010

4.7K 237 20
                                    

DRAGON

No sabía porque había hecho eso, no espera, sí que lo sabia, me había puesto celoso cuando ella había aceptado besarlo, no lo iba a permitir.

Puede que en los 13 años, que lleva separada de mi, haya besado a alguien, pero eso se acabó desde hoy, el próximo tío que la iba a besar iba a ser yo.

Al ver que no subía a la superficie me asusté, pensaba que sabía nadar, de pequeños siempre lo hacíamos en la piscina de sus padres o de los míos, pero ese golpe al parecer había influido bastante con su memoria, en cuanto la vi en lo fondo quería morirme.

Salté cuanto antes para sacarla de ahí y disculparme, si quería volver a acercarme a ella lo estaba haciendo de pena.

Esa noche iba impresionante, captaba todas las miradas de los tíos y eso me ponía enfermo. En cuanto entró por esa puerta yo no pude quitar mis ojos de ella, ese vestido revelaba mucha piel y por no decir que le quedaba apretado y más aún cuando se le había mojado, dejando ver que no llevaba sujetador.

Mi pervertida mente no dejaba de pensar en cómo sería quitarle ese vestido.

Maldita sea.

La vi sentarse en el jardín principal con una botella y más tarde vi a su amigo Steve sentándose a su lado.

Quería ir y quitarle esa botella y también mandar a ese Steve lejos de ella. No me di cuenta de que ya había llegado a su lado y mis puños estaban tan cerrados que seguramente mis nudillos estaban blancos.

—Hera.— Mis palabras salieron solas y está se dio la vuelta para mirarme con esa mirada asesina.

—Lárgate.— Escupió esas palabras con odio.

—Quiero pedirte perdón.— No puedo creer que esté haciendo esto.

—Dragon será mejor que te largues.— Voy a golpear a su amigo.

—Y tú será mejor que te calles.— Este me miró mal y yo le devolví la mala mirada, no tenía intención de golpearlo, pero lo haría si seguía así.

—Lárgate Dragon, por una vez haz lo que la gente te dice y lárgate. — Apreté la mandíbula.

—Amigooooos.— Llegó Nick chocandole la mano a Steve y luego pasó un brazo por mis hombros. —Dios Hera, estás bien mojada.— Hera lo miró mal y yo hice lo mismo. —Haya paz.

—¿Nos podemos ir?— Le preguntó a Steve, el cual iba más borracho que una cuba.

—Claro.— Pero este en cuanto se levantó se mareo y se volvió a sentar. — Vamos a esperar unos minutos. —A este no se le iba a ir la borrachera ni en dos años.

—Yo te llevo.— Hablé firmemente y esta me miró con los ojos entrecerrados.

—Déjame.

Ella se levantó del suelo y se metió en la casa de Josh, donde o había nadie o habían parejas haciendo de las suyas.

—Hera por dios, déjame llevarte a casa. — Le dije siguiéndola.

—¿Pero a ti que te pasa?Si intentas seducirme para llevarme a tu cama olvídate de eso. — Me gritó histérica.

—Dios no, solo intento ser amable.

No sé si era el alcohol, pero en cuanto dije esas palabras ella comenzó a reír como si fuera el último día de su vida.

—Dios, espera, deja que me limpie las lágrimas. — Comenzó a limpiar por debajo de sus ojos como si tuviera lágrimas. —¿Tú?¿SER AMABLE?¡ SI, CLARO!— Ahora lo entendía mejor.

—Si, aunque parezca estúpido, me siento mal por lo que he hecho y intento arreglarlo.

—Bien, me debes 122,99 euros por el vestido. — Yo me reí.

—¿En serio? Pero si tus padres son millonarios. — Esta me miró confundida y creo que la he cagado.

Se acercó a mi con una cara confusa.

—¿Cómo sabes tú eso?— Piensa rápido.

—Hera Hess, todos te conocen, todos sabes que eres una de las millonarias. —Esta me miró dudosa, como si en verdad no me creería.

No me creía.

—Me voy. — Esta comenzó a irse hacía la salida.

—No voy a dejar que te vayas sola.

Se dio la vuelta con rabia.

—¿Sabes que Dragon? Ve y comele el culo a Gina o a su hermana, las he visto mirándote toda la noche, si quieres puedes hacer un trio y luego las llevas a casa. — Sus palabras me jodieron, pero no la iba a dejar ir sola.

—Te llevo y punto. — Esta cogió su bolso con rapidez ya que yo la arrastraba por toda la casa hasta salir y llegar a mi moto.

—¿Qué intentas conseguir?— Me preguntó una vez ahí.

—Que no te violen. — Esta rodó los ojos y yo subí al coche para entregarle el casco.

Esta se quedo mirándome por unos segundos.

—¿Sabes que no tienes camiseta verdad?— Se me había olvidado completamente. Sonreí divertido.

—Bueno, así podrás tocar mis abdominales todo lo que quieras. — Ella rodó los ojos con la intención de irse y yo cogí su mano. — Espera, por favor.— Le volví a entregar el casco y está lo miró.

Luego me miró a mi.

—¿Y tu casco?— Sonreí ante su preocupación.

—No me pasará nada, soy bueno con la moto.— Está tomó el casco sin más pegas y se subió a la moto. — Agárrate.

—Estoy bien. — Sonreí ante sus palabras y aceleré parando de golpe haciendo que se sujetase a mi torso. — Te odio.— Sonreí victorioso.

—Te lo advertí princesa.— Ella no quitó sus manos de mi torso y yo acelere en dirección a su casa.

Sus finas y temblorosas manos estaban firmemente sujetas a mis caderas, me provocaban millones de sensaciones. Jamás la había tenido tan cerca de mi, era la mejor sensación que podía llegar a vivir. Mi corazón aceleró cuando sentí su cabeza tocando mi espalda, se estaba apoyando más contra mi. Solo esperaba que mi corazón no se acelera como idiota hasta el punto de nublarme la vista.

Hera Hess era un peligro para mí.

Ya hemos llegado princesa.

Está se soltó de golpe cuando pronuncie esas palabras y yo deseaba que no se terminará.

—Gracias.— Me dijo fría y quitándose el casco para entregármelo.

—No, quedatelo.— Está me miró confundida. — No será la última vez que subas a mi moto.

—Me da a mí que si. — Ella me lo volvió a entregar. — No quiero volver a tener ningún tipo de contacto contigo.

—Princesa, me has dejado dormir en tu sofá, te traído hasta aquí en mi moto, ya no hay marcha atrás. — Le sonreí burlón.

—Adiós Dragon Jones.— Está comenzó a caminar hacia su casa sin entregarme el casco. — Y me lo quedo porque me sentiré mejor sabiendo que no tienes protección cuando vayas con la moto. — Reí ante sus palabras.

Después de eso desapareció entrando en el edificio.

Ahí fue cuando me di cuenta de que la había cagado, estuve 4 meses intentando no acercarme a ella de forma peligrosa, intentando no entrar de nuevo en su vida.

Fue imposible.

Ahora me encuentro como idiota sonriendo mirando su edificio, no quiero que ella esté en mi mundo de mierda, no se merece vivir esto.

Por eso mismo esa noche, enfrente de la casa de la chica que me vuelve loco, me hice una promesa, conseguiría el collar aunque fuera lo último que haga, pero después de conseguirlo no me quedaría en su vida. Me iría lejos y no volvería, no puedo verla sufrir. No quiero que sufra.

Perdóname Hera, pero no voy a enamorarme de nuevo.

Dragon © Where stories live. Discover now