Capítulo 3

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Dante.

¿Por qué ella es tan así?

Abigail Fountier es la personas que genera miles de sensaciones en todo mi cuerpo, la odio, me exita y sobre todo tiene algo que hace que tenga la necesidad de querer cuidarla de todo y más de ella misma. Muy locos mis estados hasta a mí me sorprende todo lo que puede ocasionar en un simple segundo cuando nos encontramos peleando por cualquier cosa, tengo una facilidad para sacarla de quicio y debo reconocer que me encanta verla de esa forma cuando logro mi cometido.
Esta semana las cosas fueron muy raras empezando por el día que subí a la azotea de la universidad aburrido para encontrarme con la figura de una chica en el borde lista para tirarse y no lo iba a permitir que sin dudarlo la tomé de su brazos para impedirlo, mi sorpresa fue doble al reconocerla.

Su rostro me decía todo.

Pueda que suene muy soberbio pero le salvé la vida aunque ella no lo quiera reconocer, ya que no sé que hay de fondo para llevarla a querer hacer semejante locura y en ese momento no la podía dejar sola que me obligó a que la llevé conmigo al hospital, no me gusta mucho que sepan lo que hago fuera del ámbito de la universidad pero también necesitaba ver y entender que debe valorar su vida porque no importa cuan mierda puede ser tu día hay personas que la pasan peor y hacen de todo para salir adelante.

Los niños del área de oncología y su familia eran un ejemplo de fortaleza, no bajaban los brazos aunque los pronósticos eran malos o no había mejorías, ellos se aferraban a la esperanza y a esa paciencia que tarde o temprano llegaría.

Cuando llegué a ese lugar por un castigo impuesto por mi padre debido a que tomé su auto deportivo sin permiso y para completar sin querer con mi primo Ethan lo chocamos, eso fue un antes y después en mi vida porque no soy la misma persona desde el primer día que el tío Sam me obligó a ponerme ese disfraz del Capitán América, estaba negado hacerlo hasta que me empujó y golpeé con una realidad que no era consciente.

Ver a esos niños fue triste y maldecia a la vida que ellos estén pasando por eso, tan pequeños pero a la vez unos guerreros por tener esa fortaleza inmensa por luchar cada batalla porque la guerra se ganaba cuando se vencían el cáncer.

Ellos me cambiaron por completo.

Una nueva persona nació de ese castigo que en primera instancia eran por un mes pero ahora lo hago con dedicación sin quejarme porque se que esos momentos que estoy con ellos los ayudo a sobrellevar de otra forma el largo proceso de la quimioterapia.

Ellos me hacían bien y yo a ellos.

- Hola cariño - la dulce voz de mi madre me saca de mis pensamientos.

- ¡Buenos días mamá! - saludo dejando que ella me abrace.

- ¿Qué haces? - inquiere al verme poner una taza de té en su lugar y sus tostadas con mermelada de frambuesa.

- Estaba aburrido - respondo encogiendo mis hombros.

- Mi pequeño genio no puede quedarse quieto - acota con diversión.

- ¡Mamá! - me quejo.

Odio que me diga así porque ser un genio es algo difícil, mi cabeza trabaja mucho más rápido que el de una persona promedio.

- Eres un genio y debes estar orgulloso de eso - asegura dándome un beso en la mejilla mientras me estrecha entre sus brazos.

Mi mamá es única.

Capas todos digan lo mismo de la suya pero la mía no tenía palabras que puedan comparar o decir de ella, la mejor de todas siempre ahí con su apoyo y amor. Recuerdo que en el colegio siempre tenía problemas en mi conducta en mi defensa me aburría con facilidad lo que llevaba a que al terminar todo molestará a mis compañeros, las maestras aseguraban que sufría déficit de atención cosa que era absolutamente mentira porque al tener IQ bastante alto aprendía mucho más rápido provocando que me aburra con más facilidad, todos mis años de estudios fueron igual hasta que entré a la universidad.

Completamente Imperfectos (9°SAI)Where stories live. Discover now