Capítulo 38.

19.3K 1.4K 125
                                    

Había nacido en una familia aristócrata francesa, mi vida estaba escrita desde el primer momento que llegué al mundo, debía ser la chica perfecta que todo hombre necesita a su lado, pasaba horas y horas, estudiando varios idiotas, haciendo deportes y aprendiendo los protocolos de una sociedad de la realeza. Cuando era niña no entendía mucho pero todo cambió cuando crecí y entendí lo que sucedería, casamiento arreglo más todo lo que conlleva una vida la cual no era la que quería por eso tomé la primera oportunidad de huir a estudiar al otro lado del mundo, en un lugar totalmente diferente a lo que es Francia ese lugar donde por fin después de años lo consideré mío.
Todo cambió desde el momento en que entré en la universidad de Chicago y cuando lo conocí a él, mi alma gemela podría decir que cambió mi mundo con su forma de ser, aprendí a valorar la vida a entender ese simple concepto que somos imperfectos pero felices.

- Preciosa - su voz me saca de mis pensamientos.

- Cariño - musito al sentir los besos en mi cuello.

- Preciosa como siempre - acota sonriendo.

- ¿Bruno? - le consulto al girarme para mirarlo a los ojos.

- Todavía duerme - me responde.

- ¿Dices que se portará bien? -

- Tiene seis meses pero es un niño bastante travieso - dice sonriendo.

Nuestro hijo era un niño bastante revoltoso para solo tener seis meses y debíamos tener todos los ojos puesto en él más ahora que estaba empezando a gatear y todo le llamaba la atención de sobre manera.

- No se si mi oficina es bueno lugar para llevarlo - pienso preocupada.

- Se ve que no lo sabes - acota él con una sonrisa ladeada.

- ¿Qué cosa? - inquiero desconcertada.

- Mi papá diseño un pequeña sala para sus nietos y para todos los niños del personal,hay nanas que los van a cuidar en el caso que tengan una reunión importante - me cuenta orgullo de lo que hizo su padre.

Sonrío el señor Salvatore siempre iba un paso adelante de nuestro, no me sorprendía que haya echo algo semejante porque él tiene una adoración por todos sus nietos y adora cuando ellos corren o hacen alguna travesura en la constructora.

- Tú papá está loco - afirmo con una inmensa sonrisa.

- Locamente enamorado de sus nietos - sentencia Dante robándome un fugaz beso.

- Perderás el avión - acoto observando la hora.

Suspira y vuelve a robarme un beso. - Nos vemos esta noche, preciosa - comenta mientras toma su maletín.

- ¿Llegarás para la cena? -

- Si cariño - declara tirando un beso.

Su empresa iba de viento en popa, Dante y Ethan se habían convertido en los empresarios más jóvenes e innovadores del mercado, lo que nos tenía a todos orgullosos de sus grandes méritos.

Hace pocas semanas nos habíamos mudado a nuestra maravillosa casa que con tanto amor diseñé y construimos para nuestra familia, vivir en este lugar es un sueño pero nos queda un poco apartada de la ciudad donde están nuestros trabajos y en verdad subirme en un auto con Bruno, los dos solos por primera vez me generaba un poco de miedo, soy madre primeriza y todo me asusta con respecto a mi bebé.

- Señora Salvatore, bienvenida - me saludan al verme entrar con mi hijo.

- Solo Abby - respondo incomoda de me que digan así.

Después de un poco más de seis meses sin trabajar fue momento de volver porque aunque ame mi nueva faceta como madre también necesitaba volver a ese lugar donde puedo desplegar un poco de mi pasión.

Completamente Imperfectos (9°SAI)Where stories live. Discover now