Capítulo 23 - "Vas a ser mía"

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"Why, tell me why, did I fall for those eyes?"


-Becka, estas roja ¿Estas bien?

Abrí mis ojos como perlas cuando vi a mi hermana a punto de entrar a la cocina. Su cara era de confusión y dio un paso hacia mí.

-¿Qué haces aquí?

-Pues pensé que tal vez necesitaban más ayuda en la cocina.

Me volví a poner roja recordando lo que pasó hace unos segundos en la cocina.

-No, - esa voz – ya está todo listo.

Aunque no quisiera, un nudo se formó en mi garganta al sentir a Nate atrás mío. Mi hermana miró sobre mi hombro viendo a Nate.

-Creí que se iban a demorar más – dijo mi hermana.

Bella frunció el ceño y yo rezaba para que la "lógica de Bella" no actuará.

La lógica de Bella nació cuando éramos pequeñas. Por alguna razón, ella siempre podía relacionar todo. Bella parecía un pequeño genio, sabía cuándo iba a ser un momento incomodo sin saber la historia. Mi hermana nació con un instinto, su cerebro parecía que, literalmente, podía leer la mente; obviamente no tenía súper poderes o algo así, pero si parecía que podía detectar algo por más que lo tratáramos de ocultar.

Pero esa vez falló.

-No, la verdad no era algo con mucha ciencia – dijo Nate.

Su tono de voz era tan relajado y sin preocupaciones. Como si nada hubiera pasado.

-Bien... - dije alargando la palabra – iré a la sala.

Rodeé a mi hermana y caminé hacia donde todos estaban. Todos estaban metidos en sus conversaciones y yo me quedé incomoda, de nuevo. Caminé hacia el sillón y me quedé esperando a que los demás se sentarán en la mesa.

-Familia e invitados, – dijo Rose llamando la atención de todos – por favor tomen asiento, ya está lista la comida.

Yo tragué saliva cuando vi a Nate sentarse primero, con todo mi ser quise sentarme lo más lejas de él. Todos empezaron a tomas asiento y solo quedaba un puesto libre: Al lado de Nate.

No puedes ser más de malas, Becka.

Rose empezó a servir los platos mientras yo evitaba, a toda costa, mirar a Nate. Se veía tan atractivo, no era por nada pero ¡Dios! ¿Quién creó a este hombre?. Su espalda ancha, esa nariz recta respingada, su mandíbula marcada... y que decir de sus ojos; ese color verde tan inusual que quitaba respiros.

No me había dado cuenta que me estaba mordiendo el labio hasta que sentí que me dolía. Sentí un pequeño roce en mi pie derecho, mis ojos fueron directo a mi lado, a los ojos de Nate quien estaba tomando de su vaso; sus ojos tenía una mirada de picardía que me hizo sentir extraña.

Me di cuenta que el roce provenía de debajo de la mesa. Mi respiración se cortó cuando, de reojo, vi que Nate se empezó a agachar. Volteé un poco la cabeza y percibí que su servilleta ya no estaba ¿Acaso se le cayó?, bueno, eso pensé, hasta que sentí unos dedos tocar mi tobillo. Involuntariamente solté un salto cuando los dedos empezaron a subir por mi pierna. Eso dedos dejaron de tocarme cuando la cabeza de Nate volvió a aparecer en la mesa.

-Ay, mi corazón – murmuré por muy bajo para que nadie me escuchará.

Miré a Nate y él tenía esa estúpida sonrisa coqueta. Intenté actuar normal hasta que sentí a Nate acercarse a mi oreja.

¿Coincidencia?Where stories live. Discover now