Capítulo 27: Vivir juntas

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A la mañana siguiente, Jade entró en una librería, donde compró varios libros y revistas sobre la gestación, los primeros meses del bebé y el desarrollo del niño en la primera infancia.

—No te irás a leer todo esto, ¿verdad? —preguntó Perrie mientras Jade la ayudaba a montarse en la limusina con tanto cuidado como si ella fuese de cristal.

A pesar de la discusión de la noche anterior, Jade llevaba toda la mañana muy agradable con ella. No había discutido, ni le había sacado el tema del matrimonio; sólo se había dedicado a cuidar de ella. Por supuesto, Perrie estaba encantada.

—Pues sí —dijo con una sonrisa de indulgencia—, y no me digas que tú no vas a leerlas, porque la mitad las has escogido tú.—

—Sí, pero por ejemplo, no sé para qué necesitamos consejos para niños daltónicos —Jade pensó en la gracia que le había hecho al ver que el dependiente marcaba ese título; y también otro libro sobre cómo enseñar a nadar a un niño—. El niño, o la niña, aún no ha nacido; no hay razón para pensar que será daltónico.—

—Por si acaso.— Perrie se echó a reír otra vez.

—Eres un caso clínico, ¿lo sabías?—

—Voy a ser madre; creo que tengo derecho.— Cedió ante la irresistible ansia de devolverle la sonrisa. Cualquiera se habría dado cuenta de lo orgullosa que Jade estaba porque iba a ser madre. A Perrie le resultaba muy tierno, y viendo lo contenta que estaba era difícil seguir enfadada. Aunque en verdad lo estuviera.

Seguía dolida porque detestaba pensar que la ojimarrón creyera que su amor por ella no era real...

A Perrie se le escapó un suspiro.

—Ese suspiro me dice que algo te pasa; yo te conozco —le agarró la cara con las dos manos—. Los dos sabemos lo contenta que estoy yo porque vamos a tener un hijo. ¿Pero y tú, tesoro mío, también lo estás?— Le resultaba tan difícil concentrarse cuando Jade la tocaba; sin embargo, intentó responder con la mayor sencillez posible.

—Pues claro, ¿acaso lo dudas?—

—Ayer tenías miedo.—

—Sigo teniendo miedo, pero en el fondo sé que es inútil; y la idea de tener un hijo contigo me enternece, si quieres que te diga la verdad. Es algo realmente mágico e irreal.— Jade retiró las manos y se recostó sobre el respaldo, con la vista al frente.

—Te enternece, pero no quieres casarte conmigo.—

—¿Podemos dejarlo para otro momento?— A Perrie no le gustaba discutir con ella; estaba acostumbrada a disfrutar cuando estaban juntas, no a lo contrario.—Acepta que estoy feliz por el bebé, y ya está.—

—Si no quieres hablar de casarnos...—

—No quiero, Jade.—

—Entonces pensemos en venirte a vivir conmigo.—

—¿Qué? —respondió sorprendida.

Eso sería salir de una para meterse en otra.

—Estás embarazada y el niño es mío.— un tono de posesión sobre ella y el bebé se sintió en el ambiente.

—Eso lo tenemos bien claro.— afirmó la rubia.

—Si no quieres casarte conmigo, quiero cuidar de ti. ¿Me concederás ese privilegio?—añadió la mayor, muy seria y decidida.

Pero Jade sólo consiguió irritarla.

—¿De verdad crees que no quiero que tengamos una relación?—

El secreto de la princesa|| Jerrie ✔️Место, где живут истории. Откройте их для себя