Capítulo 25 - "El dia después"

7.8K 345 89
                                    

N/A: un poquito largo por toda la tardanza. Lo siento.

"Dime por qué dices que somos amigos si lo que sentimos no es algo normal"

Sentí un peso en mi estómago, eso me hizo soltar un pequeño gruñido. Entre abrí los ojos pero la luz logró segarme; mi cabeza empezó a darme pequeños zumbidos y golpes. Me dolía todo, pero mi cabeza más que todo. Mi cuerpo estaba cansado y sentí que no podía moverme. Por más que intentara abrir los ojos estos no obedecían. Quise acariciar mis ojos para abrirlos pero mi mano izquierda estaba atrapada.

Empecé a dar golpecitos con mi otra mano, aún con los ojos cerrados, para mover lo que me tenía atrapada. Toqué algo extraño. Abrí mis ojos como platos; una mano.

-¡Mierda! – susurré un grito.

Me paré de la cama de un tiro con mi mano en mi boca. Lo primero que vi fue a Nate boca abajo, su cabeza estaba sobre una almohada pero con la boca en ella. Sus ojos estaban cerrados y su boca entre abierta. Había un gran detalle, no llevaba camiseta encima; su cuerpo estaba casi desnudo con excepción de su bóxer.

Tragué saliva. ¿Acaso yo me había acostado con él?

Miré hacia mi vestimenta, bueno, si así se le podía decir a mi ropa interior. ¿Por qué tenía ropa interior? ¿Y mi vestido? Mierda, había olvidado todo lo que había pasado en la fiesta de ayer. Me había dejado llevar completamente. Lo último que recordaba fue ese Vype que me había fumado. ¡Por Dios! ¿Acaso estaba loca de remate? Aunque me lo había buscado, casi literalmente. La curiosidad siempre fue un problema para mí, como ahora me moría por saber porque desperté en la cama de Nate.

Mi mano fue a parar en mi frente – No, no la puedo perder así.

Nate se removió incomodo en su cama. Soltó un gruñido y tocó el lado en el cual yo me había despertado.

-Ven, bebé, ven aquí.

Me tapé la boca para evitar una carcajada. Nate pareció ser chocado por un tren porque abrió los ojos como platos, pareció que el movimiento le dio un dolor de cabeza porque hizo una mueca y se recostó boca arriba. Cerró sus ojos con sus manos.

-Oh, espera, ¿Creíste que era una puta? – dije señalándome y hablando con risa indignada.

Nate se alborotó el cabello y abrió los ojos frustrado. La posición en la que estaba me había dado una perfecta vista de su abdomen bien trabajado.

-Se me había olvidado que estabas aquí ¿Sí?

Se levantó de la cama y se posesionó al frente mío, solo separados por su cama. Primero, los ojos de Nate me escanearon de arriba a abajo, me sentí incomoda pero era una estupidez taparme después de qué él, casi literalmente, ya me había visto en ropa interior. Él miró por algo en el piso hasta que encontró su camisa. Se la empezó a poner y supe que ahí tenía que preguntar.

-Nate – él me miró con indiferencia – tú y yo... ya sabes...

Nate asintió – Sí, tú y yo son pronombres, Becka. Pensé que te lo habían enseñado en tu anterior colegio.

Bufé mientras rodaba los ojos. Nate sonrió con malicia esperando a que yo volviera hablar.

-Cállate, gran pendejo.

Eso lo hizo soltar una carcajada - ¿Qué preguntabas, Becka? – preguntó con inocencia fingida.

Me relamí los labios. Mi corazón había empezado a latir desde el momento en que vi a Nate en la cama, pero estar de frente con él, asustada por la verdad, me estaba haciendo sudar de los nervios. Le di una mirada a toda la habitación tomando una respiración. Sentía la mirada de Nate en mí.

¿Coincidencia?Where stories live. Discover now