Oigo tu corazón || Jungkook

C a p í t u l o 6

Subió al autobús, saltándose toda la fila de personas que esperaban detrás de él, sin importarle lo más mínimo. Pasó su tarjeta por el detector y se sentó en la última fila de asientos, en el más cercano a la ventanilla.

Apoyó los pies en el asiento de delante, ignorando las advertencias del conductor, que le gritaba que los bajara, y se puso los cascos con la música alta. De hecho, era la misma canción en repeat, de Post Malone, Psycho.

Cerró los ojos cuando el sol le daba directamente, convirtiendo su color en uno mucho más claro.

Los abrió cuando oyó que el autobús paraba de golpe en la siguiente parada. Se quejó del conductor por lo bajo, ya que tampoco quería que lo tiraran de allí, había pagado el viaje al fin y al cabo. La gente a su alrededor le miró de mala manera, pero a él tampoco le importó.

Entre las personas que subían sin parar, cada vez más y más apretujadas, vio una cabecita que le sonaba de algo.

Estiró su cuello para verla mejor. Una chica de pelo largo castaño, con grandes gafas redondas que escondían ojos cansados, vaqueros rotos por la rodilla y unas zapatillas blancas desgastadas, se agarró como pudo a una de las barras ocupadas por tantas otras manos.

Se quedó mirándola y sonrió, divertido, al reconocerla.

En seguida sacó su móvil del bolsillo y empezó a escribir un nuevo mensaje mientras se mordía la lengua debajo de su malvada sonrisa.

"¿Estás despierta?"

Volvió a ver impaciente como la chica sacaba el móvil de su bolsillo y miraba la pantalla con cara de susto.

"¿Qué quieres de mí?"

"Quiero todo el dinero
de la caja que hay en la tienda"

"No puedo hacer eso,
mi jefe me mataría"

"Entonces elije, o su vida o la tuya"

"De acuerdo"

"Joder... ¿por qué eres tan condescendiente?"

Él solo quería jugar con ella, pero ella no llegaba a seguirle el juego. No era divertido. Suspiró tratando de retomar la conversación cuando leyó:

"¿Cómo?"

"Es aburrido..."

"¿Qué? Lo haré pero,
por favor, no le mates"

"Estaba de coña, Soo Ryujin"

"¿Cómo sabes
mi nombre entero?"

"Ahora estamos en paz"

"Bueno, como no debo
robar nada, ¿me dejarás?"

"Normalmente soy yo
el que dejo a las chicas,
no ellas las que me lo piden"

"Me refería a si me dejarás
tranquila ahora que
ya tienes lo que quieres"

"Pero el problema es,
mi amiga Ryujin...
... que no lo tengo"

El autobús volvió a frenar bruscamente y un montón de gente aglomerada bajó de una. Ryujin les siguió detrás, haciendo lo mismo. Parecía que había llegado a su parada. Sin embargo, al tratar de bajar mirando el móvil, tropezó y perdió el equilibrio cuando llegó a pisar la acera. Se sujetó entonces con las manos a la señal de la parada de autobuses para no chocarse contra ella. Sus mejillas se tintaron de escarlata, avergonzada, mientras la gente alrededor le preguntaba si se encontraba bien. Ella se agachó unas diez veces en reverencia, agradeciendo su preocupación, pero en el fondo quería irse de allí a toda prisa.

Jungkook empezó a reírse de su torpeza. Le hacía gracia cómo podía ser tan patosa sin intentarlo, le salía de manera natural.

"¿Está rico el poste
que te has comido?"

Ella miró molesta el mensaje y bloqueó el móvil, cruzándose de brazos. A los pocos segundos se dio cuenta y giró la cabeza hacia todas partes, con el rostro rojizo de la vergüenza de nuevo.

Al notar que no estaba a su alrededor miró hacia el autobús, buscándolo con la mirada entre las ventanillas, intentando divisarle en el interior.

Él se agachó con una sonrisa y se hundió en su asiento para que no le viera, hasta que el autobús arrancó para continuar su marcha.

Entonces Jungkook se irguió y, en un instante de segundo, mientras el pelo se interponía entre su rostro del viento levantado por el vehículo, ella le vio.

Con la cabeza y el hombro apoyados sobre la ventana, mirando al frente, fingía estar dormido.

Cuando se fue, Ryujin se quedó allí parada, clavada en su sitio, intentando analizar lo que había pasado. Tratando de descifrar los pensamientos del chico, de descubrir qué era lo que realmente quería de ella.