Completamente Imperfectos (9°SAI)

Capítulo 17.

Todo parecía irreal.

¿Alguna vez experimentaron esa sensación?

Sentía que en cualquier momento me despertaría de este sueño y tendría que enfrentar mi triste realidad.

Hace una semana había dejado de luchar contra lo inevitable, dejé de huir y me entregué completamente a ese desafío que la vida me había puesto en mi camino. Dante cambió todo y por primer vez en mi vida me sentía totalmente feliz que sea así, había decidido que todo fluya.
Estos días debido al esguince que me hice en la oficina de unos de mis jefes, la empresa había decido darme la semana para que me recuperaba cosa que generaba mucha vergüenza de mi parte porque había arrancado hace tres semanas y ya tenía un permiso por salud pero hoy debía volver a trabajar, definitivamente extrañaba estar ahí porque todo es diferente con ellos. He aprendido muchas más cosas en la Constructora Salvatore que en las clases de la universidad.

- ¿Qué haces aquí? - le pregunto a Dante cuando lo encuentro en la puerta de mi departamento. - ¿Cómo te dejaron entrar? - agrego porque la seguridad era muy estricta.

- Un señora muy amable me dejó pasar le dije que era tu novio - contesta encogiendo sus hombros despreocupado.

- ¿Tú qué? - chillo avergonzada por lo que acaba de decir.

- Muy temprano para estar enojada, preciosa - acota con un sonrisa.

- ¿Qué haces en mi casa, Dante? - vuelvo a preguntar suspirando.

- Vine a buscarte - responde como si fuera una obviedad.

- Puedo irme sola - contraataco cerrándola puerta de mi departamento.

- Estoy siendo caballero contigo - afirma chasqueando la lengua.

- ¿Ahora eres caballero? - digo de forma burlona mientras ambos caminamos hacia el ascensor.

- Siempre lo he sido - afirma.

- En estos años que te he visto no parecía que fueras caballero con todas esas chicas con las que estabas - eso sale de mi boca y juro que quiero golpearme porque parecía una especie de reclamo.

Él sonríe. - ¿Así que me mirabas? - inquiere divertido.

- Ese no es el punto - digo de forma tajante ingresando al ascensor.

- Yo soy un caballero con cada chica que estuve, no les miento y soy sincero porque desde el primer momento en que se acercan les dejo en claro las cosas. No es mi culpa que después ellas armen una especie de películas en su cabeza que no es real - argumenta.

- Solo te las follas y listo - afirmo molesta.

- Eso era antes - acota.

- ¿Antes de qué? - consulto frunciendo mi ceño.

- Muchas veces no te das cuenta de las cosas - dice sin mirarme.

- Muchas veces no te entiendo - agrego cruzada de brazos sin comprender verdaderamente a que hacía referencia.

En un total silencio empezamos a bajar los doce pisos hasta que me sorprendo cuando Dante lo detiene entre el cuarto y el tercer piso.

- Basta - exclama mirándome.

- ¿Qué haces? - digo entrando en pánico. - Sufro de claustrofobia - agrego mirando para todos lados.

- Preciosa, inspira y exhala - me dice acercándome a donde estoy apoyada.

- Por favor Dante - pido cerrando los ojos.

Sufro claustrofobia desde niña y todo se debe a que mi madre cuando era pequeña se enojaba conmigo y me encerraba varias horas en un cuarto oscuro donde las dimensiones son mínimas por eso muchas veces preferia las escaleras pero estaba tratando de lograr superar todo eso.