Oigo tu corazón || Jungkook

C a p í t u l o 45

Al llegar a la Torre, en la cual Ryujin nunca había estado, pudieron entrar sin problemas, ya que las puertas estaban abiertas de par en par, como invitándoles a entrar. Parecía una trampa en toda regla, así que debían permanecer alerta a todo lo que sucediera.

Minseok tiró delante de ella para protegerla, con los otros dos siguiéndola detrás y, al subir por las escaleras de emergencia, oyó un ruido extraño. En silencio, les indicó a los demás que se pegaran a la pared, para ir él a investigar de qué se trataba, escaleras arriba.

Entonces se oyó un disparo, que se estampó contra la pared blanca cerca de Minseok, llenándola de pintura azul. Él también disparó por el agujero de las escaleras, apuntando hacia arriba y tratando de averiguar quién era. Solución que encontró rápidamente cuando una cabeza llena de pelo blanquecino se asomó un poco: Taeyong.

Al cabo de un rato, cuando volvió a bajar las escaleras de vuelta a ellos, un pedazo de pintura azul le cubría el hombro izquierdo. A los pocos minutos bajó también el otro chico, con pintura naranja en el pecho. Hwall, nada más verle, le volvió a disparar, pero ya era tarde, Minseok había acabado con él y él con Minseok.

- Me ha matado, aunque ahora solo quedan otros tres, ¿verdad Taeyong?

- Sí, volvamos al garage.- Dijo el otro enfadado, pero antes de irse se volvió hacia Ryujin con una sonrisa maligna.- Parece que tomar las escaleras no será muy buena idea.

Ryujin lo tomó como una advertencia y se marchó con ellos hasta la entrada, ideando un plan de cómo subir hasta el último piso sin que acabaran con ellos. Lo malo fue que, al salir fuera alguien les tuvo una sorpresa preparada, pues les dispararon varias veces seguidas desde la azotea del edificio frente a la Lotte Tower. Jun, que había recibido el disparo, se desplomó dramáticamente en el suelo, como si lo hubiese recibido de verdad. Hwall se tiró a su lado y teatralmente dijo que se vengaría antes de cerrarle los ojos con los dedos como en las películas.

Pero Ryujin no tenía tiempo para bromas, alzó el arma en medio de la confusión y apuntó al francotirador, que le pareció ser Evan por su figura alta, y le disparó tres veces. Al tercero le dio.

Cogió a Hwall de la mano y lo arrastró hasta el ascensor. Supo que era algo poco inteligente porque podían esperarles en el último piso, tras abrirse las puertas, o cortarles la luz y dejarlos atrapados. Pero no había tiempo que perder si quería conseguir el medallón antes que Jungkook.

Al sonar el pitido y abrirse las puertas, Hwall salió primero. De una de las habitaciones apareció un Yuhei kamikaze que lo derribó de dos tiros, pero Ryujin fue más rápida y lo eliminó antes de que se volviera hacia ella. Ambos se retiraron, deseándole suerte y marchándose juntos mientras comentaban el juego. Ryujin le preguntó a Yuhei antes de que se marchase si Jungkook ya había conseguido la medalla y lo que el otro le dijo le heló la sangre.

La estaba esperando arriba.

Ahora estaba completamente sola. Su equipo había sido totalmente eliminado y tenía que ganar el juego por sí misma. Del otro equipo también quedaba solo Jungkook. Sería un uno contra uno.

Se preparó para disparar en cuanto abrió la puerta, sin saber qué debía esperar al hacerlo, pero se sorprendió de lo que encontró dentro.

Silencio. No parecía haber nadie.

Se colocó corriendo detrás de uno de los contenedores que había en una esquina y se acurrucó, respirando con dificultad. No parecía que alguna persona estuviera también escondida en otro lado, esperando. Esperándola.

Cargó la pistola y, sin querer la chocó contra la pared del contenedor, haciendo algo de ruido que acabó en un eco por toda la estancia. Se maldijo a sí misma por haber cometido un error tan tonto, mostrando al otro su posición.

Un segundo y medio más tarde escuchó unas palabras que provenían del otro extremo a donde ella estaba situada, hablando alto contra el viento nocturno que acechaba.

- Qué irónico, lo nuestro son las azoteas.

Y así, comenzaron con los disparos, a abrirse fuego entre ellos una vez más.