Capítulo 4: Ímpetu y deseo

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—Estás comprometida —repitió Jade con vehemencia, dejando a un lado la indulgencia.

—Si tú no lo estás, yo tampoco.— La rubia resopló de frustración.

—No se trata de que no piense que tengo una relación... sólo es que, si ignorara completamente las insinuaciones de otros, eso provocaría mucha especulación.—

—¿Y mi lealtad no?—

—No se trata de lealtad —Jade empezaba a perder la paciencia.

—Claro que sí.—

—Ya te he dicho que es un asunto de conveniencia.—

—¿Y si yo rechazara las insinuaciones de los demás y con ello provocara la misma especulación en torno a mí que tanto te preocupa en tu caso, sería ésa razón para que yo respondiera de manera similar?—

—¡Yo no he salido con nadie! Sólo bailé, y charlé... y coqueteé como lo hacen los italianos; pero no toqué a nadie como te toco a ti; porque no quería.—

—Ese hombre y tú estaban todo lo pegados que les permitía la ropa.—

—A mí no me afectó en modo alguno.—

—¿Y eso importa?—

—Debería.—

—¿Por qué? —dijo la ojiazul.

—Te dice que, a pesar de tus inseguridades, eres única para mí.— Jade intentó tomarle la mano pero Perrie la retiró antes.

—Tan especial que sigo siendo un secreto para todos los que te rodean.— la rubia rodó los ojos intentando ocultar el dolor que le causaba aquella revelación.

—Tan especial que sólo la idea de verte me pone al límite. Y aunque abrace a otra persona no me hace nada, porque no eres tú.—

Perrie no quería dejarse conmover por sus palabras, pero su sensible corazón le decía que eso era muy raro... sobre todo viniendo de una mujer como Jade Thirlwall.

Ella le puso las manos en los hombros y le acarició la clavícula con tanta delicadeza que Perrie se estremeció.

—Tú eres la única persona a la que deseo, la única mujer a quien quiero acariciar y que me acaricie en este momento.—

Si no hubiera dicho «en este momento», su frase habría sido perfecta.

Jade se acercó a ella hasta que sus cuerpos se rozaron.

—Tú eres la única mujer con quien quiero estar. Todo lo que había en la fiesta era superficial... no significó nada para mí. Créeme, tesoro. Por favor.—

La súplica final terminó de convencerla. Aquella mujer no estaba acostumbrada a rogar; en ningún caso. Ella tenía que ser especial para Jade, porque de otro modo se habría marchado en cuanto ella se hubiera puesto difícil. Porque bien sabía ella que podría tener a cualquier mujer u hombre que le apeteciera; de eso estaba muy segura. Pero le estaba dejando bien claro que sólo quería estar con ella.

—¿No te acostaste con ese mastodonte?—Jade la abrazó con una determinación que la dejó sorprendida.

—No, inmunda miseria. Yo nunca te haría eso, cara. Te lo prometo.—

Ella le creyó, y el alivio que sintió fue increíble.

—Bien, porque jamás estaría con una mujer que fuera de cama en cama.—La castaña se echó a reír, aunque su risa encerraba cierta tensión.

—No soy de esa clase de mujeres; ni siquiera soy la playgirl que pinta la prensa. Pensaba que lo sabías; que me conocías.—

—Lo sabía. Pero una imagen vale más que mil palabras.—

—Sólo si hablas el mismo lenguaje que el fotógrafo. Lo que ese fotógrafo captó fue a dos extraños bailando, nada más. Pero mira la imagen que componemos nosotras, amore mio. Mira y compara la diferencia entre unos ojos ardientes de poseer, y una sonrisa superficial que no significaba nada. Mírame las manos que tiemblan de ganas de tocarte; las mismas manos que abrazaron a otro con total indiferencia.—

Sus palabras sin duda esbozaron una imagen mucho más potente que la imagen del periódico. La proximidad de Jade hizo lo demás. Jade la deseaba, y Perrie a ella. La había echado muchísimo de menos.

—Si no eres un playgirl, ¿qué eres? —le preguntó con provocación.

—Una simple mujer que te desea como loca.—

Perrie sintió lo mucho que la deseaba, y empezó a derretirse por dentro.

Se le nubló la vista, como le pasaba siempre cuando la tocaba, pero aún le quedaron fuerzas para decirle:

—A lo mejor deberíamos hacer pública nuestra relación. No me gusta ver fotos así, Jade. Me hacen daño.—

Ella la besó en la comisura de los labios, en la nariz, en la frente y de nuevo en los labios con apasionada ternura.

—Eres demasiado dulce, cariño. La prensa te destrozaría, y yo no podría soportar ser testigo de eso; pero haré lo posible para asegurarme de que no vuelvas a sufrir así.—

Perrie se dijo que era algo, al menos, pero al mismo tiempo quería decir que ella podría hacerse cargo de la prensa; que era fuerte, que lo había sido siempre. Pero en ese momento estaba demasiado ocupada besándola, y no podía hablar y decirle lo que tenía que decir.

Cuando se despertó a la mañana siguiente, Jade se había marchado, y se había llevado el periódico.

Sin embargo, en su almohada había una rosa roja y una nota al lado. La nota decía:


« Cara*

Gracias por lo de anoche. Atesoro los momentos que pasamos juntas y la generosidad de tu afecto por mí.

J.»


Era la primera vez que le dejaba una nota. Su paranoia de llevarlo todo en secreto se extendía también a no dejar nunca pruebas de su relación; para que no las encontrara nadie. Aquél era un gesto enorme para la rubia. Tenía que ser significativo. A lo mejor Jade se empezaba a plantear el hacer pública su relación... a lo mejor empezaba a entender que ella tenía razón.

Lo único que ella sabía con seguridad era que el deseo de Jade no era fingido. Su anhelo había sido demasiado ávido. Habían hecho el amor al alba, y ella le había dicho repetidamente lo mucho que la había echado de menos, lo preciosa que era para ella, lo especial que era. Todas las palabras que su vulnerable corazón ansiaba escuchar.

Salvo las dos palabras que más le importaban; claro que ella tampoco se las había dicho nunca a la castaña.

Siempre le había preocupado que fueran el final de su relación; puesto que había supuesto que la ojiazul rechazaría esa clase de lazo emocional. Le había dejado muy claro al inicio de su aventura que sólo podría ser eso, una aventura; una aventura con principio y final. La había deseado tanto y se había quedado tan impresionada con su sinceridad después de las mentiras de Katherine, que le había dicho que sí.


Cara*= Querida (Italiano)


***¿Empezaré a pedir votos para actualizar? Me encanta leerlos siempre.

El secreto de la princesa|| Jerrie ✔️Where stories live. Discover now