Capítulo 20: Embarazada, ¿de quién?

1.6K 108 31
                                    


Perrie leyó el resultado del test de embarazo, aún incapaz de creerlo. Llevaba en su seno al hijo de Jade, pero ¿cómo? ¿cómo podía ser eso posible? ¿Sería la siguiente virgen María?, sacudió su cabeza desesperada, la prueba tenía que estar mal, incluso no entendía siquiera porque se la había hecho. Aunque no podía dejar de sentirse fatal.

Luego, cuando hubiera descansado un poco, se metería en Internet a buscar algún remedio natural; pero en ese momento sólo quería tumbarse un rato y dormir. Quizá debería hacerse alguna prueba más, aunque como ella seguía pensando aquello era imposible, hacerse la primera prueba incluso era una locura.

Pero ella necesitaba respuestas no podía creer todo aquello, ahí estaba la prueba y había salido positivo, acaso eso era naturalmente posible. Tomó sus cosas, quería recostarse pero sabía que no descansaría hasta no obtener respuestas.

Precisamente cuando estaba a punto de salir, se oyeron unos golpes a la puerta. Perrie no tuvo que asomarse para saber que era Jade.

No podía haberse enterado aún de lo que le había pasado en la junta o del embarazo sin sentido; ella misma acababa de enterarse.

—¡Abre, Perrie, sé que estás ahí!— Perrie corrió el cerrojo y abrió la puerta.

—Hola, Jade, ¿qué haces aquí?—

—Esta mañana has vomitado a mitad de la presentación.—

A Perrie no debería haberle sorprendido que Jade se hubiera enterado. En la oficina, las noticias volaban.

—Entonces estabas preocupada y has venido a verme...— Jade pasó al salón y le rodeó los hombros con delicadeza.

—Más o menos.—

—Pues no hay necesidad. Estoy bien, sólo tengo el estómago un poco revuelto. Justo ahora voy ha hacerme un chequeo de rutina.—

—Mi directora de marketing no lo ha llamado así...—

—Ay, no...—

—Ay, sí. No me hace gracia ser la última en enterarme.—

—¿Enterarte de qué?—

—De que estás embarazada.—

Perrie notó que empezaba a marearse y vio unos puntos negros delante de los ojos. Al ver que se tambaleaba un poco, Jade la levantó en brazos.

—¿Estás bien? ¿Has llamado al médico?—

—Sí, estoy bien; sólo un poco mareada. Además, aún no me ha dado tiempo a llamar a la consulta.—

—Es lo que pensaba la directora, que tú aún no lo sabías. Pero ¿cómo?—

—Entonces, ¿por qué has dicho que eras la última en enterarte?— Jade se ruborizó.—Además ten por seguro que yo jamás te engañaría, bueno mientras teníamos algo— se corrigió.

—Lo siento, es que no sé lo que digo. Me habría gustado enterarme por ti, nada más; de otro modo, me ha resultado extraño. Quizá deberíamos ir al ginecólogo cuanto antes y saber que pasó, yo te creo cara, sé que jamás me engañarías.—

—Es a mí a quien me resulta más extraño todo esto.—

—¿Pero cómo fue posible?—

—Bueno, no sé. Estoy embarazada de alguna forma y no entiendo como y sé que no quieres tener un hijo. Acabamos de romper, y como nuestra relación es un secreto, todo el mundo pensará que me habré acostado con alguien por ahí además de que es prácticamente imposible que quedará embarazada de ti.— Jade se sentó en la cama a su lado.

—Naturalmente, todo eso ha cambiado. Y por favor, no vuelvas a decir que no quiero tener un hijo.—

Perrie se sorprendió, no sólo por el hecho de Jade quisiera un hijo con ella, sino que Jade no hubiera duda ni un sólo momento de su fidelidad que debía haber una explicación lógica para ese supuesto embarazo.

—¿Pero cómo es posible que quieras?—

—¿Y por qué no? Un bebé es un regalo del cielo; un regalo que creí que nunca recibiría. Pensé que nunca sería madre, y ahora sé que lo seré. Estoy encantada, Perrie —tenía los ojos tan brillantes que era imposible no creerlo—. Deseo este hijo o hija más de lo que podría expresar con palabras.—

Perrie se dio cuenta de que se había equivocado: Jade había estado segura de que era estéril.

—Me alegra que estés contenta.—

—Lo estoy, amore mio, y mucho.— Le sonrió y le acarició el vientre con suavidad. —Aunque no puedo entender como pasó, sé, estoy segura que los milagros existen.— Jade respiró profundo y tomó una de sus manos entre las suyas. —Me preguntó si podríamos hacer una boda doble y casarnos a la vez que mi hermano y su prometida. Él quiere que sea una ceremonia discreta, y para nosotros sería perfecto.—

—¿Pero qué tonterías estás diciendo?—

—Debemos casarnos lo antes posible.—

En eso Perrie no se había equivocado; había intuido que, si se quedara embarazada, Jade querría casarse. Pero la idea ya no le parecía tan atractiva como cuando había pensado que ella la quería de verdad. Aunque tampoco diría que no sin más. Ella quería a Jade, de eso estaba segura.

—Vas muy deprisa para mí, Jade.— Perrie soltó su mano dentro de las de Jade.

—¿Qué quieres decir? Ahora no puedes decirme que no quieres casarte —su dicha dio paso a la resolución—. Tú tenías miedo de que estando conmigo te dejara un día; casándonos, ese miedo desaparece.—

—Eres tú quien dijiste que no querías volver a casarte porque te daba miedo serle infiel a la que fuera tu mujer.—

—Eso era antes.—

—¿Antes de qué?—

—De quedarte embarazada de mí —dijo, como si eso explicara todo.

—Bueno, tu madre se quedó embarazada de tu padre, y eso no le frenó.—La castaña se cruzó de brazos y la miró con enfado.

—Yo no soy mi padre; y no me voy a comportar como lo hizo él.—

—¿Y cómo puedes estar tan segura quizá lo traes en la sangre?—

—Porque lo estoy, ¿de acuerdo?— Tampoco ella podría estarlo.

—Te doy mi palabra de que jamás me iré a la cama con otra u otro.—

—Estoy segura de que tu padre le dijo lo mismo a tu madre.—

—¿Te niegas a casarte conmigo, Perrie? —preguntó Jade con una mezcla de rabia e incredulidad—. Piensa bien la respuesta, porque te advierto que, casadas o no, no tengo intención de ser una de las madres ausentes para mi hijo.—

—Yo tampoco querría eso; y no te he dicho que no vaya a casarme contigo; sólo que necesito tiempo para pensar. Esta misma mañana, tú y yo no estábamos juntas...—

—Por elección tuya, no mía.—

—Sí, pero ya sabes por qué decidí romper, no voy a repetirlo. Y, francamente, lo del embarazo me ha dejado sorprendida. Y de todos modos debo ir al ginecólogo y ver que fue exactamente lo que pasó. Si, yo si quería formar una familia contigo, ya sabes adoptar, inseminación in vitro, no lo sé, no así natural y de sorpresa—


Hola, lamento muchísimo la tardanza, me he estado enfocando un montón en la escuela, luego de mi desilusión amorosa, además que me fui unos días  a visitar a mi familia y pasar tiempo con mi mejor amiga. Pero he vuelto y espero no tardar. 

Gracias por su apoyo incondicional. 

Les quería comentar que ya abrí un nuevo perfil donde subiré fics Jenlisa, si las shippeas sigueme sino sigamos en contacto por medio de este. Los leo como toda la vida.

~MGS

El secreto de la princesa|| Jerrie ✔️Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon