Capítulo 1: La fotografía

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Capítulo dedicado a naid96aby56g gracias por apoyarme en ese momento tan difícil y por ser tan fieles y leales lectoras. Las quiero.


Perrie Edwards cerró el periódico de pequeño formato y lo dejó sobre la mesa de centro cuidadosamente. No le temblaban las manos, y eso le sorprendió porque por dentro estaba muerta de dolor. No dijo nada, aunque tuviera ganas de gritar; y también de hacer trizas el ofensivo periódico... Pero no podía. Si volvía a tocar el periódico... si desahogaba aunque fuera una mínima parte de la tormenta que le desgarraba el alma, perdería totalmente el control.

Se negaba a hacerlo. Llevaba años controlando sus sentimientos, rechazando tanto el dolor físico como emocional, y también negándose la posibilidad de llorar. La traición de Katherine le había hecho llorar, y entonces había jurado no volver a permitir que cualquier otra persona le hiciera lo mismo; ni siquiera la princesa Jade Thirlwall.

—Este hombre es una delicia, ¿verdad? —suspiró Jesy, ajena a la desolación que su visita le había causado a Perrie.

Se inclinó, abrió de nuevo el periódico y señaló la fotografía que tanta angustia le estaba provocando a Perrie en esos momentos.

—¿Te imaginas ser esa mujer?—

Aunque no quería, Perrie se fijó en la fotografía, sin poder evitarlo. Una emoción tan fuerte como el amor que le desangraba el corazón fue lo que la empujó a mirar. La necesidad de saber, y la necesidad desesperada de haberse equivocado. Pero no había sido así.

La fotografía era la misma que ella ya había visto. Mostraba a un apuesto hombre CEO de una de las más grandes compañías del brazo de una mujer igualmente atractiva en la fiesta de cumpleaños del padre de ella celebrada en Isla Scorsolini. En la foto, el rubio y la castaña estaban prácticamente pegados el uno al otro. La princesa Jade sonreía, y el caballero a su lado parecía un elegante y sigiloso gatito que acabara de tomarse un cuenco de rica crema.

¿Cómo había podido ser tan tonta para liarse con esa mujer? ¿De creer que tenían lo suficiente en común en lo importante?

Había caído en sus brazos sin pensar en las consecuencias. Ella le había entregado su virginidad, no había pedido nada a cambio salvo su pasión. La castaña en cambio le había ofrecido su fidelidad, pero esa foto le hacía dudar de la sinceridad de sus palabras.

Contrariamente a lo que ella le había dicho, su princesa era la reina de las conejitas. ¿Sería una estúpida con sus parejas, o simplemente no tenía suerte?

—Perrie, vuelve a la tierra, por favor. ¿Eh, hay alguien ahí?— La voz de Jesy penetró en sus pensamientos.

—¿Qué?—

—¿Dónde estabas, chica? No me digas que estabas pensando en el trabajo.—

—Sí, algo así —dijo Perrie en tono tenso.

Para ella, su trabajo y su amante estaban inexorablemente ligados.

—Te he preguntado si te imaginas que fueras esa mujer.— En realidad no se lo imaginaba sin embargo se imaginaba si problemas estar en vez de aquel "apuesto" hombre como había dicho Jesy; aunque cuando Jade la abrazaba de ese modo, ella nunca llevaba un vestido de diseño que equiparara al traje del apuesto hombre de la foto. La mayor parte del tiempo, estaba desnuda.

—Sí.— Jesy se echó a reír.

—Tienes mejor imaginación que yo, entonces.—

—En realidad no.—

—¿Estás bien? —le preguntó Jesy, con el rostro crispado de preocupación—. Te veo atolondrada; y es algo más que tu preocupación habitual por hacer todo tu trabajo a la perfección.—

Perrie dejó de mirar la foto y miró a su amiga, una joven morena con el cabello en ondas y un poco robusta pero sensual. Las dos eran estadounidenses, pero allí era donde terminaban las similitudes. Jesy medía uno sesenta y cinco aunque con el cuerpo de una Venus de bolsillo. Una melena larga y rojiza que le enmarcaba la cara en forma de corazón.

Por el contrario, Perrie tenía una figura esbelta y bien formada. Jade siempre le decía que tenía cuello de cisne, pero a ella le parecía demasiado largo. En su opinión no era ni guapa ni fea, aunque Jade aseguraba que poseía una belleza refrescante y natural. Era de estatura media, aunque al lado de la princesa, que medía un metro sesenta y cinco, se sentía como una enana. Tenía el pelo ondulado y lo llevaba en una melena que le rozaba los hombros. Jade le decía que lo tenía suave como la seda, y que le encantaba que no se lo dejara tieso echándose un montón de productos. El hombre de la foto no podía tenerlo más arreglado y lleno de laca. Y eso que Jade le había dicho que prefería a las mujeres sin arreglos ni adornos.

Al mirar la foto Perrie se preguntaba si no se habría engañado con Jade como lo había hecho con Katherine.

Trató de sonreír, pero sólo pudo suspirar.

—Estoy bien, sólo un poco cansada. He estado muy dedicada al proyecto Córdoba.—

—Con las horas que has echado, no es de extrañar que no tengas vida social.— Pero Perrie sí que tenía vida social... una vida secreta que le proporcionaba más placer del que habría soñado jamás; al menos hasta hacía un rato.

—Ya sabes cómo son las cosas.— Jesy esbozó una sonrisa cariñosa y preocupada.

—Lo que sé es que trabajas demasiado.—

—No tanto. Además, me encanta mi trabajo.—

—A mí también me encanta mi trabajo, chica, pero no me verás a cada momento del día dedicada a ello —Jesy le guiñó un ojo—. Tengo cosas mejores que hacer en mis horas libres. Por cierto, ahora que digo eso, tengo que marcharme... ¿De verdad que no quieres venirte al bar con nosotros?— Perrie negó con la cabeza.

—Lo siento, pero creo que prefiero irme a la cama temprano.— Jesy suspiró y sacudió la cabeza.

—Necesitas salir más.—

—Pero si salgo.— Salía con Jade, y a ningún sitio donde nadie de Naviera Thirlwall pudiera verlos.

Jesy resopló y adoptó una expresión intrigante.

—Si no vas, Alex, el de ventas, se quedará desconcertado.—

—Lo dudo.—

—A ese tipo le gustas; es guapo, buen profesional y está soltero. ¿Por qué no vienes y estás un rato con él? A ver cómo acaba.—

—Alex ha tenido cuatro novias en los últimos cuatro meses... creo que me estaría arriesgando mucho con él.— Perrie tuvo que aguantarse la risa; porque no había nada más arriesgado que su relación secreta con Jade Thirlwall.

—La vida es un juego, ¿o es que aún no te has enterado? —dijo Jesy mientras se levantaba para marcharse.

—Hay cosas que merecen más la pena que otras.—

—¿Y no crees que Alex merece la pena?— Perrie suspiró.

—No sé, pero esta noche no. Eso lo tengo claro. ¿De acuerdo?—

—De acuerdo —Jesy sonrió de nuevo y se acercó para darle un abrazo—. Que duermas bien. Te veo mañana en la oficina.—

Hola, vuelvo con un nuevo fic. 

Estoy muy emocionada, por él. Como lo van leyendo es mi primer Jade TOP y espero que salga tan maravillosamente como espero. 

Espero que lo disfruten tanto como yo escribiendolo. 

Los leo. 

El secreto de la princesa|| Jerrie ✔️Where stories live. Discover now