Capítulo 24: Legítimo heredero

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—No, no lo creo. Si quieres saber la verdad, creo que si no me hubiera divorciado de su padre, James, no se habría descarriado. Él aún se sentía culpable por acostarse conmigo después de la muerte de su querida esposa. Su comportamiento fue totalmente autodestructivo.—

—Y si creías eso, ¿por qué le dejaste? —preguntó Jade.

—Porque al principio no lo creí, de lo dolida que estaba. Tardé unos años en darme cuenta de que todo lo había hecho para castigarse a sí mismo por su sentimiento de culpabilidad. Y ahora estoy segura de que lleva ya veinte años castigándose por haberme sido infiel.— Jade estaba claramente sorprendida.

—Pero...—

—Sé que siempre les contó eso de que los Thirlwall sólo aman a una sola persona; pero si tu padre sigue sin querer entregarse a nadie para proteger sus sentimientos, terminará sólo en su vejez. Y eso me preocupa.—

—¿Entonces por qué quieres convencer a Perrie para que no se case conmigo? —le preguntó Jade enfadada.

—Porque debe tener en cuenta el coste emocional. Tú también has decidido proteger tu corazón y te has negado a amarla.—

—¿Y cómo lo sabes? —le preguntó Jade en tono beligerante.

—Porque si le hubieras dicho que la amabas, ella ya te habría dado el sí. ¿Verdad o no, Perrie?— Perrie asintió.

—Si lo hubiera dicho de corazón, sí, es cierto.—

—¿Lo ves?—

—Mamá, te quiero mucho, pero no quiero hablar de esto contigo, ni delante de ti.—

—Lo entiendo. A uno le da mucha vergüenza hablar de sus errores delante de su querida madre, ¿verdad?—

—Si Perrie y yo nos casamos, es algo que nos incumbe sólo a nosotras.—

—Pues si crees eso, no deberías haberle dicho a tu madre que ya era un hecho —dijo Perrie, un tanto divertida por la situación.

Jade ahogó un gruñido de frustración.

—¿Cenamos ya o qué? —preguntó con los dientes apretados.

—Sí, vamos a cenar. No es bueno hacer esperar a una mujer embarazada.—

Perrie no sabría decir cómo, pero durante la cena salió el tema de su escoliosis, y del miedo que tenía ella de que sus hijos la heredaran.

—Si tus hijos heredaran su enfermedad —le dijo Norma a su hija—, tratarías el problema del mismo modo que tratas las demás cosas. Tu amor por ellos te ayudaría con todo; y siempre puedes acudir a mí para que te ayude.— Jade y Perrie se echaron a reír.

—Cuando me dijiste que en tu familia eran orgullosos, supuse que te referías sólo al lado de tu padre. Desde luego, has heredado de tus progenitores las cualidades para haber sido la heredera a la corona —dijo Perrie.

—Ah, Jade detestaría ser la heredera al trono... Es demasiado reservada para eso.—

—Es verdad —corroboró Jade—. Además de eso, Monse tendrá que llevar asuntos de estado que me resultan aburridísimos.—

—Pero no se puede negar que mi hija ha heredado una buena parte del orgullo de familia— dijo Norma con una sonrisa—. Y dime, ¿vas a venir a la boda de Karl y Maggie?—

—Yo la he invitado.—

—Si mal no recuerdo, lo que me dijiste exactamente fue que podríamos hacer una boda doble —comentó Perrie.

—¡ITonta! —dijo su madre con cariño—. Si Perrie accede a casarse contigo, celebraremos una boda siciliana como Dios manda; nada de aprovechar la de tu hermano, como si lo suyo hubiera sido algo pasajero y quisierais ponerle un parche a la situación.—

—¿Te olvidas de que está embarazada? —le preguntó Jade—. Preferiría que nos casaramos antes de que nazca nuestro hijo.Ademá hay que explicar como dos mujeres pudieron concebir un bebé, sin ninguna ayuda de por medio— Su madre negó con la cabeza.

—Con el dinero que tienes y las influencias familiares, puedes celebrar una buena boda en un mes, aunque a lo mejor es poco tiempo para enviar las invitaciones.—

—Me da lo mismo quién venga a la boda —respondió Jade en mal tono.

—Pues a mí no —dijo Perrie—. Mi madre se disgustaría muchísimo si no pudiera invitar a todos nuestros amigos y familiares a la boda de su hija. Si accedo a casarme contigo, tendrás que aceptar eso.—

—¿Entonces quieres decir que te casarás conmigo? —preguntó Jade en lugar de responder.

—Yo no he dicho eso —respondió Perrie con impaciencia—. Deja de presionarme; no va a funcionar.—

—Te he dicho que amaba a James cuando me casé con él —dijo Norma.

—Sí —respondió Perrie, contenta de dejar el tema de su boda.

—De no haber estado embarazada, no lo habría hecho. Yo sabía que me arriesgaba a que él no se diera a sí mismo la oportunidad de amarme.—

—¿Entonces te casaste por mis hermanos y por mi? —preguntó Jade.

Norma suspiró.

—Sí. Siendo de sangre real, no quería que nacieran ilegítimos para no sufrir el acoso de los fotógrafos y todos los buitres de la prensa. Pagué por mi locura, pero no me arrepiento de ello; porque de no haberlo hecho yo, te lo habrían hecho pagar a ti.—

Perrie entendió lo que quería decir, y se le encogió el corazón sólo de pensar que su futuro hijo tuviera que pagar los platos rotos por la decisión que ella tomara.

—Entiendo lo que quieres decir.— Norma sonrió con ternura.

—Lo sé, pero debes ser tú quien tome la decisión, Perrie. Sólo quiero que tengas en mente que la vida de la realeza no es como la vida de los demás. Puedes ser pobre como las ratas y aun así sufrir el acoso de los medios sólo por tener un título.—

Después de eso, Norma trató de sacar temas de conversación más triviales, y Perrie colaboró con entusiasmo.

—Te ha gustado conocer a mi madre, ¿verdad?—

Habían salido de casa de su madre hacía cinco minutos, y desde ese momento Perrie no había dicho ni palabra.

—Ah, sí... me ha gustado mucho conocerla. ¿No te ha parecido exagerado eso que ha dicho de tu padre?—

—La verdad es que en parte tiene sentido, aunque parezca raro.—

—Sí, pero echa por tierra la creencia de que los Thirlwall aman una sola vez en la vida, ¿no?— A Jade no le interesaba en ese momento la vida de su padre.

—Mi madre tiene razón en lo que ha dicho de que el niño sea legítimo.—


Además hoy salió BOUNCE BACK, denle mucho amor y hagan mucho stream!

El secreto de la princesa|| Jerrie ✔️Where stories live. Discover now