Capítulo 11: Te deseo, Perrie

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ADVERTENCIA, ALTO CONTENIDO DE SMUT. 

Charlie, vengo inspirada. Si lees este capítulo es bajo tu propia responsabilidad, enjoy!


Ella sí. Coqueteando de aquel modo que sabía que la volvía loca, sin imaginar en ningún momento que Perrie le seguiría el juego allí en la oficina.

Le tomó la mano y tiró de ella para levantarla de la silla.

—Te deseo, Perrie. Ahora.—

—Jade...— La interrumpió con un beso apasionado, dejando claras sus intenciones...

El urbana y sofisticada joven por la que todos la tenían dio paso a un mujer de ardientes pasiones, atizadas por su femiinidad que sólo mostraba delante de ella y que tan irresistible le resultaba.

El beso pasó a ser incendiario en pocos segundos. Le succionó los labios y empujó la lengua en un segundo, exigiendo entrada, mordisqueándole al mismo tiempo el labio inferior. Perrie se entregó a ella con la misma pasión y la besó con erótico abandono, incapaz de saciarse. Y cuando Jade empezó a besarle y lamerle el cuello, ella perdió la noción de la realidad.

—¿Aquí? ¿Quieres hacer el amor aquí?—

Su respuesta fue el rugido de un animal primitivo, al tiempo que le apretaba un pecho con erotismo.

Ella gimió.

—Calla, amore mio, no debes hacer ruido... —demandó.

—No puedo...—

—Puedes y lo harás —le susurró mientras seguía con sus caricias sensuales.

Perrie empezó a desabrocharle los botones con impaciencia hasta dejar al descubierto su brassier blanco de encaje que contrastaba a la perfección con aquella piel morena que la volvía loca. Era una mujer bellísima, una maravilla de la naturaleza.

—Sí, así, Perrie mía... Entrégate a mí...—

Perrie se inclinó y empezó a mordisquearle y a lamerle un pezón, como sabía que a ella tanto le excitaba; Jade se estremeció mientras le abría la blusa como podía, dejando al descubierto sus pechos bajo la tela del sujetador. Con habilidad le abrió el broche delantero y empezó a atormentarla con sus caricias, sabiendo que la llevaría hasta las más altas cimas del placer incluso antes de tocarla íntimamente.

La acarició por todas partes, y le metió las manos por debajo de la falda con una falta de delicadeza que demostraba su falta de control. Y cuando Perrie empezó a desabrocharle su falda, Jade se estremeció de arriba abajo. Perrie continuó muy despacio; pero no tardó en subirle la falda y hacer un lado la ropa interior, dejando ver lo mojada y palpitante que se encontraba acarició y apretó con gesto posesivo.

Jade la sentó en el extremo del escritorio.

Como siempre, Perrie llevaba medias, no pantis, y las braguitas eran de seda, casi como si no las llevara. Jade las enganchó y arrancó de un tirón, con una violencia primitiva que la excitó todavía más. Sin perder un segundo, buscó la abertura de su sexo y le deslizó un dedo.

—Eres toda mía...—

—Sí... —susurró ella.

Al momento estaba allí, donde ella más la necesitaba, y Perrie gimió con el exquisito placer de su unión. Sus dedos largos y ansiosos se abrieron paso entre sus piernas, que Perrie separó sin miramientos y se aferro a su cuello. Jade le agarró de las caderas y la embistió sin tregua; y Perrie sintió algo tan especial, tan maravilloso, que tuvo que contener las lágrimas de emoción.

—Estás hecha para mí —le susurró en el pelo, antes de volver a llenarla del todo

.

Ella no pudo responder. Le dolía la garganta de las ganas que tenía de gemir y llorar de placer. Así que apretó la cara contra su cuello y se mordió los labios, mientras Jade la penetraba con fuerza y toda ella se estremecía de placer con la sacudida de un intenso clímax.

Jade se agarró a sus caderas con violencia, mientras ahogaba un gemido y se ponía más mojada de lo que estaba, Perrie no dudo esta vez y con un movimiento rápido deslizo sus dedos en la intimidad de Jade, moviendosé con agilidad y velocidad.

Segundos antes de verter el fruto de su placer dentro de ella. Permanecieron así unidas en un éxtasis primitivo durante unos segundos. El tiempo no significaba nada en ese plano de la existencia. Tan sólo las sensaciones tenían importancia, y fueron tan abrumadoras que Perrie sintió como si perdiera el equilibrio.

—No puedo creer lo que acabamos de hacer —dijo Jade.

Perrie pensaba lo mismo.

—Has empezado tú.—

La castaña se echó a reír antes de levantarle la cara para besarla de nuevo.

—Tú me has provocado, amore mio, no lo niegues. Sabes que te encuentro irresistible.—

—No era mi intención provocar esto.— Y era cierto.

—Lo sé —dijo Jade dándole la razón—. Eres demasiado inocente como para empezar algo así.—

—¿Y tú no? —le preguntó ella, aún deleitándose con la sensación de sus dedos aún dentro de ella.

—Hace mucho que dejé atrás toda inocencia; pero si te estás preguntando si el sexo en la oficina es algo que hago a menudo, la respuesta es no.—

Su comentario le dejó más tranquila. El pasado de Jade no era asunto suyo; pero que quebrantara una regla por ella sí que lo era.

Jade sacó un pañuelo de papel de una caja que había en una mesa contigua y empezó a limpiarla entre las piernas, después procedió a hacer lo mismo con las suyas.

—Jade... —dijo Perrie, más azorada por eso que por lo que acababan de hacer.

—Así estarás más cómoda.—

—Te lo agradezco —balbuceó ella, sin saber qué decir.

Jade la miró y vio que se había sonrojado.

—¿Cómo puedes sonrojarte ahora después de lo que hemos hecho?—

—Es verdad... pero es que cuando me tocas, me olvido de todo lo demás, Jade...—

—Ahora te estoy tocando.—

—Pero no es lo mismo.—

—Mi cuerpo no entiende de razones, sólo de piel.—

Ella sintió que se excitaba de nuevo.

—¡Pero es imposible...! ¿Quieres hacerlo otra vez?—

—Quiero, no te equivoques; pero no voy a hacer nada. Aquí no. No debería haberte besado; aún no me creo que lo hayamos hecho en tu despacho. Se me ha ido la cabeza.—

—Lo dices como si te pesara haberlo hecho conmigo.—

—A mí nunca me pesa el placer que encuentro entre tus brazos.—

—Bien, porque yo tampoco me arrepiento.—

Jade se acomodó su falda en su posición original, abotonó la camisa y se la entremetió debajo de la falda, antes de subirse la cremallera.


Hola, hola, estoy feliz de que me hayan contestado en mi mini encuesta pasada. 

Lamento no haber podido actualizar los días anteriores, me enfermé y me tuvieron en reposo absoluto, además que estoy sin luz en mi casa. Y en cuanto a mi crush, justo en este momento es complicado.

Poniendolos al día, estoy oficialmente pensandome hacerles un maratón.

El secreto de la princesa|| Jerrie ✔️Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon