C a p í t u l o 42

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Cuando abrió los ojos, Jungkook ya estaba de pie, con tan solo los pantalones puestos, apoyado con los codos en la repisa de la ventana. Fumaba un cigarrillo y tiraba el humo al exterior de una bocanada.

Ella le observó sin moverse ni un poco, no quería interrumpirle. Quería observar cada centímetro de su cuerpo antes de que se esfumara y solo quedara su recuerdo.

Cuando él se volvió, Ryujin cerró los ojos y fingió que seguía dormida. Lo escuchó recoger el resto de ropa del suelo y salir de la habitación.

Cuando escuchó que se alejaba por el pasillo, se decidió a salir corriendo de la cama, tapada tan solo con la sábana. Por alguna razón, no quería que se marchara porque pensaba que, una vez cruzara la puerta, las cosas cambiarían entre los dos. Y ella no quería que eso ocurriera.

Se paró en seco al girar la esquina del pasillo, cuando lo vio en la cocina, con la nevera abierta y bebiendo leche del brick. Jungkook la miró de arriba abajo, extrañado, y dejó el bote en la encimera para sonreírle. Ella se miró avergonzada y se intentó tapar lo mejor que pudo. El chico se acercó para cogerle de la cabeza y darle un suave beso en la frente.

- No tienes ya nada que ocultar, Ryu.- Le dijo yendo hacia la puerta de la entrada, para irse.

- Espera. Quédate.

Quería retenerlo lo máximo que pudiera y eso haría.

- No puedo, lo sabes.

- Ni siquiera me has dicho adiós.

Jungkook dio pasos decididos e incluso abrió la puerta pero se paró al volver a escuchar la voz de la chica a sus espaldas.

- Quédate.- Ya no se lo estaba pidiendo o suplicando. Sonó como una orden.

Jungkook se volvió hacia la voz para quedarse sin respiración al ver cómo se quitaba la sábana que la cubría, quedándose sin nada encima. Cerró los ojos tratando de resistirse, pero su pulso le decía otra cosa.

- No... debo.

Finalmente se fue y ella corrió hasta la puerta, pero no llegó a alcanzarlo. Se tapó un poco, quedándose detrás de ésta por si algún vecino aparecía de repente. Se sorprendió al escuchar de nuevo el sonido de unos zapatos haciendo crujir el suelo.

El chico retrocedió sus pasos para darle un largo beso una última vez más, antes de irse definitivamente.

- Nos vemos esta noche.

Sus palabras se quedaron resonando en la cabeza de la chica sin saber qué era lo que pasaría aquella noche. ¿Sabía a caso lo que realmente estaba en juego? ¿Tendrían que volver a dispararse el uno al otro de nuevo y el que sobreviviera ganaría el liderazgo? No tenía ni la menor idea. De lo que sí estaba segura era que no pasaría por eso de nuevo. No iba a jugarse la vida de nuevo por un estúpido juego de mafias.

Envió un mensaje a Jun para que le explicara sobre el tema, del que tanto andaba perdida y esperó unos minutos rodeada de silencio, excepto los maullidos de su gata, escondida detrás de un pequeño armario. Seguramente había pasado allí la noche, asustada por la presencia de Jungkook.

Al cabo de unos minutos su mensaje llegó en seguida pero no le dio todas las respuestas que andaba buscando.

"Se tendrá que decidir
en una especie de duelo
y, quien lo gane, se
convertirá en el líder."

"Genial, ya he perdido."

"Tranquila, nadie sabe
de qué trata. Ni
siquiera él. Tienes
un 50% de
posibilidades de
ganarlo. Por cierto,
no quiero sonar
como un imbécil pero,
oye, Ryujin,
¿cuánto quieres
esto?"

"¿A qué te refieres?"

"Me refiero a que
esto es todo lo que
él tiene. Entiendo que
tú también lo quieras
pero, ¿a qué precio?"

"Oye, Jun, yo lo quiero
tanto como él, ya que
pertenecía a nuestros
padres y ambos están
muertos. ¿No podemos
liderar los dos?"

"Sabes que a mí me
daría igual pero
para los demás no
funciona así. Lo
siento."

"No es tu culpa.
¿Sabes? Al principio
no quería ni oír hablar
de mafias y armas,
pero ayer me di cuenta
de una cosa muy
importante. Soy
una gángster. Hay
cosas que se llevan en
la sangre y ésta es
una de ellas."

"Ya lo sé. Vi a través
de las cámaras cómo
tuviste que disparar a
Jungkook para proteger
a tu familia y eso me hizo
cambiar de idea sobre ti.
Fue muy valiente y no
estoy seguro de que él
hubiera tenido el valor
de hacerlo en esa
situación. Si sirve de algo,
tienes mi apoyo."

"Ya tengo dos, supongo.
Minseok y tú, ¿crees que
alguien más estaría
dispuesto a ser
mi aliado? "

"¿Minseok?"

"Es una larga historia,
te la contaré cuando
nos veamos."

Tiró el móvil al sofá y se dejó caer sobre él antes de dirigirse hasta la ducha. Debía prepararse para lo inevitable, fuera lo que fuese a pasar.

Se hizo una coleta cuando su pelo se secó, lista para mover ficha en su tablero. Si Jungkook se pensaba que no iba a pelear por su sitio estaba muy equivocado. Sí, le quería, pero también quería ese puesto, y nada tenía que ver una cosa con la otra.

Decidió que solo dejaría de participar si el supuesto duelo era letal o suponía hacerle algún daño físico.

No dejaría que su propio corazón la delatase esta vez.

Oigo tu corazón || Jungkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora