Capítulo 31.

17.6K 1.5K 222
                                    

Sentía todo mi cuerpo entumecido, podía escuchar voces a mi alrededor, los empleados de mi padre hablan entre ellos y no estaban de acuerdo con mi secuestro, los escuchaba sabía que podía usar eso a mi favor para que me ayuden a escapar de esta locura.

- Déjenla ahí - dice mi padre.

No me animaba abrir los ojos sabía que estábamos en Francia, ellos me habían dormida todo el viaje para impedir que haga alguna locura, uno de ellos me llevaban entre sus brazos y con cuidado me recostaron en mi cama para luego irse y encerrarme.
Abrí mis ojos a penas cerraron la puerta, estaba en mi habitación, me dolía todo el cuerpo y a la vez no podía moverme, trataba de que mis músculos respondan pero era casi imposible que me hagan caso.

¿Qué haré ahora?

Sentí una gran angustia y en solo pensar que Dante imaginé que lo dejé me abrumaba mucho, necesitaba que él no piense eso pero no tenía como comunicarme y lo peor de todo que ya mi destino estaba predicho, no tenía idea que día era pero sabía que estaba cerca de esa maldita boda.

Las horas pasaban lentamente, mi cuerpo poco a poco volvió a moverse, no sabía que hacer mis padres habían armado un gran fuerte para que no me escapé y cada vez me sentía más perdida.

- Se almuerzo señorita - entra una mucama dejando una bandeja. - Está todo cortado, su padre no quiere problemas - agrega con cara triste.

Todos en esta casa sabían que me tenían en contra de mi voluntad, que no tenía ganas de casarme pero que lo hacía por mi abuela, lo más importante que tenía en la vida es ella.

- Marcia - la detengo antes que se retire. - ¿Mi abuela cómo está? - pregunto nerviosa.

- No puedo responder eso señorita, lo siento - contesta cerrando la puerta con llaves.

Tenía un mal presentimiento.

Sin ganas de nada me acerco a esa bandeja con ganas de lanzarla pero me niego hacerlo porque significaría trabajo para las mucamas, hasta en eso pensaba. Vuelvo a ver esa bandeja y me sorprende ver un papel que me llama la atención.

"Dante sabe la verdad y pronto te salvaremos"
Sebastian

Algo dentro mío me hace sentir más aliviada pero a la vez me preocupa que la poco cordura de tiene mi novio lo haga cometer una locura y terminé todo muy mal, trato de sacar todas esas ideas malas de mi cabeza para tratar de pensar que todo saldrá bien.

- Nathaniel - digo asustada escondiendo el papel detrás mío.

- Abigaíl - suspira.

- Por favor deten todo esto - suplico.

- Aunque quisiera no puedo Abigaíl, sabes que desde que nacimos estamos destinados a esta mierda - exclama cansado.

- Nosotros podemos impedir esto, nuestros padres están locos. Todo eso que ellos anhelan es mentira, Francia nunca volveré a una monarquía es un país democrático - declaro efusivamente.

- No quiero hacerlo pero no tengo otra opción - murmura frustrado.

- Hay muchas opciones, Nathaniel - exclamo desesperada.

- Si cedo a lo que me pides expondré todo y no quiero eso - argumenta tomándose la cabeza abrumado.

- Se que estás con Quentin y él es mi mejor amigo, no puedo hacer esto - afirmo entre lágrimas.

Completamente Imperfectos (9°SAI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora