27. Cita en el Botánico (Parte 1)

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Esto de dividir los capítulos por partes se está convirtiendo en una mala práctica. Os pido disculpas, pero prefiero publicar capítulos cortos y con más frecuencia que uno largo mensual. Esa es la explicación bonita, la real es que Mori me chantajea.

Dedicado a mariadangelsbm

Aunque suaves, los tres golpes en la puerta de su dormitorio le despertaron de la cabezadita que el dulce cansancio, por un sexo más que estimulante, había sumido a su cuerpo.

Dazai sabía, al ser tres el llamado, que era Chuuya quien estaba al otro lado e incorporándose de un salto, fue presto a abrirle.

Como él mismo, Chuuya se había cambiado con una ropa más sencilla, con un estilo muy parecido al que él mismo había elegido: vaqueros, una camiseta de manga larga y una chaqueta por encima. Así parecían solo dos simples adolescentes. Pero Dazai estaba sobre todo más interesado en el estado de ánimo de su compañero.

Chuuya ponía cara de póquer pero ese movimiento nervioso en el labio inferior demostraba cómo sabía que a Dazai le mataba la curiosidad.

El pelirrojo parecía muy tranquilo, demasiado para lo que uno esperaría tras la entrevista con Mori. ¿Habría sabido como reconducir él la situación, qué información podía dar y como podía esconder la mayor parte? Llevaban dos años trabajando juntos, así que seguro que Chuuya había aprendido de Dazai sus métodos para controlar una desventaja como tener delante al jefe pervertido de la Port Mafia ávido de detalles morbosos.

Notó el calor picante de la admiración en su corazón y, queriéndole saludar como los amantes que eran, buscó sus labios. Sin embargo, Chuuya le apartó empujándole para poder él entrar en el dormitorio y, aun no recuperado de su asombro por la acción del otro, Dazai fue arrinconado contra la pared, mientras el más bajo se pegaba a él y sus labios se encontraban al fin.

Fue un beso profundo que calmó la intranquilidad de Dazai porque Chuuya hubiese pasado un mal rato con el jefe y también aumentó la confianza de Chuuya al tener la confirmación que el deseo que despertaba en el moreno no había disminuido.

Al separarse se sonrieron con complicidad y Dazai no pudo evitar comentar:

-Sabes al vino que siempre suele tener Mori en su despacho.

-Bebí un poco, pero supe cuando dejarlo para no bajar la guardia.

A la pregunta sin formular, Chuuya respondió a Dazai pasándole una cuartilla en blanco. Dazai le dio la vuelta al papel y sonrió enternecido al ver el dibujo infantil de una figura bajita con el pelo rojo y sombrero y una más alta con el cabello negro y vendas en el cuello y brazos. Encerrados en un gran corazón, ambos sonreían agarrados de la mano.

-Elise ha dibujado tres versiones, esta me la ha regalado para nosotros, a pesar de que Mori la quería también.

Aquí ya Dazai no pudo aguantar más la risa al imaginar a Mori llorando porque no podía quedarse también ese dibujo Shudo Soukoku.

-Lo podíamos colgar en el gimnasio -propuso divertido sin abandonar su buen humor- Así Elise de pondrá muy feliz cuando vaya a que la entrenes.

-Si así te motiva a ti, puedes ponerlo, sí. Pero no creo que Mori quiera que alguien interfiera en nuestros entrenamientos, ni siquiera Elise. De hecho nos ha vaciado la agenda a ti y a mí de todas las actividades que no eran necesarias para que podamos estar más tiempo en el gimnasio.

-A este paso el Fudanshi de Mori va a hacer caer la organización con dos de sus ejecutivos fornicando a todas horas en las duchas.

A Chuuya no le hizo gracia ese comentario. Se sentó en la cama de Dazai, cruzó las piernas y con semblante serio le dijo:

Chuuya, Personal Trainer. ( Completada )Soukoku. Bungou Stray Dogs.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora