C a p í t u l o 21

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Llevaba unas horas ya, tirado en el sofá de la suit, con la cabeza dándole vueltas después de haberse bebido más de cinco vasos de whiskey.

Jungkook se llevó una mano a la frente, apretándose el entrecejo fuertemente, para tratar de borrar los recuerdos de la noche anterior.

Sin embargo parecía no funcionar porque recordaba cada momento, detalle a detalle, empezando por la persecución a la chica entre las sábanas de la azotea. Después el shock que había sentido al verla en el borde, dispuesta a morir con tal de no regresar con ellos. Sus lágrimas de desesperación le pusieron tan tenso que no supo qué hacer para que no saltara al vacío y acabara con su vida. Eso no era lo que él pretendía. Nunca lo había sido.

Una vez más se odiaba a sí mismo por arrebatarle la vida a una simple mujer que no tenía nada de que ver con él. Que se había visto envuelta en su mundo por su culpa, por su estupidez.

Si ella saltaba, él también lo haría. Así el dolor se sentiría menos pesado al morir, si lo hacía con alguien.

Pero algo le empujó hacia atrás en el último instante, alguien le salvó la vida. Esa chica a la que había quitado todo, incluso su propia vida, le estaba salvando de quitarse la suya.

Sentía que ahora le debía todo. Debía pagar su cara deuda con ella para sentirse mejor, no por otra razón.

Decidió entonces protegerla. Ahora estaba en sus manos y bajo su protección.

Cogió las llaves de su coche y se dirigió al garage lo más rápido que pudo alcanzar el límite de velocidad el vehículo.

Cuando llegó vio que todos estaban sentados a su alrededor y charlaban con ella.

Jungkook subió al segundo piso sin mirarla y comprobó que en la habitación sobrante al final del pasillo, estaba su mochila de deporte. Suspiró, aliviado por ello. Entonces notó que algo se movía inquieto dentro.

Abrió la cremallera poco a poco, curioso de lo que llevaba y pegó un salto cuando la gata salió disparada hacia el suelo y corrió por toda la habitación, con la cola entre las piernas.

- ¡Joder, puto gato!- Se llevó una mano al corazón.- Pensaba que te había dejado morir.

Pampu le maulló con rabia y las uñas fuera. Después se escondió debajo de la cama y él salió de la habitación cerrando la puerta.

Fue directo a la sala de juegos, donde tenían una mesa redonda para discutir, jugar al póquer, planear cacerías y asaltos...

También había un viejo billar y una nevera hasta arriba de alcohol.

Abrió una lata de cerveza y pegó un trago largo mientras se sentaba en una de las sillas. Oyó como alguien tocaba a la puerta antes de entrar asomando la cabeza primero. Pero de los suyos nadie tocaba a la puerta antes de entrar, eso solo podía ser una persona.

- Hola, perdona, Mark me ha dejado subir a hablar contigo. ¿Puedo pasar?

Él le indicó indiferente que se sentase en frente, con un gesto de mano y continuó bebiendo como si nada.

- Esta situación es un poco extraña.- No pudo evitar mirarla a los ojos y vio como sonreía un poco, retirándose el pelo de la frente hacia atrás.- ¿Puedo preguntar por qué ahora soy miembro del clan, cuando ayer solo era una prisionera?

- Ya lo has preguntado.

- Sí, es cierto. Es que me gustaría saber de qué va todo esto porque estoy muy perdida, la verdad.

- Te debo una, eso es lo que pasa. Y ahora ya estamos en paz. Te ofrezco protección, te acojo en mi clan.

- Pero yo no quiero eso.

Eso le sorprendió tanto que tuvo que apoyar la lata en la mesa y mirarle firmemente.

- ¿Cómo?

- Lo que realmente quiero es que me dejéis ser libre. Que mi vida sea como lo era antes.- La escuchó con un deje triste en su voz. Sus palabras le dolían de un modo que no entendía, tuvo que beber más para soportarlo.

- No puedes irte ahora, es demasiado peligroso.

- Y cuando deje de serlo, ¿me dejarás ir?

Sus ojos brillaban con esperanza, anhelando la posibilidad de que la dejara marchar una vez resolviera todos los asuntos pendientes que tenía con otras mafias. Pero él sabía muy bien que una vez estabas dentro, el peligro nunca te dejaba marchar. Aun así tuvo que responderle.

- Sí, una vez pase todo podrás irte.- Le mintió.

- Gracias, por protegerme ahora. Por cierto, ¿vamos a hablar de lo que pasó en la azotea?

- No.

Se hizo un largo silencio incómodo hasta que Ryujin volvió a hablar.

- Una última cosa, esto a lo mejor te parece algo raro pero, ¿tenéis una ducha aquí? Es que estoy deseando poder ducharme.

- ¿Qué te crees que es esto, un zulo? Claro que tenemos duchas pero, ¿te fías lo suficiente para ducharte con nosotros cerca? Te aviso de que la puerta no tiene pestillo y no te lo digo por mí. Pero tú haz lo que quieras.

- ¿Qué? ¡Pero quiero ducharme! ¡Tenéis que respetar mi privacidad!- Se la veía escandalizada moviendo las manos rápidamente a la vez que hablaba.

Eso le divirtió y le hizo sonreír de verdad tras el último sorbo de cerveza, le hizo volver al autobús donde la había visto por segunda vez, antes de que todo ese desastre hubiera ocurrido.

- Buena suerte con eso.

La miró de arriba abajo y se levantó para salir de la habitación, cuando notó que cogía su antebrazo mientras le decía que esperase, parándole cerca de la puerta.

- Por favor, tú eres el único que puede convencerles de que no entren mientras me ducho.

- No puedo parar sus ganas de...

Un ruido sonó abajo y ambos se giraron para escuchar como Hwall y Evan estaban peleándose otra vez.

Jungkook se desquitó de su brazo y bajó suspirando, cansado para separarles.

- Eh, quietos. ¿Queréis dejar de pelear de una maldita vez por gilipolleces? Si vais a pelearos que sea por algo con sentido.- Miró al piso de arriba mordiéndose la lengua mientras sonreía para sí mismo.- Por cierto, nos vamos al cybercafé.

- Yo me quedo, voy a echar la tarde jugando a la play.- Dijo Chan, sentado al lado de Yuhei, que veía como jugaba mientras esperaba su turno.

- Todos.

- Jungkook, ¿es que ahora quieres juntarnos a todos y hacer actividades unidos como una familia feliz?- Dijo Hwall con sarcasmo.- ¿Cuándo compraremos los nuevos muebles y adoptaremos un perro?

Jungkook le pegó una palmada en la nuca mientras él se reía. Se aseguró de que todos salieran por la puerta y miró una última vez hacia el primer piso, antes de salir.

<< Tienes una hora>>.

Oigo tu corazón || Jungkook Where stories live. Discover now