39. El origen

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Dedicado con mucho cariño a quienes leéis Personal Trainer y muy en especial a HikariYaehime      por su bellos dibujos con me inspira y da vida a Chuuya y Dazai.

Ser novio de Dazai era desde luego algo que nunca hubiese imaginado Chuuya Nakahara iba a suceder en esos primeros tiempos de convivencia con aquel tipo estrambótico maniático suicida. Sin embargo, el destino les había juntado y, por primera vez en su vida Chuuya, conocía que era sentirse feliz.

Había mil detalles que plantaban una sonrisa en su rostro solo con pensar en él pues de pronto sus payasadas eran graciosas y se reía de ellas, con él.

Durante las horas de sueño había desaparecido esa angustia que se le presentaba a veces cuando esa pesadillas que no comprendía interrumpían su descanso pues quien dormía a su lado le despertaba con suavidad y le acunaba como el bebé que él no recordaba nunca que fue hasta que se dormía.

En las misiones había aumentado su química y su sincronización, aunque quizá sus subalternos echaban de menos sus broncas y sus disputas. Tal vez se sintieran un poco molestos cuando, tras las patadas y los tiros, entre manchas frescas de sangre, ellos dos se comían las bocas para celebrar su triunfo.

Si alguien se atreviera a protestar allí estaba Akutagawa para silenciarlo. No es que Chuuya estuviese a favor de cómo era utilizado por Dazai su discípulo, aunque en ese tema en concreto los manejos de Dazai suponían algo favorable para Chuuya también. Aún así siempre tenía en mente el tener una charla con Akutagawa sobre no dejarse mangonear tanto por su abusivo maestro.

Pero esas pequeñas sombras en sus días no ofuscaban todos los instantes de luz. Como cuando Dazai le sonreía con sinceridad, o cuando estaban separados y le escribía mil mensajes recordándole cuánto le extrañaba, o, sencillamente, cuando se abrazaban con fuerza al reencontrarse.

Y luego estaba el sexo. Perfecto, imaginativo, pleno.

Chuuya siempre tenía ganas de más y su pareja no se quedaba atrás en hambre. Ambos se complementaban tan perfectamente. No existían límites ni tapujos. Tras cada encuentro compartían todo su cariño y afecto.

Eso sí. Nunca hubo un „ te quiero" en voz alta, pues aunque Chuuya consideraba a Dazai su novio, no sabía qué pensaba el otro y no se le ocurriría preguntárselo.

Daba igual las risitas cómplices de Kouyou, quien de un día para otro pareció aceptar que Chuuya tuviese aquello con Dazai, o las indirectas de Mori. Chuuya siempre ponía su expresión más estoica en su rostro y negaba que entre Dazai y él hubiese algo más que un rollo adolescente. Si querían tomar como buena lo del Shudo que siempre repetía Dazai que lo tomasen. Pero, nunca jamás aceptaría en voz alta que estaba enamorado de Dazai, aunque él sabía, y sospechaba, a su pesar, que los demás también sabían que lo estaba.

Y es que observarle entrenar en el gimnasio con tanta aplicación y concentración , aceleraba su corazón, entre una mezcla de orgullo, por haberle motivado tanto , y de deleite, por como su cuerpo se iba modelando como la firmeza y la belleza de una escultura. Un cuerpo que él examinaba a consciencia y amaba en sus encuentros secretos.

Bendecía a Elise por la buena idea que tuvo al proponer que él fuese el Personal Trainer de Dazai, pues aquello realmente les había unido con un vínculo tan fuerte que Chuuya creía imposible que pocas cosas pudiesen romper aquello que tuviesen, se quisiera llamar como se le quisiese llamar.

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Chuuya, Personal Trainer. ( Completada )Soukoku. Bungou Stray Dogs.Where stories live. Discover now