C a p í t u l o 44

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El equipo de Ryujin tomó las calles de la ciudad, sabiendo gracias a la tecnología hacker de Jun, que el otro bando había decidido quedarse con el subsuelo, en los túneles de las antiguas vías del metro de Seúl. Sin embargo, no lograron encontrar su ubicación exacta. Un movimiento bastante inteligente teniendo en cuenta que así estaban más seguros, escondidos en el subsuelo, y sería más difícil alcanzarles.

Se movilizaron por las calles menos transcurridas y por callejones ocultos hasta llegar a una zona a salvo, una pequeña plaza redonda apartada donde solo había una entrada y salida, que ya vigilaban Hwall y Minseok. Mientras tanto, ella y Jun trataban de resolver, sentados sobre una fuente, el enigma de dónde se encontraba el medallón que la haría líder.

- Vale, el acertijo decía: tiene la cabeza en el cielo y los pies en la tierra... ¿qué crees que puede ser?

- Ni idea. Creo que puede ser mil cosas: un árbol, una estatua, una persona...

- No, es un buen comienzo. Busca en tu ordenador cualquier cosa que pueda tener relación y de paso hackea las cámaras de la ciudad. Quiero ver cada movimiento que hagan los otros.

- Ya he hecho lo segundo.- Le sonrió achinando los ojos, orgulloso de sí mismo.- Pero seguiré buscando.

- Bien, gracias, Jun. Iré a ver cómo van Minseok y Hwall.

Se movió hasta el callejón que custodiaba la entrada de la plaza, donde los otros dos hacían guardia con el arma entre las manos. Minseok bebía una lata de bebida energética que había sacado de la máquina exprendedora más cercana para mantenerse despierto y Hwall estaba apoyado sobre la pared mientras le comentaba algo con aspecto serio. Ryujin no pudo evitar preocuparse por si volvían a pelear de nuevo, como cuando estaban en el hospital. Sabía de sobra que se aguantaban por ella, pero no confiaba en lo impulsivo que podía llegar a ser Hwall que, en cuanto la vio, se despegó de la pared.

- ¡Hey, Ryujin! ¿Podemos hablar un segundo en privado?

Ella le asintió y él la acompañó hasta el otro extremo del callejón, en un lado oscuro, tomándola de la mano, cosa que sorprendió levemente a Ryujin.

- Esto no es siniestro para nada... ¿hay algún problema? ¿Habéis avistado a alguien?

- No, no es eso, todo está en orden desde que llegamos. Confía en nosotros, no dejaremos que los otros lleguen hasta ti, te lo prometo.

- ¿Entonces qué pasa?

- Es que se me ha ocurrido una especie de plan, pero puede que no te guste demasiado. Dime, ¿a cuánto estás dispuesta para ganar la partida?

- Yo me pregunto lo mismo.- Suspiró ella sin poder contener sus nervios.

- Vale, tengo que preguntártelo. ¿Sabes qué pasará entre él y tú después de esto? Porque yo sí, Ryujin. El muy idiota de Jungkook no va a permitir que le ganes, sea lo que sea. No conoces esta parte de él y, créeme, no te va a gustar. Va a jugar sucio.

- Me dices cosas que ya sé, o me imagino. Sea como sea, si va a jugar sucio, hagamos lo mismo. ¿Y a qué viene esa pregunta sobre lo que pasará entre nosotros?- Le alzó una ceja ella, curiosa de su reacción.

- Bueno, tenía que preguntar.- Se encogió él de hombros, como si no fuera nada.- Si no tenéis claro por dónde vais, significa que tengo una oportunidad contigo.

- ¿Qué?- Ryujin se quedó de piedra, moviendo rápido las manos para negarle.- No, espera, no...

- Tranquila, ¡era coña! Deberías haber visto tu cara. Ahora somos amigos, ¿cierto?

- ¡Qué susto, Hwall, imbécil!- Le pegó un puñetazo en el hombro, del cual el otro se quejó, fingiendo que le había dolido como mil demonios.- Sí, somos amigos.

- Oye ya que me has pegado, dime que tengo derecho a pedirte un favor a cambio.

- No me fío ni un poco de ti, tonto.- No pudo evitar sonreír por las ocurrencias de su amigo.- Pero está bien, te doy derecho.

- Genial, eso significa que ahora somos amigos con derechos.

Hwall le guiñó un ojo y huyó corriendo hasta la plaza mientras Ryujin le perseguía dispuesta a pegarle de nuevo, sin poder evitar molestarse por haber caído en la trampa tan estúpida de su amigo. Allí se encontraron a Jun tecleando en su ordenador portátil y a un Minseok muy enfadado que les miraba de brazos cruzados.

- ¿Dónde estabais? Jun ha descubierto el acertijo mientras os poníais al día y ha rastreado al otro grupo a unos kilómetros de aquí. Se dirigen a esta zona así que hay que largarse.

- ¿De verdad lo has descubierto, Jun? ¿Qué es?- Preguntó Hwall, ignorando al que había acabado de hablar.

- Sí, tío, en realidad era súper fácil. No habla de una estatua, ni un árbol, ni una simple persona. Todo eso sería muy fácil.- Dejó el ordenador a un lado y les miró con una mirada cómplice.- Habla del edificio más alto de Seúl.

A Ryujin se le iluminaron los ojos, viendo la respuesta más clara que antes gracias a la mente brillante del chico.

- ¡El rascacielos, es la Lotte World Tower! Jun, ¡eres maldito genio!

Se lanzó a abrazarlo, dándole mil gracias e incluso un beso en la mejilla, riendo sin poder contener la emoción. Lo habían conseguido, solo faltaba acercarse a la meta y dar el último paso.

Cuando se giró hacia los otros dos, los vio de brazos cruzados en la misma pose, con un rostro peligroso, de querer matar al pequeño, que se había vuelto todo rojo. Ella les sonrió con ironía, pasando entre ambos e ignorando sus celos infantiles.

Si querían llegar antes que Jungkook, que ya estaba a dos kilómetros de distancia de ellos, debían moverse rápido.

Oigo tu corazón || Jungkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora