11.

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Iseul bajo a el comedor, se sirvió un vaso de leche que observó por unos segundos, luego el vaso de Taeyong que tenía agua y que aún no había sido consumido, no tenía nada.

Ella tomó el vaso, dejando pequeños rastros, el chico miró sus labios, de inmediato llegaron a su mente pensamientos muy sucios, pero no podía evitarlo. La miró varios segundos y después dejo de hacerlo concentrándose en el agua, tomó entre sus manos el agua y le dio grandes sorbos.

– ¿Qué pasa? – Taeyong levantó su mirada, chocando con la de Iseul, luego se rió por la inocencia que está presentando, ni siquiera parecía una adolescente de su edad.

–Sólo límpiate los labios. – dijo con una pequeña risilla. – Eres tan inocente para tu edad que das pena. -  Iseul lo miró con una expresión muy tranquila, tanto que sorprendió al castaño, ella siempre mostraba un rostro molesto cuando Taeyong decía algo.

–Puedes irte a la mierda. – y no le sorprendió al chico para nada, no podía esperar más de ella, era muy predecible, no tenía tantos días conociéndola, pero estaba seguro de algo que ya podía predecir algunas de sus acciones ante él.

–No vale la pena seguir hablando contigo. – Taeyong sacó de su bolsillo trasero su celular, lo desbloqueó y comenzó a ver publicaciones en Instagram, restándole importancia a la chica que estaba de frente de ella, quien lo miraba sin entender la actitud de él, a diferencia de Taeyong a Iseul cada vez les sorprendía más la actitud bipolar del chico. – Te puedes ir y dejar de mirarme. – dijo severo, la peli rosa lo miro de arriba abajo e hizo una mueca, fingiendo una sonrisa.

–Claro su majestad. – habló con sarcasmo.

Tomó su vaso de leche y  se sentó en una de las sillas que había en la cocina, tomó su celular y comenzó a buscar más información del instituto y todas las personas que estudiaban o trabajaban en el lugar, era un largo expediente, pero no importaba. Taeyong la miró ¿a caso no tenía dignidad?, hubiese sido él y de inmediato se hubiera marchado, pero ella no era Taeyong. Ella levantó su mirada.

– ¿Qué miras? – él quito la mirada, se sintió incomodo al haberlo cachado de esa manera.

–Yo...–no pudo decir nada, las palabras no le salían, y simplemente le quedaba una opción. – Me voy a mí cuarto. – esa opción era huir, se sentía un cobarde, pero era lo que siempre hacía cuando no podía contestar. El se levantó de su asiento y salió de la cocina.

–Es mejor tratar con una bola de delincuentes que con ese chico...ahgsss. – golpeó con la palma de la mano su frente, se levantó de su asiento y siguió al chico, ¿Por qué lo hacía?, debía respirar el aire de él, invadir su espacio para poder tenerlo protegido, debía custodiarlo.

El chico se dio cuenta de que ella lo seguía, dio la media vuelta, haciendo que los pechos de ambos chocaron. Iseul soltó un pequeño suspiro y el abrió un poco sus ojos, quedaron mirándose, hasta que ambos rompieron ese contacto.

– Déjame de seguirme, me estoy cansando de ti.

– No te seguía, iba a mi cuarto que por cierto queda enfrente de la tuya. – mintió, él lo pensó varios segundos y era algo obvio, ladeo un poco su cabeza. – Está bien que creas que eres tan importante para mí, pero no todo eres tú, aunque te sorprenda tengo una vida.

– No he dicho eso, ni lo he insinuado. – habló tranquilo el castaño. – Solo estoy cansado de ti, de que estés siempre arriba de mí, como mi guardaespaldas. – y lo era, solo que él no era consciente de esto. – Consíguete amigas y quizás un novio, a ver sí de esa manera puedas dejarme libre, aunque sea un segundo de mi existencia. – Iseul puso sus manos en sus caderas.

– Sí eso quieres. – comenzó a subir las escaleras. – Espero que no te arrepientas. – Taeyong frunció un poco el ceño, ya que no comprendía el significado de las palabras de la chica, era tan exasperante.

– ¿A qué te refieres Iseul? – quería una respuesta de la chica, quien se dio la media vuelta, lo miro de arriba abajo, volvió a la antigua postura y  camino hacia su cuarto.

