Capítulo 20 - "Esto está mal"

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"Nadie nos advirtió que extrañar es el costo que tienen los buenos momentos" - Mario Benedetti.


            

Los labios de Nate eran suaves y húmedos, tenían un ligero sabor a manzana y frutas. Aunque no quisiera admitirlo, Nate besaba bien, no, que digo, besaba jodidamente bien. Sus labios estaban estáticos y yo empecé a mover los míos para recibir alguna respuesta.

Había que hacer el beso creíble ¿No?

Sentí que estábamos muy lejos así que di un paso más para estar más cerca. A mis oídos no llegaba ningún ruido, supuse que toda la cafetería se había quedado muda; no los hubiera juzgado, si hubiese visto a la chica nueva besar a él rompe corazones más deseado no sabría qué decir.

Cuando pensé que ya había tenido suficiente y cansada –u ofendida- de que Nate no me hubiese respondido el besó, me alejé. No sabía que mis ojos estaban cerrados hasta que sentí que no podía ver nada. Cuando por fin abrí mis ojos, Nate los abrió al mismo tiempo. Por un momento había pensado que iba a insultarme o alejarme de él. Pero no, cuando abrió los ojos, me miró, pero no duró ni un segundo en agarrarme las caderas y volver a besarme.

¿Yo? Yo estaba en shock ¿Acaso Nate me había devuelto el beso? Oh, sí, sí lo hizo, y con más fuerza que antes.

¡Ay, Dios mío! Sostenme que me caigo.

Por alguna razón, sentía que mis pies fallaban, no me había dado cuenta que eso era lo que Nate provocaba en mí. Sus labios se movían demasiado rápido y salvajes, pero decidí no quedarme atrás. Su boca se veía deliciosa y sabía a un mejor, tenía que aprovecharlo por más que durará. Sabía que eso no iba a durar mucho, pero también sabía que no iba a volver a pasar; por un momento sentí que mi corazón se apretaba ante ese pensamiento. Eliminé ese pensamiento y me concentré en el beso.

Mala decisión.

Al concentrarme en los labios de Nate, una electricidad pasó por todo mi cuerpo. Sentí que me electrizaba con los movimientos de Nate y los míos. Por más que no quisiera, me separé.

-¡Qué joda! ¿Qué fue eso? – escuché la voz de Jared a mi lado – Por poco se devoran aquí al frente de todos, hermano – le dijo a Nate.

Mi cara debía ser un dilema, cada segundo que pasaba sentía mi cara enrojecerse más.

-Nate... - dije sin aliento, en parte por la vergüenza y también por el beso.

-Tranquila – escuché que dijo también sin aliento – las vi.

-¿Las viste? – fruncí el ceño.

Los labios de Nate estaban rojos, suponía que los míos igual.

-A Ariann y sus amigas – dijo. La lógica llegó a mi – están allí.

Nate ladeo la cabeza señalando a la puerta de la cafetería. Discretamente, volteé para ver y allí estaban. Ariann estaba cruzada de brazos con los ojos aguados, sus amigas estaban con la boca abierta sin quitar los ojos de nosotros.

Me volteé hacía Nate de nuevo.

-Claro, por eso fue que vine y te besé – intenté sonar lo más obvia que pude.

-Solo fue un beso – dijo Nate encogiéndose de hombros y quitándole importancia, aunque lo había dicho en un susurro.

Asentí más para mí que para él. Era solo un beso, estábamos fingiendo que nos gustábamos entre nosotros; nada real. Yo estaba segura de eso, Nate no me gustaba, talvez sentía una simple atracción hacía su contextura y lo guapo que era.

¿Coincidencia?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora