008

5.3K 204 8
                                    

HERA

—Mira, la próxima vez que te atrevas a robarme los nuggets te juro que mueres, no bromeo, hago sumo contigo. — Le grité a mi mejor amiga mientras estaba sentada encima de su culo comiendo mi nuggets.

Encima que le traigo el maldito 'desayuno', lo digo entre comillas porque esto desayuno no era, va y me quita un nuggets y no señora, con los nuggets no se mete ni mi abuela, perdonada sea en el cielo, me cabrea que me quite lo que más quiero.

—Pedazo de huevo, déjame levantarme que quiero potar. — Le hice caso porque aún seguía con resaca y preferiría que vomitara en el baño.

Mientras la loca de mi mejor amiga se iba al baño yo aproveche para sentarme en mi sitio de nuevo y comer todos mis nuggets antes de que volviera y me los quitará. En eso me llega un mensaje al teléfono.

'Fiesta en mi casa mañana a las 11, todos estáis invitados'

Era de Josh, uno de los populares amigos de Dragon. Me lo pensé un segundo, no quería ir si él está ahí, no necesito que vuelva a pasar algo como la otra noche, pero luego pensé en mi y dije 'Tengo las mejores notas, estuve 4 meses trabajando duro, no voy a dejar que nadie me arruine mis vacaciones'

—Kayce, prepara tu culo, mañana tenemos fiesta, quiero ir de compras.

—¡SI A TODO! — Me gritó entrando al salón/ cocina —Oh oh. — Esta volvió al baño ya que seguro quería volver a vomitar.

No sé qué me había picado, pero quería ropa nueva, quería impresionar y tampoco sabía porque quería hacer eso.

Por otra parte también quería sentirme bien conmigo misma y darme un caprichito, pues más tarde tendría que ir a trabajar, cosa que no me hará gracia cuándo deba vigilar a Kayce para que no se duerma. De lo borracha que está no durará ni dos minutos.

°°°°

No tardamos nada en llegar, Stella nos había traído en coche ya que ella debía ir a trabajar en la misma dirección. En el fondo sabía que lo hacía por ver a Kayce, si no iría de golpe hacía el trabajo, Stella solo era amable con quien le place.

—Quiero ir primero al Zara.

—Ugh, ya está la pija. — Yo rodé los ojos ante su estúpido comentario.

—Cierra el pico, tus padres son iguales de ricos que los míos. — Esta puso cara de asco.

—Me acabas de recordar porque los odio. —Volví a rodar los ojos.

Vale, si, nuestros padres eran unos ricos millonarios, pero yo no los odiaba, nunca les pedía dinero así porque sí, siempre intentaba ganármelo. Mi padre trabajaba duro para conseguir ese dinero, tenía dos empresas las que visitaba todos los días. Era muy agotador para él.

Luego estaba mi madre, a ella si le cogido un poco de odio, seguía pensando que las chicas no debían de trabajar. Odiaba sus creencias. Por otra parte los padres de Kayce eran algo distintos, bueno, debo empezar por decir que eran creyentes y que no tenían ni idea de que su hija era gay y si se enteraran bueno, prefiero ni pensar en lo que pasaría.

Lo mejor era que la madre de Kayce era igual que la mía, no me gustaba eso, pero mi padre no se oponía ni el padre de Kayce.

Por eso mismo yo sigo estudiando y había decidido buscar un trabajo y ahorrar todo el dinero posible para hacer mi propia vida.

Por algo hay que empezar en la vida.

Hasta ahora me había ido bien ahorrando, pero algo me dijo que nada seguirá yendo bien, pues un precioso vestido negro acaparaba toda mi atención. Este llegaba por la mitad de mis muslos, tenía la espalda abierta hasta mis caderas, llevaba escote, tenía finas tiras doradas, al igual que los bordes del final del vestido.

Era para mi.

—Lo quiero. — Lo abracé cuanto antes sin importarme las caras atónitas de las personas.

—Toma medicación, no os preocupéis. — Dejó claro mi mejor amiga y yo la miré mal. —Cariño, las personas te miraban como si padecieras de trastorno.

—Lo hago, me enamorado de este vestido. — Kayce rodó los ojos.

—Pues compratelo.

—Son 122,99 euros. — Abrí los ojos como platos.

—Nunca entenderé los 99 céntimos, es cómo ¿por qué no poner 123? 1 céntimo no salvará mi vida. — Rodé mis ojos ante su pregunta. — A lo que iba, compratelo, eres millonaria, por 100 dólares menos no pasara nada. — Miré el vestido atentamente ¿Valía la pena? — Ah y los 0,99 céntimos. — Añadió está con una sonrisa.

—Vale, me lo llevo.— Cogí mi querido vestido y lo pagué. Sabía que tendría que trabajar bien duro para recuperar este dinero, pero lo haré después de vacaciones, hoy era nuestro último día de trabajo hasta en dos semanas.

Después de mi compra en Zara nos pasamos por todas las tiendas para encontrar un outfit decente para mí mejor amiga, a esta no le gustaba casi ninguno a decir verdad.

Era peor que yo y peor que Gina, la que seguro se pasará buscando el outfit perfecto por todo el planeta. Mientras que ella buscaba su ropa perfecta yo me había comprado unas botas doradas que pegaban mazo con el vestido y si, tengo una obsesión con las botas.

—Kayce, estás hermosa con lo que te pongas, ahora, date prisa, en una hora debemos ir a trabajar y no nos va a dar tiempo ir a casa dejar todo, comer y luego ir a trabajar. — Tenía hambre y odiaba su inseguridad.

—Si, tienes razón, volvamos a la otra tienda, ese era el conjunto perfecto para mi. — Voy a hacer sumo con ella aquí mismo.

—Bien, adiós comida, hola pasar hambre.— Kayce tiró de mí hasta la tienda que habíamos visto antes, le había gustado mucho los pantalones cortos que iban con la camiseta y con unas botas de tacón gigantes, pero al ser una insegura decidió ver más tiendas. La odio. Bueno es un Amor-Odio.

—Bien, ya tengo mi outfit.

—Bien, tenemos 40 minutos para coger el bus y llegar a nuestro trabajo. — La miré mal y ella me sacó la lengua.

—Lo bueno es que tenemos ropa. — Rodé los ojos y está se apartó antes de que la golpeará.

—Esta noche vas a invitarme al restaurante más caro y pagarás todo lo que pida, recuerda que mi estómago no es pequeño, engullire como vaca. — Al decir eso caminé dejándola atrás.

Después de 35 minutos de viaje en un bus que odiaba porque básicamente solo había un sitio libre para sentarse y este lo ocupó la loca de mi amiga y yo estaba mucho más cansada que ella. Comenzamos a pelearnos por el maldito asiento y un minuto más tarde una anciana nos levantó del asiento y luego está lo ocupó, no me opuse, pero quería golpear a Kayce por egocéntrica.

La amaba, pero cuando tenía hambre yo era Hulk y ella Bambi.

Ah, lo mejor fue luego, cuando llegamos 10 minutos tarde por culpa de que Kayce intentó llevarnos por un atajo ya que el bus nos dejó un poco más lejos de lo esperado, pero ese atajo resultó ser una mierda así que llegamos tarde y nuestra jefa no tolera la tardanza, aunque es una señora muy amigable no tolera la tardanza y decidió no pagarnos esos 10 minutos. Genial 0,99 céntimos a la basura.

Mi día había sido un fracaso. 

••••

Hey!

Si, me ausente bastante y si, dije que el miércoles subiría algo y no subí nada, tuve unos cuantos problemas 😢

But aquí tenéis un nuevo capítulo, espero que lo disfrutéis 💞

Dragon © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora