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DRAGON

Acelere a lo máximo, ni siquiera me puse el cinturón, por lo menos ella lo hizo, me quedaba tranquilo. No necesitaba que alguien muriera mientras yo conducía. Ahora que lo estoy pensando mejor, ¿por qué la había traído? Es decir, podía dejarla ahí, para que se muriera, ¿por qué no la dejé? No tenía ni puta idea, no, espera, si lo sabia, era Hera, no podía dejarla ahí.

El alcohol y la adrenalina hablaban por mi.

Pero esa no era la situación, ahora no tenía a donde ir, si iba a mi casa me iban a encontrar en nada, tampoco es como si pudiera llevarla a ella por esos barrios, no duraría ni un segundo. Sabía que solo había una opción.

—¿Dónde vives?— Esta me miró confundida y dudaba si hablar, creo que fue por lo que le dije antes, pero joder, no necesitaba dar explicaciones.

—¿No pensarás que voy a decirte donde vivo para que luego me violes o algo así?—Satán dame piedad para no matarla yo mismo.

—No pienso violarte, necesito un lugar seguro, si voy a mi casa ahora ellos me encontrarán fácilmente, necesito desaparecer unos días.— Me miraba incrédula.

—¿Y piensas que voy a dejar que te quedes en mi casa?— Me exasperaba, pero la entendía, no confiaba en mí y la verdad es que yo tampoco confiaría en mí.

—No me puedo creer que vaya a decir esto, pero eres mi única esperanza, por favor— La miré por un tiempo corto antes de volver mi mirada a la carretera.

Segundos después la escuchaba respirando.

—Está bien, pero dormirás en el sofá, si Kayce quiere pegarte un tiro yo me desentiendo.

No sé quién coño es Kayce y tampoco me importa, pero en cuanto me dio la dirección salí disparado hacia su casa. Al llegar dejé el coche atrás, por si se les ocurre pasar por aquí y esas cosas.

—¿Ni un ascensor?—Ella me miró mal, pero yo rodé los ojos. Joder estaba cansado.

No había ido a la fiesta por gusto, venía a escaparme de esos idiotas, pensaba que en la fiesta los iba a despistar. Una mierda. Eran cabezotas como mierda.

—Esto no es un hotel de cinco estrellas.

No, pero tampoco es que seas pobre, así que no lo entiendo, pero me callo, es la única que puede esconderme. Aunque odie admitirlo.

—Sé que no me vas a dar explicaciones, pero si me arreglas la mente me dejas más tranquila.

—También puedo arreglarte otra cosa.— Me miró mal y decidí callar mi boca, a ver si se piensa lo de quedarme en su casa. —Tranquila, era broma. Es una historia complicada y ilegal. ¿Con eso vale?

Ella asintió algo insegura, lo deje estar, aunque insista no se lo voy a contar. Lleva jodiendome desde el primer día, por no decir que desde el primer día que me vio me insultó, bueno, tampoco es que fuese amable con ella.

Desde la fiesta de a principios de curso donde yo básicamente le dije lo que quería hacerle ella me odiaba, para mi defensa, yo estaba bebido. Aunque si no hubiera estado bebido le hubiera dicho lo mismo. Estaba buena, las cosas como son. No era como esas anoréxicas que se operan para tener culo y tetas, su cuerpo quedaba luego horrible, pero ella no era así, estaba cien veces más buena. Joder, no debería de pensar en eso.

Yo debería de pensar en que le iba decir a Stone después de que las cosas se calmen, me va a matar por perder su droga y luego apuñalar a uno de sus colegas. Si me cree a la hora de decirle que su colega era un topo pues me ahorro una muerte. Tranquilos, no lo maté, pero si lo apuñale para que no se moviera por un tiempo. No soy capaz de matar, aunque Stone intentó cambiar eso. No lo consiguió.

Dragon © Where stories live. Discover now