tengo miedo en algún lugar, pero tiemblo de impotencia, de rabia, la ira se está gestando dentro de mí.

Es un mensaje que más allá de su carecimiento de amor propio, está cargado de maldad, está haciendo una promesa, y lo peor, me subestima sin saber que si me la encuentro de frente, va a desatarse una guerra. No vivo en paz por su culpa.

El romance que haya tenido con Cameron, forma parte del pasado, ¿Cómo puede ser tan enferma para atacar a persona que nunca la han visto en su vida siquiera.

—Dímelo todo —le exijo.

No quiero ser una inmadura al señalarlo como culpable o más bien, acusarlo de todo sin que diga una palabra, me sobrecoge todo lo que está pasando.

Tantas cosas en tan pocos días y todo girado a mi alrededor, provocándome ansiedad, dolor de cabeza, no puedo comer, no duermo tranquila con el miedo de que alguien asalten mi ventana y me mate.

—Claro que te lo contaré todo —afirma —, pero antes te vas a alimentar como es debido dormirás unas horas, Melanie.

—No quiero nada, solo quiero que todo como por arte de no sé qué, se solucione.

—No está a discusión, te estás deteriorando y no vas a dar abasto con tu padre si sigues así —coge mi brazo para sentarme al otro lado de la isla de la cocina.

Cuando tienes una pareja con un carácter tan pesado como el tuyo, son titanes en una habitación, eso siempre pasa con nosotros.

—No eres mi padre, Cameron, no tengo hambre y tampoco quiero dormir, ¡¿Me entendiste?!

Posa las manos con la misma postura amenazante a ambos lados de las mías, el es más grande, más todo, pero yo no me intimido por él.

—¿Qué es lo que quieres, Melanie? —no está gritando últimamente, soy yo que lo hago, descargando mi furia con la primera persona que se cruza en mi camino —. ¿Le vas a dar el gusto?

—¿A quién? —replico de inmediato.

—A Allison —contesta —. Dime, ¿Eso es lo que quieres?

La presión que está ejerciendo con la loca que desequilibra mi vida, me vuelve furiosa.

—¡No me compares con tu ex, Cameron!

Frunce las cejas.

—Nunca te comparé con nadie, pero le estás dando el gusto, lo que quiere...

No entiendo nada de lo que dice, más me niego, sin saberlo.

—No.

—Si.

—No.

—¡Qué sí! —ruge, eleva mi barbilla para que le mire a los ojos —. Esto es lo que quiere de ti, desgastarte física y mentalmente, jugar contigo, es su modo operanding, mientras le sigas el juego aunque no lo sepas, ella estará riéndose de ti, estás pálida, tienes muchísimas ojeras, te dio donde más te duele con tu padre, seguirá sino sacas ese carácter que yo conozco, eres más que esto, Melanie, eres una mujer fuerte.

Casada a mi corta edad © [Danielson 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora