Capítulo 35 - "Restaurante de comida"

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"One taught me love,

One taught me patience, 

One taught me pain."

-Thank U, next; Ariana Grande.

*Este capítulo es un poco largo por no haber actualizado el anterior fin de semana. Enjoy it ;)

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Si en ese momento me hubieran preguntado: "¿Becka, por qué te montaste al auto de Daniel?" probablemente no hubiera sabido que responder; ni yo sabía. Tal vez fue la espontaneidad del momento que siempre me hacía tomar decisiones de la nada. Así era yo, siempre dejándome llevar por el momento.

-Becka, ¿Qué hacías vagando por tu jardín?

Ay, verdad que Daniel estaba allí.

Pues es su carro, tonta.

Dejé de mirar la ventana para mirarlo.

-Estaba cuidando las flores – dije.

Si, había mentido, y me arrepentía por eso. Pero contarle a Daniel que había visto a Nate con otra mujer... y que los había interrumpido... era un poco vergonzoso.

Daniel miró el volante con una ceja levantada.

-No creo haber visto alguna flor allí, Becka.

Oh, sí.

Decidí mirar a Daniel por un momento. Su perfil era definido, pero no como el de Nate. ¿Cómo era posible que ambos fueran guapos, pero tan diferentes físicamente? La cara de Daniel embramaba ternura hacía cualquiera que lo estuviera viendo. Él era de esos rostros que eran bonitos, o como se decía en Chicago, eran de "cara linda".

Noté algo extraño en su mandíbula.

Abrí mis ojos como platos - ¿¡Es eso barba!?

Daniel soltó una carcajada mientras yo seguía impactada. Tenía barba...bueno, como 5 pelos debajo de su boca, pero era algo.

Instintivamente, mis dedos llegaron a su barbilla y sintieron los 5 pelos puntiagudos en mis nervios. Para mi eso era nuevo. Yo había sido criado con otra mujer en la casa así que la pubertad nos había llegado parecida.

Aunque Daniel seguía riéndose, caí en cuenta que mi mano seguía en su cara. Me puse roja de repente y quité mis dedos rápidamente.

-Oh, perdón.

Mi risa y sonrisa nerviosa aparecieron. Me relajé cuando Daniel se encogió de hombros, relajado.

-Es agradable tener tu mano en mi barbilla – comentó.

Una risa se me escapó.

- ¿En serio? – pregunté.

Daniel estaba mirando hacia delante, pero, sin embargo, asintió. Una pequeña sonrisa se posó en sus cachetes y un pequeño hoyuelo se hizo en el lado derecho de su cara.

-Sí.

-Si te gusta que alguien te manoseé la cara, necesitas ayuda seria, Dan.

Ambos nos reímos y Daniel siguió manejando.

- ¿A dónde quieres ir? – me preguntó, después de unos minutos.

Oh, si, teníamos que ir a alguna parte. La cuestión era que yo no sabía a donde ir, así que decidí preguntarle a él a donde quería ir.

- ¿Sabes? No tengo ni la menor idea – dije – sorpréndeme.

Daniel lazó una ceja mientras pensaba. Yo tenía curiosidad a donde me iba a llevar. Luego pensé que esto era un tipo de cita; siempre habíamos quedado en tener una cita o en salir. En mi mente llegó en momento en el que me tocó cancelarle ya que teníamos una cena con los Anderson; la cena en la que Nate me había pedido disculpas. La verdad ni me acordaba de que se estaba disculpando, pero...

¿Coincidencia?Where stories live. Discover now