29 Cita en el Botánico (Parte 3)

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Muchas gracias a todos los que apostasteis en el capítulo anterior. Las apuestas fueron a favor de Chuuya. Veremos quién ganó.

Aviso: Contenido adulto. Descripciones sexuales explícitas.

-¡Mira, por ahí se va al pabellón de los cactus!

Dazai le dio un largo sorbo al granizado de limón que se había comprado en la cafetería, odiando cada vez más y más la sonrisita entusiasta de Chuuya mientras le agarraba de la mano libre para arrastrarle hacia la puerta de cristal que anunciaba "Jardín mejicano"

Se soltó con brusquedad y replicó con languidez:

-No tengo ninguna gana de ver una planta con púas. Además me aso de calor. Vamos fuera. Estoy cansado, volvamos a la sede.

Le dio otro largo trago a su bebida y empezó a ir hacia la salida de los invernaderos.

-Luego iremos a la sala de las plantas carnívoras.

¡Bingo! Aquello hizo recuperar el interés a Dazai. Sin duda Chuuya recordaba la vez que le explicó la forma de sacar información a los prisioneros que se le estaba ocurriendo a base de darles de comer dedos cortados a plantas carnívoras.

Dazai se dio la vuelta y vio a Chuuya con el rostro lleno de júbilo señalando el acceso del fondo a la izquierda.

-Está bien -concedió Dazai pero añadió con premura, - aunque luego nos vamos.

El estado de alegre de Chuuya no cambiaba a pesar de su quejoso acompañante, tampoco parecía afectarle la humedad asfixiante de las instalaciones.

Dazai no podía soportar verle todo entusiasmado yendo de cactus a cactus, venga a hacerle fotos desde cada ángulo.

Cuando intentó hacerse un selfie con él, le rehuyó.

Chuuya pareció desconcertado un segundo pero luego soltó una carcajada mientras sacaba otra instantánea a una chumbera.

-¿No tienes bastantes fotos ya de pinchos?

Chuuya le ignoró mientras él mismo se hacía un selfie con un cactus con florecitas rojas.

Lo cierto es que Dazai quería hacerse selfies también con él pero se acordaba de lo que había ocurrido en los baños de la cafetería y le daban ganas de vomitar.

Bebió otro sorbo grande de su granizado para encontrarse solo con aire.

Se había acabado. Tendría que comprarse otro.

-¡Tengo sed! Quizá fuera tengan una máquina de vending.

-¿No quieres ir a ver las plantas carnívoras?

-Si sigo aquí me va a arder el cerebro. Seguro que tú ya lo tienes derretido bajo ese sombrero horroroso.

Chuuya evitó de nuevo dejarse influenciar por el mal humor de Dazai y volvió a mostrar esa alegría idiota.

Al fin Dazai no pudo contenerse.

-Mañana no estarás tan feliz en el gimnasio cuando tengas que entrenar sin tus conjuntos a la última moda -y con un ligero disfrute hacia el mal ajeno, añadió: -Te recuerdo que perdiste.

Esa mueca de suficiencia que tanta rabia la daba a Dazai , apareció en el rostro de Chuuya.

-Y perdería mil veces con gusto tan solo para que repitieras lo que hiciste para ganarme.

A Dazai le entraron unas ganas enormes de lanzarse contra un cactus lleno de brazos que había a su derecha que quizá pudiera, al atravesarle el cuerpo con sus pinchos, desangrarle hasta morir.

Chuuya, Personal Trainer. ( Completada )Soukoku. Bungou Stray Dogs.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant