Capítulo 35.

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Tres años después.

¡Tenía mucho sueño!

Mis ganas de levantarme eran tan pocas que si era posible me podía pasar todo el día en la cama durmiendo, amo mi trabajo pero últimamente estaba más cansada de lo normal.
Capas que todo se debía a que después de tres largos años de juicio habían condenado a mis padres, mi mamá se llevó seis años pero al que alguna vez consideré mi padre recibió cuarenta y cinco años de prisión por demasiadas faltas que cometió en los últimos años, se morirá en la cárcel y en verdad sentía un alivio dentro mío porque sabía que se hizo justicia por todo lo que pasamos mi abuela y yo.

El pasado ya lo había enterrado en lo muy profundo hace años pero estás semanas dónde tuve que volver a Francia a testificar sentí que esa herida si abrió un poco generando que este más sensible de lo normal, si no fuera por el apoyo de Dante y de mi padre no lo hubiera podido superar y enfrentar a esas personas que tan mal me hicieron.

- Dormilona - escucho su voz mientras comienza a repartir besos por mi mejilla.

- Déjame Dan - me quejo.

- Vamos preciosa, debes ir a trabajar - agrega sin dejar de besarme.

Suspiro abriendo los ojos para encontrarme con su mirada cargada de puro amor, estos años han sido una locura a su lado, sus ideas descabelladas, sus sueños que fue cumpliendo, su compañerismo, esas peleas que luego se convierten en largas horas de sexo desenfrenado y en definitiva somos una pareja totalmente imperfecta que se ama demasiado.

- No quiero ir a trabajar - acoto haciendo un mohin.

- Sabes que con mi sueldo podemos solventar los gastos de toda la casa - declara él acariciando mi mejilla.

- A mi me gusta trabajar solo que estoy muy cansada, tengo sueño y me duermo parada - contesto.

- Eso pasa porque eres obstinada y no entiendes que la construcción de nuestra nueva casa puede ir lentamente - acota observandome.

- Es que estoy emocionada porque ambos vivíamos allí, ese lugar lo soñé e imaginé en mi cabeza para que sea perfecto para nosotros - digo pasando mis manos por su cabello.

Dante me sonríe y niega la cabeza. - Te amo, mi obstinada - dice rozando nuestros labios.

- Y yo a tí - afirmo juntando su cuerpo al mío.

¡Este hombre me vuelve loca!

Hace un año había empezado a diseñar el proyecto de nuestro hogar, en el departamento estábamos a gusto pero ambos queríamos una casa grande a las afuera de la ciudad para vivir tranquilos, estaba a nada por terminarla y quería que sea una sorpresa para él cuando vuelva de su viaje.

- ¿A qué hora sale el avión? - le pregunto mientras lo observo servirse una taza de café para él y otra para mí.

- En seis horas - suspira mientras apoya a la taza a mi lado. - Será una larga semana sin tí - agrega acariciando mi mano.

- Debes ir a mostrar que sos el mejor ingeniero aeronáutico y patear los traseros de la competencia - declaro orgullosa de mi esposo.

Dante y Ethan habían creado su propia empresa juntos destinados a tratar temas con ingeniería civil y aeronáutica, se que soy la esposa de uno de los dueños pero no quita que diga que son los mejores de la ciudad y que pronto lo serán a nivel mundial, es por eso que lo alentaba a que tome ese avión y vaya a Dubái a cerrar ese proyecto.

- Eres única Abby - comenta apoyando sus manos en mis caderas. - Creo que estás más ... - se queda en silencio al notar mi ceño fruncido.

- ¿Más qué? - inquiero mirándolo mal.

Completamente Imperfectos (9°SAI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora