Capítulo 36 - "Guerra de las galaxias"

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n/a: miren la imagen al lado del video, la necesitarán.

"We are

never ever,

getting back together"

-Taylor Swift. Red album.


Tal vez hay cosas que son buenas en la vida y, otras, desgracias...

- ¡No! – grité, exasperada.

Las palomitas que Bella llevaba en la mano, salieron volando por el aire; algunas cayeron encima de nuestro cabello. Mi hermana se volteó y me fulminó con la mirada.

- ¿¡Cuál es tu problema!?

Yo, por otro lado, no podía dejar de mirar la pantalla de la televisión.

-Él no puede ser malo, digo, él era bueno – dije, con una mano en la boca - ¡Ya iba a ser un Jedi!

Bella rodó los ojos y negó con la cabeza, no era nuevo para ella que yo reaccionara así. Pero ¡Vamos! Eso era una desgracia.

Mi hermana se sacó los pedazos de palomitas de su cabeza y se organizo su cabello castaño claro, casi rubio.

-Solo es una película, Becka. Esto no pasa aquí. Supéralo.

Bufé. Lo dijo como si fuera tan fácil.

- ¡Claro que pasó! -exclamé. La miré a sus ojos cafés – solo que en una galaxia muy, muy lejana.

Usar la frase que aparecía en el comienzo de todas las películas de "Star Wars" rompió mi corazón. Anakin era... él siempre fue bueno... pero, luego...

Mierda.

-Mierda – exclamó mi hermana.

La miré directo a los ojos.

-Sin groserías, Bella – le advertí.

Mi hermana hizo una sonrisa de malicia y se empezó a parar.

-Oblígame, perro – dijo.

Bella salió corriendo de el piso y empezó a correr por detrás el sofá. Ágilmente, agarré una almohada y se la tiré. Ella gritó en protesta.

Bueno, eso de ser terca iba en la sangre de la familia Rosewood; siempre retando y desobedeciendo las reglas. Bella era más inmadura que yo, hasta más loca se podía decir. Pero yo no me quedaba atrás, oh, no.

Bella siguió corriendo por toda la casa hasta que mis padres nos mandaron a dormir. Yo no tenía sueño, pero si no me iba a la habitación, sería un caos. No era tarde, la verdad eran como las 9 de la noche. Pero tenía que dormirme temprano si no quería aparecer con unas ojeras de aquí a la luna.

La ventana y cortina de mi habitación seguía abierta, debía cerrarla si no quería enfermarme. Fui hasta allí y vi algo moverse en la ventana de al frente. Era Nate de seguro.

Traté de enfocar más la vista, pero en ese momento me llegó un mensaje de mi celular.

Fruncí el ceño y abrí mensajes.

*Daniel te acaba de enviar una imagen. Presiona para ver*

Con curiosidad, abrí la foto.

Era yo, era la foto que él me había tomado el día el cual salimos a comer. Ahí estaba yo haciendo como si no me diera cuenta de que me estaban tomando una foto, toda desprevenida y con el flash en la cara. Para mi sorpresa, no había quedado tan mal como había pensado; la gente de atrás que estaban comiendo le daban a la foto una vibra casual.

¿Coincidencia?Where stories live. Discover now