Capítulo 38 - "Me gustas, me gustas"

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N/A: Como me insistieron tanto y los amo demasiado, ¡aquí viene otro capítulo! estoy produciendo mucho estos días, ahre. Disfrutennnn. Btw, lo escribí muy emocionada entonces tal vez hayan errores, me van avisando, por faaaa.

"Tell me that you love me, even if it's fake

Cause' I don't fucking care...

At all."

-idfc/ Blackbear.

           

Mi corazón estaba latiendo muy rápido – demasiado -, más de lo normal. Había pasado por cosas así antes, en mi anterior escuela era normal declararle su amor a cualquier persona... pero, esta vez era diferente ¿Era por Nate? No, no había manera. Él no me gustaba, o no podía gustarme. Eso no pasaba en la vida real, solo en libros y películas. Al menos yo pensé alguna vez estar preparada para este momento, ya saben, de tanto leer y ver películas a las 12 de la mañana; pero, vivirlo era muy diferente, era como tener una presión encima.

El viento golpeó mi cara cuando Nate abrió las puertas principales. ¿No había guardias? Oh, vamos, mi suerte estaba por el piso.

Nate me llevó hasta la parte de atrás de nuestra escuela, donde solo había un teatro escolar a unos cuantos metros.

-Me gustas – dijo.

Sus ojos chocaron los míos y mi fuerza se volvió débil.

No podía negar que esperaba un: Te la creíste we xD. No pasó, él iba en serio, Nate estaba confesando que yo le gustaba.

-No te creo – dije.

Nate bufó.

-Me gustas.

Evité sus ojos.

-Deja de decirlo.

Me agarré la cabeza, desesperada. Esto no estaba pasando, yo, Rebecka Rosewood amante de la lectura y tan terca como un burro... yo no le podía gustar a Nathaniel Anderson.

-Me gustas, me gustas, me gustas, Rebecka – repitió como una lora mojada – y estoy tan sorprendido como tú. ¿Cómo me puedes gustar tú, que ni me pones cuidado, cuando tengo a todo un grupo de chicas locas por mí? ¿Cómo me puedes gustar tú siendo tan terca e inocente?

Nate buscó mis ojos, yo evité los de él. ¿Qué me estaba pasando? Siempre había podido sostener la mirada con cualquier persona, pero estos nervios, ese revuelto en mi estómago, estaba haciéndome imposible mirar a Nate a los ojos. Mis manos estaban inquietas jugando entre ellas, mi cabeza daba vueltas y solo pensaba en eso.

-No quiero que digas que te gusto, Nate – dije.

Debía decirlo.

Nate, con un nerviosismo que se puede notar desde lejos, me puso sus dos palmas en mi cara para que yo levantara la mirada. Ese estilo de chico malo lo seguía teniendo. Era verdad que tenía a casi todas las porristas muriendo por él, ellas solo querían que tan solo él las mirara; él era un mujeriego que jugaba con las mujeres, solo las buscaba para una aventura de una noche. Ese mismo hombre venía a decirme que le gustaba. Esto era un puto cliché.

- ¿Por qué no puedo decirte que me gustas, Rebecka?

Yo, mirándolo a los ojos, solo pude decir lo que debía decir.

-Porque no puedo hacer nada al respecto, Nate – esas palabras le cayeron como un balde de agua fría – te gusto, pero tú no a mí.

Al finalizar, tragué saliva. Una risa de incredulidad sonó por los aires, Nate se estaba riendo.

¿Coincidencia?Where stories live. Discover now