C a p í t u l o 22

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Ryujin notó un extraño silencio y, al comprobar que todos se habían ido de repente, aprovechó para darse una buena ducha. Para su mala suerte, todos los productos de cuidado eran de hombre, por lo que acabó oliendo a uno de ellos. Tampoco le importó demasiado, después de todo.

Se cambió rápidamente en su habitación que, para su sorpresa, tampoco tenía un pestillo. Se puso ropa cómoda, una camiseta ancha, unos pantalones cortos y unas deportivas blancas.

Acarició el pelaje a su gata, que todavía parecía estar enfadada con ella por haberla dejado tanto tiempo dentro de la bolsa y bajó a la planta baja.

Allí husmeó un poco por la estantería de mangas y videojuegos, el rincón de los ordenadores y la pista de skate. El garage era enorme, si se veía por dentro. Por fuera pasaba desapercibido como uno más.

Su barriga empezó a rugir, dándose cuenta de que no había comido nada desde el mediodía y se moría de hambre. Abrió la nevera y solo encontró refrescos, cerveza y unos sobres de ketchup abandonados y esparcidos por uno de los estantes.

Suspiró y se sentó en uno de los sofás esperando a que llegaran.

Una vez lo hicieron, unos subieron al piso de arriba, otros se quedaron abajo...

Yuhei y Chan se sentaron en otros sillones delante del suyo y comenzaron a jugar a un juego de soldados en la play.

Hwall se sentó al lado de Ryujin y les observó.

- Hwall, ¿no te ibas a cambiar? ¿Desde cuándo te sientas a vernos jugar?

- Quiero comprobar lo malos que sois.

- Hwall, ¿habéis cenado ya?- Le preguntó ella, notando cómo sus mejillas se volvían rojas. Cada vez que lo veía o le hablaba no podía evitar recordar el bailecito que tuvo que hacer para escapar. Que estuviera sentado a su lado, lo hacía más incómodo aún.

- Sí, hemos ido a un restaurante de ramen, ¿por qué lo dices?

- Nada, es solo que me muero de hambre y no hay comida en la nevera.

- ¿Qué?- Se puso de pie exagerando sus gestos.- ¡Jungkook!, ¿cómo has podido olvidarte de Ryujin? ¡Se ha quedado sin cenar!- Le gritó desde el piso de abajo.

- No, cállate.- Le estiró ella del brazo para sentarlo de nuevo, molesta. Le tapó la boca con una mano, cuando se dio cuenta de que cayó muy cerca de ella.- No le molestes por eso.- Susurró.

- ¿Qué estáis haciendo?

Ambos se giraron para ver a Jungkook seguido de los demás chicos que habían subido arriba. Todos les miraban con el ceño fruncido y una sonrisa traviesa en la boca. Todos, menos él.

- ¿No estáis sentados muy cerquita? ¿Y por qué Ryujin tiene su mano en tu boca, Hwall? ¿Te ha hecho la cobra?- Le dijo Evan, divertido.- Desde lo que pasó en la celda... menuda noche, ¿eh?

- ¡Cierra la boca, Evan!- Le amenazó Hwall otra vez de pie.

Ryujin estaba tan roja como un tomate, sin saber dónde esconderse.

Bajaron de las escaleras y se sentaron en los sofás, pidiéndole a Evan que contara más sobre ellos dos, para averiguar si tenían algo o no. Todos parecían interesados, incluso Jungkook, que parecía no importarle pero no paraba de mirarles de reojo.

- ¿No puedo contar lo que sucedió esa noche, Hwall? ¿Tienes miedo de que revele tu secreto?

- Te recuerdo, Evan, que tú también estabas allí y lo disfrutaste al máximo.

- No fui yo el que la obligó a hacerlo apuntándole con un teaser.

En ese momento todos comenzaron a gritar entusiasmados por saber lo que realmente pasó. Hwall se abalanzó hacia Evan y le empujó del pecho. Ryujin esperaba desaparecer de entre ellos y encerrarse en su nuevo cuarto para siempre de la vergüenza.

- ¡Sabes que en realidad no iba a usarlo contra ella, idiota! Ryujin, yo de verdad que no pretendía...

- Pero, ¿qué es lo que le hicisteis a la pobre chica, pedazo de animales?- Dijo Taeyong con los ojos en blanco, harto de su discusión.- Contarlo ya, hostia.

- Ryujin, ¿está bien?

Ella miró a Jungkook disimuladamente y notó que no la estaba mirando a ella de vuelta, estaba mirando intensamente a Hwall, con los dientes apretados y la boca cerrada. Parecía muy enfadado, así que decidió que lo mejor sería quitarle importancia al asunto.

- No fue para tanto. Tenía que escapar, así que solo hice un baile y les distraje para quitarles las llaves.

- Sí pero eso no fue todo.- Siguió contando Evan, entendiendo que ella le había dado permiso para contar toda la historia.- Le quitaste la camiseta a Hwall mientras estabas sentada encima de él. ¡Y me mirabas a mí mientras lo hacías!- Le recriminó con una sonrisa divertida.

<<Adiós, reputación>>, pensó ella, <<ya nada peor puede pasarme>>.

Todos gritaron de nuevo sorprendidos e incluso algunos querían también un baile para ellos. Los chicos se divertían excepto Hwall y Jungkook que parecían tener ganas de matar a alguien.

Ryujin tragó saliva e intentó justificarse rápidamente hablando sin pensar. Esperando que las palabras que fueran a salir de su boca tuvieran sentido.

- No fue para tanto, lo hubiese hecho con cualquier otra persona con tal de escapar.

- Admiro tu valentía, Ryujin.- Le dijo Jun, haciéndola sentir agradecida de que alguien tuviera algo de sentido común.

- Callaros de una vez.- Se levantó Jungkook de repente.- Tenemos una reunión ahora, así que todos arriba. Todos, menos tú.- La miró como si en cualquier momento fuera a atacarla.

Se quedó clavado en el sitio, esperando que todos subieran las escaleras y cerraran la puerta a disgusto. Cuando se quedaron a solas por fin, Ryujin se levantó y abrió la boca para disculparse, de alguna manera se sentía culpable. Pero la mirada que vio en sus ojos la dejó sin habla.

- Mañana por la noche te llevaré fuera. No tienes otra opción que venir. Te esperaré a las doce y media en la puerta.- El enfado se había reemplazado por dolor.

- ¿Dónde vamos?

- Lejos de Hwall.

Oigo tu corazón || Jungkook Where stories live. Discover now