Capítulo 27 - "¿A dónde me llevas, Nate?"

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n/a= Me dejé llevar en este capítulo pero me encanto, y no estoy muy segura por qué jeje.

"Tus labios poseen un hechizo del que no puedo escapar"

Rebecka Rosewood.

Salir de mi casa iba a ser difícil; sobre todo, por la pelea con mi madre. Me desperté un poco más temprano de lo usual para salir de correr. Ya era hora, hacía días que no corría y mi cuerpo me lo empezaba a cobrar. ¿No les pasa que cuando hacen mucho ejercicio por muchos días y de repente paras, se siente extraño? Aunque para ser honesta no salí a correr por esa razón, solo no quería ver a mis padres.

Seguía enojada con ellos, muy enojada, a decir verdad.

-Ey, no lograras escapar.

Paré de repente en la puerta. Me volteé lentamente a enfrentar a mi hermana; hice lo que se mejor hacer, disimular.

- ¿Pero quééé? – dije con una risa – no estoy intentando escapar, Bella; solo voy a correr un rato.

-Mis padres salieron temprano en la mañana – no pude evitar soltar un suspiro de alivio - ¡Ves, lo sabia, Becka! ¡Estabas intentando escapar, ¿No es así?!

Rodeé los ojos – bien, sí, Bella, estaba intentado evitarlos.

Mi hermana sonrió triunfante y rodeé los ojos de nuevo.

-Ush, deja de hacer eso; algún día se te va a ir el ojo por atrás.

Se me salió una risa por lo estúpido que sonó eso.

Me crucé de brazos – eso no es posible.

- ¡Claro que sí! – dijo casi en un grito. La miré esperando que prosiguiera – pues, creo.

Sonreí porque la había dejado sin nada que decir. Cuando me di la vuelta para salir por la puerta, mi cola de caballo golpeo mi cara.

Plan de salir triunfante: Fail... completo fail.

-Pero... - dijo mi hermana – en un video de Youtube, aparece que eso puede causar problemas neurológicos porque produce un trastorno del procesamiento visual.

-Sabes que no entendí ni una mierda de lo que has dicho, ¿Cierto? – dije mientras la miraba de reojo.

Su pijama me llamó la atención. Un pantalón de ovejas blancas con un fondo rosado pálido; mi hermana era demasiado blanca como para combinar algo así. Aunque no digo nada, yo también tengo una tez muy blanca. Es extraño porque no es blanco es como pálido, casi como la leche, siempre me había tomado muchas horas al sol para poder tomar un leve bronceado.

San Diego era realmente cálido para mi gusto. El frio era como mi pasión, mas o menos; pero lo bueno era que podía salir a hacer cosas estúpidas y, al mismo tiempo, aprovechar el sol para broncearme.

Bella bufó y se dio la vuelta.

-Solo no te demores mucho, ¿Bien? – dijo subiendo las escaleras – acuérdate que vamos con Jack.

Es gracioso, ella nombra a Jack; mientras yo lo hago con Nate.

Asentí y salí por la puerta.

Un golpe de viento cálido golpeo mi cara, me permití cerrar los ojos mientras el aire acariciaba mi cara. Realmente, no llevar maquillaje se sentía muy satisfactorio; cara libre, sin mascara, ni polvos, solo como si hubiera despertado de la cama y salido a correr. Creo que eso era una de las cosas que quería de San Diego, la gente allí era tan fresca; en Chicago la gente te juzgaba por lo que llevabas puesto o por no llevar maquillaje o cosas así. Aquí, a diferencia, parecen en realidad no poner cuidado a lo que haces o lo que dejas de hacer. Pero, debido a mi padre, los prejuicios de la gente en Chicago, se volvía mil veces más intensos para mí familia. Mi padre siempre había sido una persona muy importante debido a lo que hacía por el pueblo; había gente que lo quería... aunque, también, había gente que lo aborrecía.

¿Coincidencia?Where stories live. Discover now