C a p í t u l o 25

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Jeon Jungkook. Ése era el nombre del chico que había hecho latir su corazón.

Estaba tan confundida que no paró de pensar en qué significaba. ¿Había logrado olvidar a Minseok, a quien le iba a confesar que le quería cuando le invitó a salir? ¿Estaba enamorada ahora de Jungkook?

Regresó a su cuarto y cerró la puerta sin avisar a nadie de que había llegado. También pensó que era demasiado tarde para decir que había vuelto y tampoco es que se oyera a nadie despierto. Todas las luces estaban apagadas.

No pudo evitar estrellar su cara contra la almohada para ahogar sus gritos de emoción. No sabía si lo que era lo que recorría su cuerpo en esos instantes era la adrenalina pero se sintió eufórica. Tanto, que asustó a su gata cuando se puso los auriculares con la música muy alta y comenzó a bailar como una loca por toda la habitación, saltando y vocalizando la letra de una canción como una adolescente.

Se quitó la camiseta y se quedó con el top que llevaba debajo, cambiándose los pantalones vaqueros por unos cortos de chandal, lo más parecido a un pijama que podía encontrar dentro de su bolsa.

Oyó entonces un golpe al otro lado de la puerta y se asustó. Alguien se estaba dedicando a golpearla repetidamente cuando abrió para ver qué era lo que estaba ocurriendo.

Al otro lado vio a Taeyong con el pelo despeinado, los ojos hinchados y un antifaz sobre la frente.

- ¿Qué son esos ruidos? Intento dormir.

- ¿Duermes con un antifaz de ovejitas?- Se rió al verlo, desde luego, era lo último que esperaba de alguien que parecía ser tan duro.

Otra persona se acercó corriendo por el pasillo detrás de él, medio desvestido, solo con unos pantalones y la cara medio dormida. Se chocaba contra las paredes hasta que logró llegar donde estaban ellos.

- ¿Qué está pasando? He oído unos ruidos.- Dijo Hwall mientras bostezaba.- ¿Ha entrado alguien? Tengo una pistola debajo de la almohada, voy a por ella.

Jun y Mark le seguían con el pijama puesto y cara de preocupación.

- ¿Quién hace tanto ruido? ¡Son las dos y media!- Se quejó el último en aparecer en voz baja, histérico.

- Ryujin.- Le señaló Taeyong con el dedo sin importarle.

Ella se rió, sorprendiendo a todos, que la miraban como si estuviera loca. Le impactó que unos gángsters que parecían los más peligrosos del país se quejaran por los ruidos como ancianas.

- No lo entenderíais, son cosas de mujeres.

- Esos pantalones tan cortos...- Le dijo Taeyong sin miramientos- me están distrayendo.

- Deja de mirarla, idiota.- Le golpeó Hwall, haciendo que el otro se la devolviera. Su móvil empezó a sonar unos segundos en su bolsillo y después paró.- Esperar, me están llamando. Era Jungkook, ¿qué querrá a estas horas?

- Que Ryujin deje de hacer ruido.- Se quejó Mark, frunciendo el ceño, de brazos cruzados.

- ¿Puedo haceros una pregunta, chicos?- Les dijo ella, suspirando mientras se apoyaba en el marco de la puerta con una media sonrisa, ignorando sus quejas.

- A ver, qué es.

- ¿Alguna vez os habéis enamorado de alguien?

La pregunta les pilló totalmente desprevenidos, abriendo los ojos y alzando las cejas. Algunos miraron hacia el suelo, demasiado avergonzados para responder.

- Esto... sí, ¿por qué?- Le respondió Hwall.

- ¿Quién más?

- Eh... yo.- Alzó la mano Taeyong.

- Baja esa mano, mentiroso. Y tú también Hwall, a lo que más puedes llegar a querer tú es a tus mangas y al chocolate.- Les expuso Mark, mientras ellos asentían tímidos de repente.

- Bueno pues cuando descubráis qué es lo que se siente, podremos debatir sobre si puedo hacer ruido o no.

Sus caras se quedaron aún más confusas pero a ella no le importó, sabía que tenía razón.

- Pero, ¿entonces por qué hacías ruido?- Preguntó Jun escondido detrás de los chicos.

- Bueno, se acabó la reunión, me quedaré quieta.- Les cortó Ryujin poniendo los ojos en blanco y cerrándoles la puerta de golpe.

Oyó como discutían todavía en el pasillo e incluso como uno de ellos la amenazó con que se lo iban a decir a Jungkook para que fuera a callarla al otro lado de la puerta.

- Por favor.- Susurró ella sonriendo mientras se mordía el labio inferior.

Se preguntó si él estaría pensando en ella de la misma manera, sin poder dormir. Se preguntó también dónde estaría en esos momentos y si también tendría sentimientos por ella. O tal vez solo lo había hecho por aburrimiento. Tal vez no se encontraba tan confundido y a la vez contento como ella.

Decidió cerrar los ojos sobre su cama y vivir en la mentira de fingir que él la quería tanto como ella.

Oigo tu corazón || Jungkook Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum