11. Soukoku XXX

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Dedicado a marcev27deseándole todo lo mejor.

Nota previa: violencia y asesinato.

Chuuya se dejó resbalar hacia el suelo hasta que quedó sentado, acurrucó las rodillas, mientras su mano enguantada derecha no abandonaba su pecho donde podía sentir como su corazón latía desbocado.

No se lo había imaginado. Dazai le había acorralado contra el espejo del probador, sus ojos castaños habían brillado con el fulgor rojizo del deseo mientras sus dedos le exploraban, sin miramientos, sin contemplaciones, recorriendo casi cada rincón del cuerpo de Chuuya cubierto por esas prendas.

Chuuya había pensado en un primer momento que estaba burlándose de él, uno más de sus juegos crueles. Pero la respiración alterada, los movimientos nerviosos, su falta de control, lo reconoció como el resultado de haberse rendido Dazai a su último juego de seducción: quitarse la ropa interior, ponerse unas mallas ajustadas que marcaban bien su trasero y las líneas suntuosas de su masculinidad y salir del probador para mostrarse delante de Dazai poniéndolo caliente enseñándole lo que tenía. No quiso exagerar, quiso ser natural, imaginando que eso excitaría más a Dazai.

El resultado superó sus expectativas: Dazai había saltado sobre él con el hambre de un depredador.

¿Era así cómo actuaba Dazai con sus chicas?

Cuando había notado el aliento de su boca sobre la suya, las palabras de advertencia de Kouyou llegaron a su memoria: trata de que Dazai no crea que te tiene comiendo de su mano.

Así que por mucho que desease probar esos esponjosos y jugosos labios, buscó en su interior de superviviente la fuerza para empujarle, lanzarle lejos de él, rompiendo el embrujo que les iba a llevar a un beso que cambiaría su relación para siempre.

Tras ser golpeado contra el suelo Dazai había despertado de su embrujo y le había mirado dolido, triste, como a un niño que se le pega injustamente.

Chuuya sintió una ternura inesperada hacia él pero antes de que pudiese interactuar, Dazai se había levantado con mucha torpeza y había abandonado el probador casi tropezando con los zapatos en el suelo de Chuuya.

¿Y ahora? ¿Qué hacer a partir de ahora?

Conocía lo suficientemente a Dazai para saber que iba a querer huir de lo que le había hecho acercarse tanto a Chuuya, como una polilla a la luz, tal como había descrito bien Kouyou.

Chuuya se golpeó en la rodilla derecha con rabia. ¿Por qué había sido tan infantil, por qué no había dejado de jugar cómo le había aconsejado su querida hermana?

Porque Dazai sacaba lo oscuro y secreto de él.

Si Dazai se marchase lejos, Chuuya sería libre de él, de esa obsesión hacia su idiota compañero que guiaba su vida desde que le conoció. Podría crecer como persona, podía ser más fuerte, más listo, pero también estaría en la más triste de las soledades al morir la chispa que le hacía moverse cada día, superar sus autoimpuestas metas.

¿Cómo dejar alejarse a aquel del que apenas acabas de comprender que te has enamorado?

Chuuya sintió que las lágrimas le picaban los ojos y no, por todos los demonios del infierno que no iba a llorar.

Se puso en pie mientras controlaba la respiración engullendo el salazón interno de las lágrimas.

Se empezó a cambiar de ropa, volviendo a ponerse sus ropas habituales.

Mientras se ponía la camisa oyó como alguien entraba en los probadores. Esos pasos rápidos pero contenidos eran la forma de caminar de Dazai.

Dejó hasta de respirar cuando notó que el otro se había parado tras la cortina.

Chuuya, Personal Trainer. ( Completada )Soukoku. Bungou Stray Dogs.Where stories live. Discover now