Capítulo 25: Matrimonio de conveniencia

1.3K 100 16
                                    


—Sí, es verdad.—

—¿Entonces vas a aceptar casarte conmigo?—

—Parece como si sólo te interesara el matrimonio por el bien de nuestro hijo.— Jade no sabía de dónde le salían esas ideas.

—No, quiero que seas mi esposa de verdad, no sólo de nombre.—

—Ayer no querías eso.—

—Las cosas han cambiado desde ayer.—

—Sí, hoy te has enterado de que vas a ser madre. Supongo que es algo muy importante para ti en particular —añadió ella en tono pensativo. Jade no quería pensar en el pasado.

—Perrie, debería haberte presentado a mi madre antes, lo sé.—

—De todos modos, tu madre se dio cuenta nada más vernos de que había algo entre nosotras.—

—Lo que quiero decir es que debería haberle dicho antes que tenía novia y haberlas presentado.— Perrie no respondió, y se volvió a mirar por la ventanilla. —Y la otra noche tampoco fingí no conocerte —añadió para asegurarse.

—Pues a mí me pareció así.—

—Te traté como a todos los demás.—

Un error monumental, pensaba Jade. Perrie se lo había tomado como prueba de que no era especial para ella; y nada más lejos de la realidad. Jade se daba cuenta de que la deseaba como no había deseado a nadie en su vida.

Perrie se volvió a mirarla.

—Me dolió, porque yo no era una más.—

—No fue mi intención hacerte daño; quiero que lo sepas.—

—En parte lo sé, pero me dolió mucho, y esa parte no entiende tus intenciones.— Jade no sabía cómo arreglarlo.

—Yo no sabía que tú ya no soportabas más seguir manteniendo lo nuestro en secreto. Cuando hablamos de esto la noche que volví de Isole dei Re, pensaba que estabas enfadada por la foto.—

—La foto fue el detonante de algo que estaba ahí, aunque yo lo hubiera negado.—

—Y me disculpé.—

—Pero esa foto no se habría tomado si nuestra relación no hubiera sido un secreto.—

—En eso tienes razón; pero reconoce que al principio te hacía gracia la relación secreta. ¿Cómo iba a saber yo que habías cambiado de parecer de un modo tan drástico?—

—Al principio fue muy romántico —suspiró—, y resultaba emocionante todo el secretismo. No hacíamos nada malo, la verdad.—

—En absoluto.—

—Aunque ahora que estoy embarazada sin estar casada, de una mujer que cualquiera diría que es imposible, al menos mi madre sí que diría que hemos hecho algo malo.—

—No me avergüenzo de haberte dejado embarazada.—

—Lo sé. Se te nota lo orgullosa que estás.—

—¿Y a ti te da vergüenza?—

—Bueno, no es que me guste haberme quedado embarazada siendo soltera, pero no me avergüenzo de ello.—

—No tienes porqué estar embarazada y soltera; puedes estar embarazada y casada. Podrías ser princesa.—

—Eso es un sueño para las niñas, y yo ya no soy una niña. Para mí, el matrimonio es mucho más que vivir un cuento de hadas.—

—Pues claro que es más. Llevas a mi hijo en tu seno.— Perrie estaba cansada de oír lo mismo todo el tiempo.

—¿Otra vez con lo del matrimonio de conveniencia?—

—Y te he dicho que yo deseo un matrimonio real.—

—Jade, no me gusta sentir que soy el exceso de equipaje que viene con el bebé.— Jade aceleró para pasar en ámbar.

—Yo no te veo así.—

—Me da esa sensación.—

—Antes de saber que estabas embarazada, yo no quería romper nuestra relación; y también te invité a la boda de mi hermano —añadió, para convencerla.

—Te gusta acostarte conmigo; siempre lo he sabido.—

A Jade le molestaba cada vez más que ella insistiera en verlo todo desde aquel punto de vista tan negativo.

—Y a ti también te gusta; pero yo no te acuso de que me quieras sólo por eso, o por las riquezas de las que puedas disfrutar conmigo.—

—¿Y por qué ibas a acusarme de eso?—

—La mayoría de las personas me han perseguido por mi dinero o por mi título; para mí sería muy fácil meterte en el mismo saco.—

—¿Crees eso de mí?—

—No.—

—Entonces la comparación no viene a cuento.—

—Sí que viene a cuento porque tú dices que sólo te quiero por el sexo y porque estás embarazada. Yo nunca te he demostrado que sólo quiera sexo contigo—

—Pero has mantenido lo nuestro en secreto.— le espetó Perrie empezando a cansarse del tema.

—Ya sabes que lo hice porque temía la intrusión de los paparazzis, lo hemos hablado ya; y no porque me avergonzara de ti, o porque no te valorara. Recuerda que hasta hace poco estabas conforme con nuestra situación. No es razonable hacerme responsable de un cambio de parecer en ti del que yo no tenía idea.— Perrie era una mujer lista y razonable, tenía que darse cuenta de ello.

—Lo malo no es lo de la prensa, que lo entiendo, sino que no hayas querido hablarle a tu familia de mí. Y no lo hiciste porque tú no querías casarte conmigo, Jade. ¿Cómo puedes decir ahora que no me has pedido que me case contigo por mi embarazo? Pues claro que sí, y por eso siento que soy el exceso de equipaje que trae el bebé, no una mujer que tú hayas deseado por ella misma.—

—No es verdad que no te quiera por ti misma. Tu embarazo sólo ha precipitado mi proposición de matrimonio, pero sé que habría acabado presentándote a mi familia y pidiéndote que te casaras conmigo.— Había reflexionado mucho después de que ella le echara de su casa, y al final había llegado a esa conclusión.

Claro que eso no se lo había dicho a ella. En ese momento, aún había estado negándose a aceptar las consecuencias; aunque eso ya no era así.



Hellow, en cuánto tenga el próximo capítulo actualizo. 

Díganme, ¿como les va pareciendo esta historia?

~MGS

El secreto de la princesa|| Jerrie ✔️Where stories live. Discover now