La chica entendía que era una actitud muy inmadura de parte de ella, dejarlo, sabiendo que hasta en la casa de él,  el chico corría peligro y que él estaba tan desquiciado que no le importaba salir a estas horas, así era. 

La chica llamó al jefe de la organización, pidiéndole uno de los rastreadores, tenían una gran tecnología, era un gps, pero como no quería que Tae supiera, era lo más factible, ya que eran muy diminutos y muy resistentes.

Después de charlar un rato con su superior sobre la misión, el señor quedó que le enviaría a cada una de las chicas dos y que les llegarían al día siguiente.

Jeno había llegado, se sentía algo nervioso, por primera vez le habían encargado algo de esta índole, a pesar de su corta edad ya había tenido que matar varias personas, pero esto no se asemejaba a matar, era más complicado. Ser un espía era algo difícil y lo peor era que tenía que observar a tres chicos al mismo tiempo, la idea de Ten era muy ambiciosa y Jeno no estaba seguro de que su idea podría cumplirse, pero el tipo estaba loco y su jefe siempre le hacía caso.

Caminó dentro de las instalaciones, eran las 6:00 A.M, demasiado temprano como para que hubieran muchas personas, excepto los de seguridad quienes de alguna manera lo dejaron pasar, eran unos ingenuos. Caminó hacia la oficina del director, entró y empezó a revisar varios expedientes de estudiantes, pero de los que llevaba ninguno era de los riquitos a los cuales debía vigilar. Suspiro frustrado, se sentó en el gran sillón.

–No soporto esta mierda. – se rió del mismo. – Lo peor de todo es que esto ni siquiera ha comenzado. – abrieron la puerta, el miró hacia la puerta. Había una mujer muy mayor.

– ¿Qué hace aquí joven? – Jeno sacó una pequeña navaja de su chaqueta, por si era una de esas agentes, aunque a su edad era algo muy difícil.

–Solo llegue a esperar al director, además no sé dónde queda nada de este lugar – la mujer se cruzó de brazos.

– ¿Tan temprano?

– En mi escuela esa era la antigua hora de llegada, teníamos que estar a las seis en el comedor.

– ¿Dónde estudiaba?

– En una escuela militar. – claramente que no, era una tremenda porquería estudiar en esos lugares. – Pero me fui porque mis padres decidieron que ya había aprendido de ese lugar todo lo que tenía que aprender.

– Entonces debe entender que este instituto no es una escuela militar, así que, lo invito a que salga de esta oficina y venga a las siete. – el asintió, guardo su pequeña navaja en su chaqueta y salió del lugar, se sentó en una de las bancas del lugar y se puso a esperar que fueran las siete, en ese momento empezaron a llegar muchas personas, demasiadas para ser ciertas.

Se puso a mirar quienes entraban y en cuestión de minutos llegaron los riquillos que el detestaba y tenían a tres chicas al lado, se le hizo algo confuso, ya que según la información que le había brindado Ten, los tres eran unos altaneros, pica flores y algo solitarios.  Aunque noto algo, dos de ellos no se veían nada a gusto con sus dos compañeras, sí no se equivocaba eran Jaehyun y Taeyong, el otro se veía cómodo.

Tomó su celular y decidió llamar a Ten e informarle sobre esas tres niñas.

– ¿Qué paso Jeno? – Ten tenía una voz suave, demasiado como para ser malo, pero que importaba él lo era.

– Me dijiste que esos chicos no eran de tener mucha compañía y mucho menos novia, pero los tres andan con niñas y están que no se despegan. – Ten comenzó a analizar cada una de las posibles teorías y todas lo llevaban a la misma.

– ¿Seguro?

–Sí. – sentenció Jeno.

–Quiero que también vigiles a esas chicas y otra cosa Jeno, envíame fotos de ellas, necesito saber quiénes son las afortunadas y si podemos usarlas a nuestro favor.

–Las conseguiré lo más rápido que pueda.

–Eso espero Jeno, porque sí es lo que creo podemos no dar un paso sino un gran salto.

Editada el 6/6/2020.

Protect Me ➳ Lee Taeyong [RESUBIDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora