Capítulo 29

16.5K 1.3K 120
                                    

Estaba en una profunda depresión, tenía que ser el día mas importante de mi vida y no lo era, sabía que después de recibir ese diploma debía subir a un avión rumbo a Francia a cumplir con mi maldita condena. Ya solo faltaban horas para que mi vida se convierta en la más humillante y depresiva de todo el mundo, no quería hacerlo pero no podía negarle el tratamiento a mi abuela, había cumplido con la promesa de terminar mis carreras ahora me quedaba la ultima la cual era para toda la vida atada a ese maldito príncipe de mierda.                                        Deseaba que el tiempo retroceda, volver todo atrás y buscar otra solución, muchas veces pensé en sacar a mi abuela de esa mansión, traerla conmigo a esta ciudad pero cuando me lo replanteaba nuevamente sabía que no podría darle la atención necesaria para el tratamiento de su enfermedad y no quería que ella sufra más por mi maldito egoísmo por eso siempre volvía a lo mismo a negar mi felicidad antes de verla sufrir.

Volví a suspirar mientras me terminaba de arreglar mi vestido y cabello antes de la graduación, no quería ir pero necesitaba estar acompañada de mis compañeros, después de varios años estudiando y de mucho esfuerzo había logrado lo que tanto deseaba, mi título como arquitecta se que no lo podré ejercer nunca pero haberme recibido era un gran orgullo para mí. Quería sonreír pero se me era casi imposible porque sabia que él iba a estar ahi apoyando a su hermana y solo me conformaba mirarlo desde lejos.

¡Lo extraño!

Se que fuí totalmente culpable de como terminamos, no quería que fuera de esa forma pero no había otra, Dante tenía razón mientras estaba a su lado era consiente de como sería mi maldita boda. Lo había engañado y no tenía perdón a todo lo que hice pero también quería que se ponga un poco en mi lugar, verdaderamente no había otra opción y estaba en todo su derecho de alejarse porque esto era muy doloroso para ambos.

¡Maldita vida!

Tratando de no llorar entro al campus de la universidad que estaba plagado de muchas personas acompañando a sus  hijos que se graduaban, se veía puras sonrisas de felicidad, padres orgulloso y madres emocionadas por los logros de sus hijos.
No a todos se le es fácil estudiar, las becas se las dan a los grandes estudiantes con mejores promedios o atletas de alta competencia después lo normales deben luchar el triple para costear los gastos y hay muchas deudas que quedan al final de todo. Si, nos recibimos pero los primeros años de nuestros trabajos son para terminar de pagar nuestras deudas universitarias. 

La vida adulta es una mierda, cuando somos chicos deseamos crecer para supuestamente hacer lo que queremos pero después nos damos cuenta que todo lo que imaginamos no es tan fácil como uno piensa y ahí nos damos un fuerte golpe contra la pared bajándonos de esa nube de fantasía.

¡Quisiera no haber nacido!

- ¡¡Lo logramos!! - exclama Olivia al interceptarme. 

- Si - digo intentando sonar felíz.

- Parece ayer cuando arrancamos y te conocí - comenta.

- Sin darme cuenta te hablé en francés - recuerdo con una triste sonrisa.

- Si - se seca una lágrima. - Gracias por ser muy buena amiga Abby, por estos años dónde las dos nos entendíamos en todo y ahora estamos aquí graduadas - agrega dándome un fuerte abrazo.

Ahora soy yo la que también la abrazo, no podía olvidar todo lo que Olivia había hecho por mí todos estos años desde el primer día que me la cruce en el campus, ella es mi única amiga.

- Gracias Olí - musito.

Ella levanta su vista y seca sus lágrimas mientras sonríe. - Mi padre tiene un puesto libre y deseamos que seas tú la que lo ocupe - me dice dejándome sorprendida.

Completamente Imperfectos (9°SAI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora