Capítulo 68 - "La habitación extraña"

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N/A: No, no estás soñando, aquí está la actualización. WUJUUU, YA ERA HORAAAA. Lo sé, lo sé, deben estar enfadadísimos conmigo pero no era yo, era mi computador que le dio la gana de dañarse cuando ya estaba por acabar la historia :(


La guarida de Batman.

Sí, eso fue lo primero que llegó a mi mente al ver esa sala extraña llena de cosas aún más extrañas, en una casa de gente extraña. No, es que ni siquiera la palabra extraña podría defininir esa habitación que quedaba lejana a todas las cosas modernas de esta casa.

Tenía luces artificiales por todas partes que iluminaban la amplia habitación y le daba un toque tecnológico. Su piso era de madera, pero, al caminar, no resonaban los zapatos – lo que me hizo creer que de verdad no era madera, sino algún material raro, chino, probablemente. Al seguir derecho desde la puerta había una gran mesa con computadores de todos los tamaños y marcas posibles apagados, lo cual parecía gracioso sabiendo que toda la habitación estaba en su máxima expresión apenas Arlet movió un interruptor.

Sí, así tipo el cuarto rojo de Christian Grey.

Habían maquinas pequeñas por toda la habitación, como detectores de mentira verdaderos, discos duros en pilas largas, computadores negros por todas partes, cables y... un mueble.

El estado de shock de todos nosotros era palpable en el aire, más por la forma en la que cada uno miraba los lugares de la habitación.

-Alguien tiene que preguntar – dijo Daniel.

-Nos van a matar, ¿cierto? ¿Con todos estos aparatos extraños de tortura? – pregunté.

Arlet, por primera vez, soltó una carcajada. Nos miró, - bueno, me miró -con incredulidad y burla.

-Sí, y de esta puerta va a entrar Ted Bundy para hacer el trabajo sucio – escuché en la puerta.

Blaise había llegado apenas nosotros entramos a la habitación. Ya estaba vestido, gracias Dios. Fue directo a la mesa donde habían miles de computadores y prendió un botoncito rojo que encendió las maquinas de búsqueda; sino fuera porque estaba tan relajado, hubiese pensado que era algo así como una alarma para que el FBI entrara y pues, ajá.

Muchas películas de acción. Lo siento.

Mientras tanto, Nate se sentó en el mueble que estaba apoyado frente a la pared paralela a donde estaba la puerta. Se le iluminó el rostro por la luz del pasillo que, ahora adentro de esta extraña habitación, parecía otro mundo distinto. Él miró todo su alrededor e hizo una mueca de confundido que me provocó bastante risa. Es que de verdad que parecíamos tan desorientados en esta sala tecnológica, tantos aparatos raros de investigación que solo alguien muy experimentado podría utilizar. Hasta habían sillas con correas para amarraran a quien sabe quienes; tal vez para sacar información a sospechosos de forma violenta.

-¿Siempre han tenido este centro de retención de rehenes, o solo cuando se mudaron? – preguntó Nate mirando a su alrededor, con un sarcasmo evidente.

-A veces la investigación es más que lo que se ve en televisión – dijo Arlet.

-¿Por eso los elementos de tortura? – dijo Daniel detrás de mi.

Su cara de ternura estaba pálida y asustada, tal vez era por el nerviosismo que irradiaba la sala. No lo culpaba, todos estas cosas eran intimidantes. Aunque yo no estaba tan nerviosa, más bien tenía mucha curiosidad de cómo funcionaban estos elementos. Algún día, seguro que algún día, aprendería como utilizar uno que otro objeto raro de esta habitación.

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