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HERA's POV

Parpadeé varias veces hasta que me acostumbre a la luz del sitio en el que estaba. Estaba atada a una silla, a mi lado se encontraba Kayce inconsciente y atada de la misma manera.

No sé cuánto tiempo llevaba aquí, pero si tenía una pequeña idea de cómo había llegado hasta aquí.

¿Cómo había pasado todo esto?

-3 horas antes-

—Mamá — Mi madre estaba en mi salón con la intención de matar a mi mejor amiga.

—Cariño, te estaba esperando. — Ella intentó acercarse a mi, pero yo me aparté de ella con el miedo en el cuerpo.

Mi madre había tenido la poca cara de venir hasta aquí y amenazar a mi mejor amiga. Tenía miedo de la persona que estaba en frente mía, esa no era mi madre, ella nunca amenazaría a mi mejor amiga con una pistola.

—¿Cuando te has convertido en esta persona? — Mis lágrimas comenzaron a caer.

Tenía una mezcla de emociones hacia mi madre.

Esto no iba a acabar bien, alguien iba a morir, todos nos íbamos a destrozar entre nosotros. Tan solo si mi madre no se hubiera convertido en esta persona, si no hubiera elegido este camino ahora no estaríamos aquí, cara a cara enfrentándonos a la turbia realidad.

—Lo hice por ti. Todo lo que hice fue por ti.

La miré con todo el asco del mundo.

No podía creer que acabara de decir algo así, ella de verdad pensaba que lo que había hecho estaba bien. Ella pensaba que si me da todos los tesoros de este mundo será lo mejor, que todo estará bien, que me hará feliz, pero no es así. Mi madre está más que enferma.

—No, si te hubiera importado nunca hubieras hecho esto, te has convertido en un monstruo. Tú ya no eres mi madre. — Me sonrió cínicamente. — Suelta a mi amiga.

Negó con la cabeza.

—Ahora no lo entiendes, pero en cuanto te lo enseñe, lo entenderás todo y verás que tengo razón.

Ella ordenó que cogieron a Kayce y a mi.

Me dejaron inconsciente y yo ni si quiera puse fuerza para que nada de esto pasará. Estaba cansada y si las cosas tenían que ir así, que así sea todo.

-Actualmente-

La puerta se abrió de inmediato mostrando a dos mujeres vestidas de negro, unos segundos después mi madre entró por la puerta con un traje blanco.

Tenía su pelo rojo recogido en un perfecto y hermoso moño. Sus labios rojos estaban perfectamente pintados. No tenía ninguna imperfección en su preciosa cara, su ropa estaba igual de perfecta.

Me daba rabia que la mujer que consideraba mi modelo a seguir, que esta mujer sea tan preciosa, pero que tuviera el corazón más podrido del mundo.

Si pudiera volver en el tiempo lo haría, si pudiera evitar el accidente que tuve de pequeña lo haría si eso significaba salvar al padre de Aiden y a mi familia. Todo esto me daba pena, ya ni sentía miedo, sentía pena por mi madre, sentía pena por lo que se había convertido.

El poder la cegó.

Ella tomó un asiento en frente mía y me miró con esa mirada tranquila, como si tuviera todo bajo control.

—Siempre quise lo mejor para ti. — Ella empezó a hablar y yo me dediqué a escucharla. — Quería darte absolutamente todo, quería que fuéramos la familia más prestigiosa, quería que tú hicieras lo que quisieras con tu futuro. Eres una chica muy inteligente y vas a llegar muy lejos, siempre te he apoyado en tus decisiones porque sabía que las ibas a conseguirás todas. No me arrepiento de todo lo que hice, jamás me arrepentiría por darle la felicidad que se merece a mi hija. Lo eres todo para mi.

Dragon © Où les histoires vivent. Découvrez maintenant