41. Verdad sin vendas ( Parte Dos )

2.2K 279 392
                                    

Dedicado con infinita gratitud a los dos protagonistas de esta historia.

Ser novio de Chuuya era desde luego algo que nunca hubiese imaginado Osamu Dazai iba a suceder en esos primeros tiempos de convivencia con aquel tipo violento malhablado cascarrabias.

Pero el destino les había juntado y por primera vez en su vida Dazai pensaba que aquello podría hacerle sentir feliz.

Había mil detalles que plantaban una sonrisa casi real en su rostro solo con pensar en Chuuya, pues de pronto sus golpes ya no dolían tanto y se reía cada vez que le sacudía. Se reía con él.

A pesar de no soler coincidir por los horarios siempre cambiantes de sus misiones como ejecutivos de la Port Mafia, solían verse siempre que podían. En la cafetería de la sede, en el gimnasio cuando entrenaban juntos o cuando se metían en la cama del que se hubiese ido antes a dormir.

Durante las horas de insomnio de Dazai había desaparecido la soledad ante esa angustia que se le presentaba a veces cuando evitaba dormir para no enfrentarse a sus pesadillas, que tan bien comprendía; ya que la mayoría de las veces Chuuya estaba con él durmiendo a su lado casi de un tirón, dándole el calor de su compañía. Si acaso gemía desasosegado en sueños, Dazai le despertaba con suavidad y le acunaba con nanas que él recordaba de su infancia hasta que el otro se dormía.

En las misiones había aumentado aún más si cabe su química y su sincronización, aunque quizá sus subalternos echaban de menos sus broncas y sus disputas. Tal vez se sintieran un poco molestos cuando, tras las patadas y los tiros, entre manchas frescas de sangre, ellos dos se comían las bocas para celebrar su triunfo.

Si alguien se atreviera a protestar allí estaba Akutagawa para silenciarlo. Dazai sabía que Chuuya estaba en contra de como su discípulo fuera utilizado pero en este tema en concreto suponía algo favorable para ambos.

Sus días estaban tan llenos de esos pequeños instantes de luz. Como cuando Chuuya le sonreía con toda la alegría de su corazón, o como cuando estaban separados y le respondía sus mil mensajes recordándole que él también le extrañaba, o, sencillamente, cuando se abrazaban con fuerza al reencontrarse.

Y luego estaba el sexo. Perfecto, imaginativo, pleno.

Chuuya siempre tenía ganas de más y Dazai no podía negarse a satisfacer a su pareja, aunque él no se quedaba atrás en hambre. Ambos se complementaban tan perfectamente. No existían límites ni tapujos. Tras cada encuentro compartían mucho cariño y afecto.

Aunque Dazai consideraba a Chuuya su novio, notaba cuan inseguro estaba el otro de que Dazai le correspondiera.

A veces se figuraba, cuando Chuuya se le quedaba mirando dispuesto a decir algo, y Dazai le animaba a seguir, pero este ponía cara hosca y soltaba un insulto, que nunca se iba a atrever a preguntarle si le amaba.

Por eso elaboró ese sencillo plan cuando él propuso acompañarle a los billares: le ganaría y con una pregunta indirecta conseguía vencer el tsuderismo de Chuuya  con lo que Dazai conseguiría un „te quiero" en voz alta de Chuuya.

Pero no lo logró.

Dazai había confiado que a su pregunta „ ¿Por qué quieres verme sin vendas?" obtuviese la respuesta que él esperaba. Que Chuuya, con ese sonrojo tímido que lo hacía siempre tan adorable le susurrase: „ porque quiero que me demuestres cuando confías en mí para despojarte de ese escudo de tela que cubre tus vergüenzas, tus inseguridades, tu falta de amor en tí mismo, tu miedo a vivir. La lacra de tus intentos frustrados de poner fin a la angustia de tu existencia. Si yo te importo, tanto como yo a ti, déjame contemplar tus cicatrices con estos ojos que te aman, Osamu"

Chuuya, Personal Trainer. ( Completada )Soukoku. Bungou Stray Dogs.Where stories live. Discover now