12. Sólo por una vez

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Notaba a Chuuya todo tenso mientras quedaba inmovilizado por los brazos de Dazai apresándole además con las dos bolsas de la tienda de ropa. Sabía que esa parálisis tenía una caducidad muy corta, que en cualquier momento se iba a remover con violencia y le iba a propinar o un puñetazo o una patada pero, mientras, Dazai lo estaba disfrutando.

Debía de admitirlo.

Era un beso casi casto, pero los labios de Chuuya eran suaves, frescos, y, sobretodo, casi prohibidos.

Sabía que sólo habría ese único beso entre ellos, ninguno más, pues, aunque notase cierta atracción hacia el pelirrojo, no podía ir más allá con él.

Aun así, se sentía tan bien.

Siempre se había besado con desconocidas, con chicas de una noche. Pero a Chuuya le conocía mejor que a él mismo.

Era su compañero, la persona que más confiaba en él, y Dazai sabía que a Chuuya le gustaba él. Hablando con franqueza, el enano estaba loquito por sus huesos.

Con ese pensamientos se le escapó una risita sobre los labios de fresa del otro, lo que fue un error, porque Chuuya despertó de su pasmo con esto, y como, temía Dazai, se liberó con facilidad del agarre con un empujón.

Se puso a la defensiva esperando, con cierto masoquismo, el golpe, cuando se encontró con un Chuuya que no esperaba.

Estaba muy serio, sus ojos azules le miraban con mucha atención y no había ninguna señal de enfado ni de sonrojo, lo que decepcionó a Dazai. También esperaba un "¡Eres un idiota!" o un "¿Por qué lo has hecho?" Pero sólo había silencio.

Dazai supo el porqué: Kouyou. La charla que le había dado antes le había impactado en verdad a Chuuya.

A Dazai no le gustaba ese mutismo. Como buen géminis deseaba decir algo, pero no iba a ser el primero en hablar tras aquel beso.

Le había besado como, no le cabía ninguna duda de ello, Chuuya había soñado durante mucho tiempo y en vez de suspirar y derretirse como sus conquistas femeninas, se quedaba ahí quieto, parado, sólo mirándole con aquellos luceros color zafiro que tenía como ojos.

¿Quizá le había afectado demasiado?

Aquello ya empezaba a ser muy, muy incómodo.

¿Aún tendría que hablar él primero?

Pensó un instante que decirle.

Algo así como, "Chuuya, sólo era un beso, y te lo he dado porque me apetecía, te ves tan ridículamente guapo cuando lloras como un niño pequeño" No, no, ¿qué le iba a decir? ¿Guapo? Chuuya ya sabía demasiado que era atractivo, él no podía hacer crecer su ego aún más con eso.

Mejor callarse.

Sí, exacto.

Empezaría a andar sin decir nada más y Chuuya le seguiría como el buen perro fiel que era.

De ese beso no volverían a hablar nunca más.

Al llegar a la sede le pediría a Mori el traslado a otro punto de Japón, como él ya había pensado.

Tras sencillo como eso. Echaría tierra de por miedo. Y allí tendria muchas novias que le harían olvidar que había besado a Chuuya Nakahara y lo bien que se había sentido.

Y entonces Chuuya gritó:

-¡Joder, a la mierda!

Y soltando sus prendas ensangrentadas, saltó sobre Dazai, se enganchó a sus caderas con los muslos, empujándole contra la pared del callejón.

Chuuya, Personal Trainer. ( Completada )Soukoku. Bungou Stray Dogs.Where stories live. Discover now