Capítulo 28.

16.1K 1.4K 122
                                    

Dos años después ...

Me sentía ahogada.

Mis días estaban contados con los dedos, cada vez falta a menos para volver a Francia a cumplir mi maldita condena y no tenía idea que hacer, cada vez que lo pensaba pasaba horas y horas llorando porque no quería separarme del lado de Dante.

¡No sabía que hacer!

Sentía que la vieja Abigail, esa que era antes de Dante estaba a nada a salir, mi actitud fría, mis malas contestaciones y esa idea mía de subirme a la azotea para tirarme al vacío aparecía por mi cabeza a cada rato, sentía que todos los males se terminarían en el preciso momento que acabará con mi vida.

- Preciosa - su voz, la única que me saca de mi depresión hace que centre mi atención en la jodida realidad.

Suspiro y dentro mío me digo que él no tiene la culpa de nada, yo soy la jodida en esta relación y no puedo arruinar lo poco que nos queda juntos.

- ¡Preciosa! - grita nuevamente.

Entro a la cocina para observarlo provocando que una gran sonrisa se forme en mi rostro, llevaba puesto un boxer negro y un delantal mientras servía una taza con mí té favorito.

Dante es el hombre que toda mujer le encantaría tener a su lado, estos años juntos nos ha afianzado mucho a ambos aunque tenemos nuestros días de peleas como cualquier pareja sabemos cómo encontrar ese punto para reencontrarnos y armonizar nuestro amor.

- ¿Por qué estás desnudo en mi cocina? - pregunto divertida.

- No lo estoy - afirma con una sonrisa pervertida.

- Mi sexy cocinero - afirmo acercándome a dónde está provocando que quede presionada contra la mesada y su cuerpo.

- Creo que deberíamos aplazar el desayuno - sugiere comenzando a dejar besos en mi cuello.

- Dante - suspiro tirando la cabeza para atrás dejandolo libre acceso a mi cuello.

Las caricias de él son un como un punto débil sabe cómo tocar cada parte de mi cuerpo y generar una gran combustión en todo mi ser.

- Amo que lleves vestidos - murmura. - Siempre lista para mí - gruñe cuando sus ágiles dedos corren un poco mis bragas para empezar acariciar mi centro y dos de sus dedos entran en mí y mis manos se aferran en su cuello trayendo su boca junto la mía mientras él me hace perder mi cordura dejando un gran orgasmo se apodere de todo mi cuerpo.

- Te amo - exclamo relajada aferrada a su cuerpo tratando de recuperarme de mi gran orgasmo mañanero.

- Y yo a tí preciosa - acota al observarme con esos ojos tan azules que tiene.

Debido a la pequeña distracción de esta mañana hizo que llegue justo a tiempo a la universidad, hoy tenía que rendir mi último exámen de arquitectura y vaya que mis nervios habían vuelto desde que había llegado al campus.

- Abby, hola - me saluda Olivia agitada.

- ¿Estás bien? - consulto al notar que está más pálida de lo normal.

- Si, solo me quedé dormida y estoy como a mil - contesta tomando un sorbo de su botella de arándanos.

- Pensé que no te gustaban - digo con mi ceño fruncido.

Desde que la conozco se que ella detesta los arándanos por eso se me hacía muy raro verla tomarla ese jugo con tanta satisfacción.

- Si, pero es lo único que retiene mi estómago - suspira. - Mis nervios me están haciendo pasar una semana fatal - agrega bostezando.

Completamente Imperfectos (9°SAI)Where stories live. Discover now