2. Motivación

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Nota previa: Violencia y asesinato. Lenguaje soez.

A las 7:25 el móvil de Dazai sonó por tercera vez seguida.

Aunque había tenido la precaución de dejarlo en vibración, le había despertado al segundo toque pero había tratado de ignorarlo. Solo quería dormir un poco más, bastante más de hecho. Sin embargo estaba claro que quién estaba al otro lado no iba a parar de llamar y llamar hasta que contestara. No hizo falta ver el nombre de "Babosa" para adivinar quién era.

Suspiró antes de dar al botón verde porque sabía lo que le venía encima:

-¿Sí? -intentó que su voz sonase un mínimo comprensible en mitad de un bostezo.

-¡¡¡¡Dazai!!! ¡Al fin te dignas a contestar! Pero, esa voz... ¡No me digas que te has dormido!

Dazai bostezó con más intensidad. Oyó resoplar al otro lado.

-Ven aquí en 5 minutos, marmota.

-Imposible, no estoy en mi habitación - se sorprendió de poder articular una frase entera con lo adormilado que estaba.

-¡¡¡¡¿Dónde cojones estás?!!!!

-Buena pregunta.

Intentó reconocer de al lado de quién se acababa de despertar. Morena, pelo largo, bastante delgada, curvas. Sí, la chica de la perfumería. La primera que había contestado el día anterior de su lista de ligues recientes tras Chuuya golpearle los testículos en el ascensor. Había querido llamar a la última, una rubita con pequitas y sonrisa graciosa, pero no sabía qué número era, así que había empezado a llamar al azar a los números del grupo "chicas disponibles".

-¡Da igual! -le siguió gritando Chuuya al otro lado de la línea. - Llevo casi media hora esperándote en el gimnasio, así que mueve tu culo y ven para acá.

El gimnasio, la propuesta de Elise, Chuuya como su entrenador personal. Tenía 0 ganas de ir. Ni la posible oportunidad de chinchar a Chuuya le atraía. A decir verdad, si la víspera en el despacho de Mori la idea había despertado un inesperado interés en él, con la luz del nuevo día, lo veía como otra cosa más tediosa que no haría más que exigir de él un esfuerzo que no tenía ninguna gana de hacer.

Intentaba buscar una excusa creíble, como por ejemplo un intento de suicidio al alba que le había dejado el brazo inservible tras un buen corte en las venas, cuando la morena de su lado se empezó a mover.

-Buenos días -le susurró ella con una sonrisa picarona.

-¡Hola! -le contestó Dazai con voz seductora mientras sus labios se buscaban.

-¿¿¿¿Estás con una chica????

La pregunta de Chuuya sobraba, y a Dazai le dio pereza responderle. Le dio al botón rojo y dejó caer el móvil al suelo, mientras se empleaba en meterse entre las piernas de la chica.

A varios kilómetros Chuuya miraba la pantalla del teléfono con una vena latiéndole en la frente.

Él se había pasado parte de la noche preparando un plan de entrenamiento adecuado para Dazai. Consultando libros que había comprado en esos años, viendo vídeos de youtube, leyendo foros, y Dazai pasaba de él. Despreciaba su esfuerzo, todo por tirarse a otro de sus ligues.

Le entraron ganas de romper el móvil con una pesa, pero no lo hizo. Si lo hiciera cada vez que Dazai le decepcionaba, no ganaría para móviles.

¡Qué le diesen! Él renunciaba a entrenarle antes si quiera de haber empezado. Que se lo explicase el mismo imbécil de Dazai a Mori.

Chuuya, Personal Trainer. ( Completada )Soukoku. Bungou Stray Dogs.Where stories live. Discover now