Capítulo 34.

20K 1.5K 104
                                    

Debía estar nerviosa pero me pasaba lo contrario, no podía pasar de sonreír mientras ambos nos poníamos nuestros disfraces, era nuestra boda pero no podíamos dejar de lado nuestra tarea en el hospital como lo hacemos todos los sábados.
Así que acá estábamos ambos listos para alegrar a los niños durante su intenso tratamiento de quimioterapia.

- ¿Listo mi capitana? - pregunta con una sonrisa ladeada.

- Claro que sí, capitán - afirmo entrelazando nuestras manos.

Ambos entramos a la sala donde los niños ya estaban en su tratamiento pero ver su sonrisa al vernos no tenía precio alguno, es lo más maravilloso del día. Ellos nos aman y nosotros amamos a todos ellos, son muy importantes en nuestras vidas.

- ¿Quién está listo para mandar a la mierda el cáncer? - pregunta.

- ¡Yooo! - contestamos fuerte.

Nos ponemos cada uno en nuestros respectivos lugares para divertir a los niños, él es más dinámico a mi todavía me cuesta soltarme un poco más pero doy todo de mí para hacerlos sonreír.

- ¡Beso! ¡Beso! ¡Beso! - empiezan a decir ellos divertidos.

Dante sonríe y por unos segundos recuerdo la primera vez que estuve acá, tan perdida en mis problemas que de repente la voz de los niños me habían vuelvo a la realidad cuando pedían que nos besemos, las cosas eran tan diferentes en ese momento que solo me hacían sonreír al verlo acercarse más a dónde estaba.

- Hazlo por los niños - dice tomando mi rostro entre sus manos muy divertido.

- Solo por los niños - comento como la primera vez que nos besamos.

Él vuelve a sonreír y junta nuestros labios una milésima de segundos para dejar conforme a los pequeños que solo gritaban y aplaudían felices.

Después de despedirnos de ellos ambos salimos corriendo porque definitivamente llegaríamos tarde a nuestra boda y que tengamos varias llamadas perdidas de su tía Francesca solo nos ponía más en problemas de lo que ya estábamos.

Sin dudas estábamos en problemas porque al bajar del auto, ella ya nos esperaba enojada y con sus brazos cruzamos, claramente la habíamos cabreado temprano.

- Tía - dice Dante tratando de suavizar el momento.

- Me dieron sesenta días para que organice su casamiento, me estoy volviendo loca hace semanas y encima para empezar el día llegan tarde - nos reprocha con una fulminante mirada.

- No podíamos no ir, es sábado y los niños del hospital nos esperan - comento mordiendo mi labio inferior.

Ella suspira. - Solo por eso les perdono pero ya mismo vayan a sus habitaciones estamos retrasados media hora - sentencia marcando que entremos por la gran puerta.

Nos separamos porque Dante se debía quedar en el piso de abajo mientras yo debía subir a la plata alta dónde Catalina junto con maquilladores y peluqueros me esperaban para empezar con los preparativos, ahora si sentía nervios.

- Pensé que habías huido - acota Olivia al verme entrar.

- Los niños del hospital nos entretuvieron de más - digo tratando de discúlparme.

- Me encanta eso de ustedes - afirma mi amiga sentándose mientras acaricia su vientre de seis meses.

- Abby, fuiste la novia más exigente que tuve así que espero que el vestido sea lo que imaginaste - habla la señora Catalina.

- Lo siento - murmuro apenada.

Debíamos dejar en claro que Dante y yo estábamos completamente locos porque cuando le contamos a su familia que nos casaríamos en menos de dos meses se volvieron locos, sobre todo sus tías Francesca y Catalina, pero rápidamente se pusieron en marcha porque no solo el vestido era lo más importante sino la pequeña fiesta que íbamos a organizar para la familia.

Completamente Imperfectos (9°SAI)Where stories live. Discover now